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El renacer de Justin Bieber vuelve con un disco confesional sobre el poder del amor

Más maduro que nunca, el artista regresa a las bateas con “Changes” tras cinco años de ausencia: un lustro de depresión, enfermedades y el encuentro de la felicidad.

Justin Bieber rompió ayer un silencio discográfico de más de un lustro al lanzar “Changes”: alejado de los focos desde hace un tiempo, Bieber vuelve al centro de la escena musical, una serie de baladas románticas y su primer álbum desde 2015, donde propone el amor, el que encontró en Hailey Baldwin Biever, como una forma de hacer frente a las dificultades de la fama y de la vida.

El canadiense de 25 años lleva varios años vacilantes, luego de que reputación se viera manchada por sus continuos quebrantos de la ley y sus problemas con el consumo de sustancias. Pero estamos ante otro Bieber: aunque musicalmente su propuesta no es tan interesante (es un álbum con reminiscencias de R&B compuesto de 17 canciones cortas y llenas de mensajes de amor dirigidos a su esposa), sus letras, que tienen como tema recurrente el deseo de evolucionar tras un pasado que incluyó no solo problemas de adicciones sino depresión y escándalos variopintos, tienen como tema recurrente el deseo de evolucionar, como indica su nombre (“Cambios”, en inglés).

“A veces sonrío como si todo estuviera bien/ Aunque haya dolor bajo la sonrisa”, canta Bieber en el tema que da título al disco, con una voz más suave -y a veces modificada con Auto-Tune- que la que caracterizaba a su pop adolescente, un regreso musical para el que el artista convocó a una cohorte de estrellas para colaborar en su nueva obra, incluidos los raperos Post Malone, Quavo y Travis Scott, así como la cantante Kehlani.

Es una apertura total para un Justin más maduro y reflexivo, que parece “de vuelta” de sus problemas. Tan abierto está Justin, que esta semana se mostró ante el público tal como está ahora, y fue fotografiado con un extraño look (bigotito, flaqueza extrema, desarreglado).

Sus imágenes se volvieran memes (fue comparado hasta con Don Ramón), aunque, claro, su apariencia tiene que ver no con los estragos de la droga, como señalaron algunos, sino con el tratamiento que está llevando a cabo ante la enfermedad de Lyme que padece, así como una mononucleosis crónica.

“Me acusan injustamente de drogarme, pero esa no es mi realidad. He vivido años difíciles hasta dar con el tratamiento adecuado para el mal que sufro y que me habían dicho que era incurable, me diagnosticaron la enfermedad de Lyme; padecí un grave caso de mononucleosis crónica que afectó mi piel, mi cerebro y mi salud en general porque hasta mis funciones cerebrales estaban limitadas”, reveló Justin hace una semana.

La enfermedad de Lyme produce fuertes dolores en las articulaciones y astenia, es decir, fatiga general, pero con todas estas cruces, depresión, enfermedades, adicciones y la larga sombra del éxito pasado, Justin eligió igual volver al estudio, tras un silencio de cinco años: el último trabajo, “Purpose”, lo grabó siendo todavía un chico, con 20 años.

 

El regreso

Por supuesto, volver al estudio no fue fácil. “Estuve lidiando con mucho miedo”, dijo el cantante en una entrevista para Apple Music que se publicará hoy. “Tenía miedo, a ese punto, incluso del proceso; de qué voy a hablar de nuevo, será bien recibido. Estoy empezando a comparar con otros artistas”.

El arduo proceso de cinco años desde “Purpose” a “Changes” fue registrado en “Seasons”, serie documental de YouTube que rompió los records de audiencia de la plataforma (demostrando que Bieber no es todavía cosa del pasado) y que retrata el detrás de escena de esas temporadas en las que conoció el amor, pero también la depresión, y donde luchó contra las adicciones e intentó volver a acercarse a la música.

Descubierto siendo adolescente tras publicar videos cantando en YouTube, Bieber ascendió al rango de superestrella de la noche a la mañana, pero rápidamente trastabilló bajo el peso de su celebridad: “Estaba tomando ‘magro’ (una mezcla de medicamentos de codeína y jarabe), estaba tomando pastillas, molly (ectasy) y hongos”, confiesa en la serie documental, donde llega a decir que “me estaba muriendo. Mi personal de seguridad entraba a mi habitación por la noche para revisar mi pulso. La gente no sabía lo grave que estaba”.

Bieber, aplastado por sus circunstancias como tantos famosos precoces, contó que no fue sino hasta que cantó con Ariana Grande el año pasado en el Festival de Música y Artes del Valle de Coachella, donde recibió una ovación del público, que sintió un “voto de confianza”.

“Como que me recordó... esto es lo que hago, esto es en lo que soy bueno, no necesito huir de esto”, dijo.

“Cuando algo es difícil, casi que necesitamos correr hacia el dolor y correr hacia el sufrimiento en lugar de huir de él”, agregó. “Creo que uno como que sana cuando se trata de eso”.

Con “Changes”, entonces, Justin se presenta como alguien que tras haberlas vivido todas y haber sufrido y quedado paralizado por el miedo, vuelve a la música, y prefiere disfrutar abrazado en el sofá con su esposa.

“Tengo el resto de nuestras vidas”, dice en la canción “Confirmation”. “Todo lo que quieres y todo lo que realmente necesitas está en casa”.

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