>COMO APERITIVO A SU GIRA 500 NOCHES PARA UNA CRISIS QUE SE INICIA MAÑANA EN EL LUNA PARK DE BUENOS AIRES
Joaquín Sabina: "Quiero ser Gardel"
Joaquín Sabina ya está en Argentina dispuesto a comenzar sus 500 noches para una crisis, en una serie de recitales que dará en Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Corrientes y Mar del Plata.
Su reencuentro con Argentina siempre tiene algo de mágico. Sobre Buenas Aires explica: "Nada puede faltar porque cada vez que estoy en Buenos Aires, tengo una sensación muy vívida de estar donde quiero estar, en casa. Los olores, los sabores, los paisajes, todo me es absolutamente familiar.
Y sobre su relación con nuestro país cuenta: "Mi amor por Argentina es real, y es fundamentalmente mi amor por Buenos Aires, yo soy urbano, no soy muy campestre, me gustan las ciudades y Buenos Aires tiene todo lo que a mí me gusta de una ciudad. También me gusta Rosario, me gusta Córdoba".
"La Argentina que yo amo es una Argentina loca, que es siempre igual a sí misma y siempre diferente, siempre al borde del abismo y resucitando", explica tajante.
Crisis a los 65
Pero ¿qué trae Sabina en esta gira? Trae uno de sus más reconocidos discos: 19 días y 500 noches.
Y explica que unos dos meses antes de decidir este espectáculo, escuchó 19 días, un disco que para él es fundamental: "Es el disco que hice cuando cumplí 50 años, fue digamos el último verano, a los 50 grabé este disco, dejé de pasar las noches en los bares, dejé algunas costumbres digamos no muy saludables, a los 50 me dejaron, a los 50 me volví a enamorar. A los 50 escribí este disco de una forma muy intensa que luego no he vuelto a tener para grabar discos o para escribir canciones. Y me parecía que seguía estando en un noventa por ciento vivo, y además yo nunca había hecho eso de cantar un disco completo. Me pareció que tenía derecho a revisitarlo, a los 65 años que es la edad de la jubilación". "Me entregué con todo a este disco", sentenció.
Sabina había prometido cantar ese álbum al pie de la letra en su orden original y completo, pero se corrige: "Casi, porque hago promesas, pero no soy un talibán y no siempre las cumplo. No voy a cantar de ´Purísima y Oro´", porque se trata de un tema muy español
Sobre por qué cree que este disco ha sobrevivido en el público desde el 99 hasta ahora, Sabina responde con franqueza: "Eso quisiera saber yo. No tengo la menor idea de por qué perdura. Algo debe tener, alguna gota de dulzura, alguna gota de sangre, algo que llegue al rincón más sentimental de la gente, pero no tengo ninguna fórmula. Si la tuviera, la repetiría, pero no sé, no sé cómo se hace".
Eso sí, insiste en que éste es el disco "más intenso que tuve en la vida, y si hay un adjetivo que me gusta es intenso. Si no creyera que estas canciones envejecieron razonablemente bien, no estaría aquí cantándolas. Soy un estafador, pero no tanto!", se defiende.
Continuar girando
¿Qué motiva a Sabina a ofrecer recitales? Sin pensarlo, visceralmente lanza su explicación: "Porque en el escenario no hay dos días iguales. Y cuando se repite tres días iguales entonces es momento de decir chau, y de largarse a jubilarse en serio, eso no me ha sucedido todavía, aunque ha habido días malos, pero nunca han sido tres seguidos. Y es como adrenalina para la vida, yo cuando no estoy de gira y estoy en Madrid, me duele todo, tengo úlcera, diarreas, unas cosas espantosas, nada fashion, y cuando estoy de gira no me duele nada, es la adrenalina."
De pronto, parece que se mirara en el espejo del pasado y afirma: "Yo soy un pibe de pueblo, mi sueño del pibe no era tocar en el Luna Park, era dar clases de literatura en un liceo de provincia". Y sin dudar ante la pregunta de qué cree que le falta, suelta: "A mí me gustaría ser Gardel. Pero todavía me falta y mucho".
Reflexionando sobre su relación con su arte, cuenta: "La música me dio mucho, pero por fuera de la música, porque me dio la posibilidad de viajar de conocer lugares y gentes que de otro modo no hubiera conocido".
Sobre el nuevo disco, que está componiendo, se reservó de adelantar demasiado, apenas dijo "no hago nunca discos conceptuales. No hago canciones alrededor de una idea, los mías son canciones una muy diferente a la otra, no se agrupan alrededor de una idea." <
Su reencuentro con Argentina siempre tiene algo de mágico. Sobre Buenas Aires explica: "Nada puede faltar porque cada vez que estoy en Buenos Aires, tengo una sensación muy vívida de estar donde quiero estar, en casa. Los olores, los sabores, los paisajes, todo me es absolutamente familiar.
Y sobre su relación con nuestro país cuenta: "Mi amor por Argentina es real, y es fundamentalmente mi amor por Buenos Aires, yo soy urbano, no soy muy campestre, me gustan las ciudades y Buenos Aires tiene todo lo que a mí me gusta de una ciudad. También me gusta Rosario, me gusta Córdoba".
"La Argentina que yo amo es una Argentina loca, que es siempre igual a sí misma y siempre diferente, siempre al borde del abismo y resucitando", explica tajante.
Crisis a los 65
Pero ¿qué trae Sabina en esta gira? Trae uno de sus más reconocidos discos: 19 días y 500 noches.
Y explica que unos dos meses antes de decidir este espectáculo, escuchó 19 días, un disco que para él es fundamental: "Es el disco que hice cuando cumplí 50 años, fue digamos el último verano, a los 50 grabé este disco, dejé de pasar las noches en los bares, dejé algunas costumbres digamos no muy saludables, a los 50 me dejaron, a los 50 me volví a enamorar. A los 50 escribí este disco de una forma muy intensa que luego no he vuelto a tener para grabar discos o para escribir canciones. Y me parecía que seguía estando en un noventa por ciento vivo, y además yo nunca había hecho eso de cantar un disco completo. Me pareció que tenía derecho a revisitarlo, a los 65 años que es la edad de la jubilación". "Me entregué con todo a este disco", sentenció.
Sabina había prometido cantar ese álbum al pie de la letra en su orden original y completo, pero se corrige: "Casi, porque hago promesas, pero no soy un talibán y no siempre las cumplo. No voy a cantar de ´Purísima y Oro´", porque se trata de un tema muy español
Sobre por qué cree que este disco ha sobrevivido en el público desde el 99 hasta ahora, Sabina responde con franqueza: "Eso quisiera saber yo. No tengo la menor idea de por qué perdura. Algo debe tener, alguna gota de dulzura, alguna gota de sangre, algo que llegue al rincón más sentimental de la gente, pero no tengo ninguna fórmula. Si la tuviera, la repetiría, pero no sé, no sé cómo se hace".
Eso sí, insiste en que éste es el disco "más intenso que tuve en la vida, y si hay un adjetivo que me gusta es intenso. Si no creyera que estas canciones envejecieron razonablemente bien, no estaría aquí cantándolas. Soy un estafador, pero no tanto!", se defiende.
Continuar girando
¿Qué motiva a Sabina a ofrecer recitales? Sin pensarlo, visceralmente lanza su explicación: "Porque en el escenario no hay dos días iguales. Y cuando se repite tres días iguales entonces es momento de decir chau, y de largarse a jubilarse en serio, eso no me ha sucedido todavía, aunque ha habido días malos, pero nunca han sido tres seguidos. Y es como adrenalina para la vida, yo cuando no estoy de gira y estoy en Madrid, me duele todo, tengo úlcera, diarreas, unas cosas espantosas, nada fashion, y cuando estoy de gira no me duele nada, es la adrenalina."
De pronto, parece que se mirara en el espejo del pasado y afirma: "Yo soy un pibe de pueblo, mi sueño del pibe no era tocar en el Luna Park, era dar clases de literatura en un liceo de provincia". Y sin dudar ante la pregunta de qué cree que le falta, suelta: "A mí me gustaría ser Gardel. Pero todavía me falta y mucho".
Reflexionando sobre su relación con su arte, cuenta: "La música me dio mucho, pero por fuera de la música, porque me dio la posibilidad de viajar de conocer lugares y gentes que de otro modo no hubiera conocido".
Sobre el nuevo disco, que está componiendo, se reservó de adelantar demasiado, apenas dijo "no hago nunca discos conceptuales. No hago canciones alrededor de una idea, los mías son canciones una muy diferente a la otra, no se agrupan alrededor de una idea." <