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LA HAZAÑA DE UNA ULTRAMARATONISTA PLATENSE DE 52 AÑOS

Aventura extrema: correr dos días sin parar, con 50 grados

Susana Segurel fue la única argentina en una de las carreras más exigentes del mundo, que se realiza en Guarujá, Brasil.

Cuando todos corrían, ella caminaba o trotaba. Esa fue una de las claves que permitió a la ultramaratonista platense Susana Segurel (52) economizar energías durante el primer día de la carrera extrema de 48 horas recientemente disputada en la ciudad brasilera de Guarujá, donde no sólo se dio el gusto de cruzar la meta en perfecto estado a pesar de los 50 grados de calor que signaron el segundo día de competencia, sino también de obtener el primer puesto en su categoría (mujeres de entre 50 y 60 años), el sexto puesto entre las mujeres y el puesto número 17 en la clasificación general. 

Fue y eso es subrayado especialmente por Susana Segurel -que ya participó en otras ultramaratones extremas, como las 24 horas de Río- una experiencia extenuante. 

Se trataba de recorrer la mayor cantidad de kilómetros posibles durante 48 horas, de día y de noche, en un circuito de asfalto de 400 metros desde el que se podía ver el mar, pero donde mandaba el calor. “Era tal la incidencia del calor que habían dispuesto unas duchas a la vera de la pista y una pileta con agua helada para que los corredores se refrescaran” Con 50 grados de temperatura máxima durante el segundo día de carrera, el clima fue el principal protagonista y uno de los grandes obstáculos a vencer. 

El inteligente planteo de Julio Latini, corredor brasilero y asistente personal de Segurel fue clave en conseguir el objetivo a base de economizar esfuerzos en los primeros tramos de la carrera, sin preocuparse por lo que hacían los otros. 

Es por eso que, al principio de la competencia, mientras otros corrían, la platense y única argentina de la prueba, Susana Segurel, caminaba o trotaba tranquila. Más tarde y sobre todo después de la hora 25 de competencia, eso le permitiría llegar con resto físico en el marco de una prueba muy exigente, en la que muchos corredores se desvanecían por la doble acción del esfuerzo y el calor. “El segundo día fue devastador para todos. Me animo a decir que casi ningún corredor pudo superar sus marcas. Solo se trataba de sobrevivir a ese infierno y sin lastimarse”, indica Segurel, que es coordinadora de la ultramaratón internacional que desde hace dos años se lleva a cabo en La Plata y que destacó la calidad de la organización de la experiencia de Guarujá. “Era tal la incidencia del calor que habían dispuesto unas duchas a la vera de la pista y una pileta con agua helada para que los corredores se refrescaran, aunque muchos no lo hacían para lograr las metas que se habían propuesto con relación al tiempo. Desde ese punto de vista yo quedé satisfecha con el resultado, porque mi filosofía es llegar a la meta sana y entera y no tratar de sumar kilómetros cueste lo que cueste. 

Esas dos visiones estuvieron presentes en las actitudes que adoptaban los distintos corredores”, indica Segurel. Uno de los contrastes con mayor carga psicológica para los corredores era la cercanía del mar. Se corría junto a la costa, pero con la prohibición explícita de abandonar la zona del circuito, por lo cual el mar representaba una fuerte tentación y a la vez una posibilidad vedada para los corredores, indica Segurel. “En los peores momentos la temperatura máxima alcanzó los cincuenta grados y no quiero imaginarme a cuánto subió la sensación térmica. De a ratos imaginábamos que éramos como maizales y que íbamos a terminar todos explotando como pochoclos en ese calor. Ahora en casa pienso en esta imagen y me resulta cómica, pero en ese momento me parecía muy real”, indica la ultramaratonista platense. 

Segurel relata una anécdota que demuestra el trabajo y la deferencia de su asistente brasilero Julio Latini. “En un momento hice un comentario a Julio, sin esperanzas: ´como me comería un helado´. Y Julio me preguntó: ´¿de qué sabor?´. Lo miré casi como para enojarme, porque pensé que se estaba burlando y le contesté: de limón y seguí dando vueltas...a los pocos metros Julio estaba caminando hacia mi con un helado de limón. Tal vez uno de afuera no pueda entender la magnitud que tiene este gesto, pero para mi fue una forma de saber que tenía un asistente de lujo”. En total, Susana Segurel recorrió más de 214 kilómetros durante las 48 horas que duró la competencia y se convirtió en la primera platense en obtener ese logro. Todo en el marco de un evento internacional, que se caracteriza por reunir a competidores de distintos rincones del mundo, aunque la mayoría en este caso fueron brasileros. 

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