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TURÍSMO

La otra Europa: pueblos que si aún no conoces, tienes que conocer

Uno de los destinos más apreciados son los pueblos perdidos. Y no es de extrañar. Se pueden encontrar verdaderas maravillas a tan solo unos kilómetros de las grandes ciudades. Por eso, esta lista de Los pueblos que si aún no conoces, tienes que conocer, recoge algunos de esos rincones que son realmente especiales sin esfuerzo, simplemente siendo lo que son: pueblos.

Oberammergau, una obra de arte a la alemana
Esta historia de Alemania es curiosa. En 1633, durante una epidemia de peste, los habitantes de Oberammergau (Baviera) soñaron con librarse de la enfermedad si pintaban escenas de la pasión de Cristo en sus fachadas. Desde entonces, diferentes escenificaciones se realizan cada 10 años, donde participa todo el pueblo. Si te gusta, toma nota: 2020 es la próxima fecha prevista, por si la quieres tener en cuenta…

Domburgo, la costa de Holanda
Perteneciente a Veere, en la provincia de Zelanda, esta localidad balneario es uno de los paraísos veraniegos de los holandeses y, cómo no, su historia es también muy especial. En 1647, después de una tormenta, se hallaron en las playas de Domburgo restos de inscripciones latinas y varias estatuas de Neptuno y Mercurio. Siguiendo lo escrito, los comerciantes y navegantes de la zona levantaron allí un santuario que hoy en día es el origen del pueblito.

Brandenberg, en el Tirol
Este es uno de esos pueblos de cuento, con montañas nevadas de fondo, casitas, zonas alpinas y hasta un río, el Inn. Además de bonito es una zona ideal para practicar un deporte muy curioso: el rodel, que es el famoso trineo tradicional tirolés. Así que ya sea en trineo o a pie, este pueblo es una verdadero paraíso entre montañas.

Pont en Royans y sus casas suspendidas
Pont en Royans (Francia) es lo que se denominaría “un pueblo pintoresco”. Aunque toda la zona es preciosa por sí misma, lo cierto es que son las casas medievales a orillas de Bourne lo que más llama la atención. Datan del XVI y antiguamente eran tiendas de madera. Recuerda ligeramente a nuestra querida Cuenca, ¿verdad?

Geiranger, el pueblo del fiordo
Además de la belleza del pueblo con sus casitas blancas y algunos tejados llenos de hierba, lo cierto es que Geiranger debe de tener una de las ubicaciones más bonitas de todo el mundo. Para ser más exactos está situado al final del fiordo del mismo nombre, en Noruega. Un lugar donde da igual la época del año que sea: en invierno reina la nieve y los paisajes blancos, y en verano el deshielo y las montañas verdes.

Procida, la isla de Nápoles
Unas palabras de Naxos para ubicar Procida: “Una de las joyas que se pueden encontrar en el Golfo de Nápoles es la hermosa isla de Procida (Italia). Siempre en la sombra de sus más famosas hermanas Iscia y, sobre todo, Capri, se puede decir que Procida no atrae el turismo de masas que estas otras dos islas pero tiene gran parte de su atractivo.”
También nos cuenta que se puede recorrer en muy poco tiempo en bici o en una moto pequeña, y que es escenario de la película “El cartero de Pablo Neruda”.

Çavusin, la Turquía más profunda
En plena Capadocia, muy cerca del Göreme, se encuentra el pueblo de Çavusin, uno de los más antiguos de la zona. De hecho, para hacerse una idea de su antigüedad basta con saber que su iglesia es del siglo V y que la ciudad empezó a construirse allá por el año 965. Un pueblo excavado en roca y con cierto toque a paisaje lunar. Perfecto.

Setenil de las Bodegas, el tesoro español
Aunque parezca mentira no son tantas las personas que conocen Setenil. Cosa rara, porque la verdad es que es un pueblo con una peculiaridad casi única. Muchas de sus casas de color blanco están construidas bajo un saliente de roca inmenso que incluso da un poco de miedo. Aunque también es verdad que es bien bonito.

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