Los restos mortales del gran pianista argentino Horacio Salgán, fallecido el sábado a los cien años, fueron depositados ayer al mediodía en el Panteón de Sadaic del Cementerio de Chacarita.
Su hijo César, familiares y músicos cercanos llegaron hasta la Chacarita para el último y definitivo adiós a uno de los máximos exponentes que tuvo la historia del tango.
Autor de composiciones emblemáticas como “Don Agustín Bardi”, “Aquellos tangos camperos” y “A fuego lento”, Salgán dejó una marca indeleble en la música popular argentina y su estilo refinado y atorrante a la vez, trascendió incluso las fronteras del tango, siendo admirado por figuras como Astor Piazzolla, Daniel Barenboim, Arthur Rubinstein e Igor Stravinsky.
EN EL CEMENTERIO DE LA CHACARITA
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