“Una curiosidad legítima por saber de dónde salió esa banda, rara en el universo del rock argentino”

La singularidad de una banda que pasó rápidamente de ser casi secreta, de culto y seguida por un público de clase media con ambiciones intelectuales, a convertirse en un fenómeno masivo capaz de mover multitudes es uno de los rasgos que explica el fuerte interés, que, a 15 años de su separación, siguen despertando Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Un interés que alimenta la incesante publicación de ensayos y biografías basados en su historia y su obra.
Así lo indica el historiador Sergio Pujol, quien dice que “el tema de los Redondos es un tema de un gran interés sociológico, político y artístico. Sociológico porque pasa en muy poco tiempo de ser una banda secreta a convertirse en la más popular de la historia argentina, con una notable mutación de público: a sus primeros seguidores se les suman otros que parecen tener poco que ver con el hermetismo de las letras de la banda”.
Pujol agrega que el interés político lo da su posicionamiento respecto a la industria cultural. La banda se muestra durante toda su trayectoria muy consecuente  con el manejo que hace de su imagen y de su relación con los medios de comunicación. Sólo ocasionalmente ofrecen entrevistas, en situaciones particulares y parecen guiarse por los consejos que Pierre Bourdieu daba a los intelectuales para relacionarse con los medios. Y es aquí donde aparece otro punto importante, a juicio del historiador: el grupo se posiciona reivindicando un rol intelectual, algo que no era común entre las bandas de rock.
Otros condimentos políticos: hay en las letras referencias a cierto anarquismo y la expresión de una desconfianza hacia los partidos tradicionales que tenía  que ver con el momento en que fueron escritas y revelaban el posicionamiento del grupo hacia la coyuntura política.
“En cuanto a lo artístico”, continúa Pujol, “la obra de los Redondos es muy coherente, sólida en términos estéticos, orgánica hasta tal punto que es difícil pensar en una antología de canciones de la banda. Su marca es muy personal en términos musicales, más cercana al rock americano de bandas como Grateful Dead o de músicos como Frank Zappa que al británico”.
Para el historiador, el interés en interpretar y analizar la historia de los Redondos puede partir de la necesidad de su primer público, ese público cercano a lo intelectual, “que no puede salir de su perplejidad cuando se produjo ese pasaje, de la banda de casi secreta a la masividad”.
Por otra parte y en lo que tiene que ver con el libro de Mariano del Mazo, Pujol destaca que su gran aporte es que no se queda en la historia, en lo fundacional, sino que ahonda en la música de la banda y su evolución y en la forma en que se va modificando el sonido del grupo sin perder originalidad, además de destacar el rol compositivo del Indio Solari, ya que en cierto modo se creía que en la discografía de la banda las letras corrían por cuenta de Solari y las músicas de Skay Beilinson exclusivamente.
En todo caso, creo que hay una curiosidad legítima por saber de dónde salió esa banda, tan rara en el universo del rock argentino”, afirma y si bien destaca el interés  que tienen todos estos libros para dilucidar distintos aspectos de la historia de los Redondos, también plantea que este fenómeno editorial muestra que “el estudio de Los Redondos está un poco sobrevaluado si se considera que  hay otras zonas del rock nacional y de la música popular  que han sido poco o nada investigadas y biografiadas”.

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