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TIEMPOS MODERNOS

El consumo de los chicos aumentó en gran escala en los últimos veinte años

Tecnología, salidas y actividades extraescolares hicieron que el impacto en el presupuesto familiar salte del 15% a más del 30% en dos décadas. El peso del aumento de los productos importados.

Hubo un tiempo en que Silvina Labrunee y Edgardo Bogado disfrutaban saliendo cada tanto solos a cenar afuera. Pero eso ya es cosa del pasado, algo que a medida que los hijos crecen pasa con muy poca frecuencia. La pareja, ambos empleados, tienen tres hijos de 13, 9 y 4 años. Y el impacto de los gastos de los chicos pesa cada vez más en el presupuesto familiar, según cuenta Silvina.
Después enumera algunos ejemplos. Habla de los celulares de los chicos, que “no pueden ser cualquier celular, que tienen que tener conexión a internet, para que puedan integrarse a los grupos de WhatsApp”.
Cualquier móvil con esas características vale por lo menos 3.000  pesos y 250 el abono mensual.  La que es más celosa del celular, dice Silvina, es Pilar, la más grande. Ella también tiene un gasto fijo que repercute en el presupuesto familiar: sale todos los fines de semana con sus compañeritas del colegio al cine y a una casa de comidas rápidas. Una salida tradiconal de adolescentes cuyo costo no baja de los 200 pesos.
Juan Pablo, el nene de 9 va a fútbol a un club de barrio. La cuota le cuesta sólo 150 pesos, pero ir en familia a cada partido suma unos 200 pesos por fecha (en concepto de entradas y comidas). A fin de mes el fúbtol representa un gasto superior a los 1.000 pesos.Y cuando Juan Pablo tiene que comprarse botines, que apenas durarán unos meses antes de que sea necesario cambiarlos otra vez,  hay que sumarle 800 o 900 pesos más.
La enumeración de Silvina está lejos de terminar: los nenes van en todos los casos a colegio privado y los gastos fijos en ese concepto ascienden a alrededor de 2.500 pesos mensuales. También quieren tablets , juegos para la play (entre 700 y 800 pesos para la play 3- y la propia play, alrededor de 7.000 pesos. Y van a las fiestas de cumpeaños de  sus amigos tanto del colegio, como del club y de otras actividades extraescolares. Cada fiesta de cumpleaños representa un gasto en regalos que ronda los 100 pesos y en un mes pueden tener varias.
La historia de Silvina y Edgardo puede diferir en montos de la de otras familias platenses. Pero tiene en común el crecimiento del impacto de los gastos del los chicos en el crecimiento familiar.
Desde el Centro de Educación del Consumidor, una entidad de defensa de los derechos de consumidores y usuarios, su presidente, Susana Andrada, explica que esta es una tendencia general. Según los datos que manejan en esa ONG en los últimos 20 años, la incidencia del gasto de los hijos en el presupuesto familiar se duplicó. Mientras a finales de los ´90 era de entre el 10 y el 15% actualmente se ubica entre el 25 y el 30%, aunque en algunos casos incluso supera ese   porcentaje.
Según Andrada, “el impacto del consumo de los chicos en el presupuesto familiar fue creciendo progresivamente a partir del desarrollo de las nuevas tecnologías, del crecimiento de las actividades extraescolares como consecuencia del fenómeno de los padres con varias
ocupaciones y el surgimiento de los llamados los “chicos con agenda”, que tienen múltiples acividades fuera de la escuela.
Pero paralelamente fue abonado por otro fenómeno que el economista platense Martín Tetaz llama “la soberanía de los más chicos”.
Así, si hace dos décadas los consumos de una casa eran decididos exclusivamente por los mayores, eso fue cambiando progresivamente y hoy los chicos se forman como consumidores a edades muy tempranas y no sólo deciden sus propios consumos, sino que también intervienen en las decisiones de otros consumos familiares, como la alimentación o los viajes.
Detrás de esta tendencia se observa, asimismo una actitud más agresiva de las empresas, que elaboran estrategias de marketing y publicidad dirigidas específicamente a los chicos, relacionadas sobre todo con el packagging de los productos, pero también con bienes diseñados pensando específicamente en los niños.
El incremento de los bienes y servicios consumidos por los chicos no es lo único que explica el impacto creciente de sus gastos en la economía familiar. El otro factor a tener en cuenta es que muchos de los artículos que consumen los menores son importados o bienes que compiten con las importaciones, cuyo costo se triplico entre 2011 y la actualidad, según indica el economista platense Martín Tetaz.
El incremento del gasto también alimenta estrategias familiares para hacerle frente. En muchos casos, hay gastos que corren por cuenta de abuelos, tíos o padrinos, mientras que aparecen nuevas costumbres vinculadas a los cumpleaños.
“Ya casi nadie aparece en una fiesta llevando el regalo que eligió. Lo que se hace es consultar antes qué es lo que el chico está necesitando. Y sino también se extiende una modalidad que es juntar plata entre los compañeros para el agasajado y entregarle lo recaudado. O directamente que cada uno le lleve a la fiesta un sobre con plata”, dice Silvina Labrunee.

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