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ESTÉTICA

Los hombres demandan más tratamientos estéticos

A la hora de cuidar el cuerpo, los argentinos cambiaron sus hábitos. La protección solar ya es un hecho, los tratamientos dermatológicos se popularizaron, y las cirugías son cada vez menos invasivas. Qué piden ellos a la hora de consultar al esteticista.

Los hombres se sumaron a esta loca carrera por verse mejor y los cambios sociales hicieron que la estética masculina adquiriera un lugar que antes jamás había tenido: juventud y belleza son valores importantes en casi todas las culturas, y esto es lo que intentan lograr los tratamientos estéticos.
Hablar sólo de estética con respecto a los hombres sería encasillarlos en algo que no es cierto. Sí es verdad que los hombres consumen estética y muchos lo hacen no sólo para verse mejor sino también por una demanda en el mercado socio-laboral que se está viviendo.
Hoy las empresas toman como empleados a gente cada vez más joven y la presencia es importante.
Pero la tendencia también está cambiando hacia el sector puramente de salud.
Es ahí donde hablamos de medicina anti-aging, término que en realidad no es el más indicado, ya que lo ideal es hablar de mejorar la calidad de vida y retrasar los procesos de oxidación corporales.
Los hombres se realizan tratamientos contra las arrugas como por ejemplo, la aplicación de toxina botulínica, rellenos faciales con ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas para tratar la calidad de la piel y también para el tratamiento de la alopecia, para lo que también se someten a la mesoterapia capilar.
Otros, en cambio, solicitan la depilación definitiva y los demás tratamientos estéticos sobre todo para tratar la adiposidad localizada en abdomen y flancos (lo que llamamos flotadores).
Lo que la actualidad marca es que a la hora de cuidar la propia estética, los argentinos cambiaron sus hábitos. La protección solar ya es un hábito, los tratamientos dermatológicos se popularizaron, y las cirugías son cada vez menos invasivas.
El mercado de la estética masculina se disparó en los últimos años. Actualmente de cada diez usuarios de un centro estético, cuatro son hombres dispuestos a  cambiar su aspecto, pudiendo llegar a ser igual o incluso mucho más fieles que las mujeres.
Es cierto que los hombres consumen estética y muchos lo hacen no sólo para verse mejor sino también por una demanda en el mercado socio-laboral que es real: hoy las empresas toman como empleados a gente cada vez más joven y la presencia pasó a cobrar importancia a la hora de encarar un nuevo proyecto.
En este contexto, los representantes del “sexo fuerte” se muestran preocupados por la sequedad de la piel del rostro, los signos de cansancio asociados al estrés, bolsas de párpados y ojeras, arrugas de expresión, o el descolgamiento por flacidez de la cara que acentúan determinados pliegues.
También son especialmente cuidadosos con sus labios, su tórax, manchas e imperfecciones de la piel.
Imposible dejar de lado los tratamientos para tratar la calvicie, uno de los problemas más frecuentes para el hombre a partir de los 30 años.
Bien vale aclarar que los varones corren con ventaja: tienen un umbral de dolor más bajo que las mujeres, cuando toman la determinación del cambio, no dudan nada, hacen la consulta, se realizan el tratamiento, son puntuales en los turnos, y sobre todo siguen correctamente las indicaciones médicas.
Si bien primero consultan por los “flotadores”, de a poco se animan a averiguar por el resto de tratamientos que desearían hacerse.
No está mal en absoluto tratar de estar bien, sin embargo, no hay que olvidarse que cada uno está hecho con un “molde” y cuando cambiamos ese molde dejamos de ser nosotros mismos. Como en todo, los extremos no son buenos.

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