Acceso a El Dorado: siguen trabajando en la repavimentación

La historia cuenta que en los primeros años  de la década del 70, con el gral Lanusse como Jefe de Estado de la Argentina, El Dorado dio un paso sumamente importante en su historia interna al lograr que su acceso principal fuese pavimentado por completo. Eran épocas donde esta localidad contaba con más de mil habitantes, fruto de la relación directa de su comunidad con al agro.
Años posteriores, y junto al crecimiento de ciudades aledañas (Vedia y Lincoln), muchos habitantes y familias comenzaron a trasladarse hacia otros centros urbanos con mayores prestaciones y facilidades para la vida cotidiana. Todo esto, además, acompañado por la crisis del sector agropecuario propia de la década del 80 y 90 sumada a inundaciones que terminaron de decidir a muchos doradenses de irse de su querida localidad.
Pero El Dorado resistió. O bien puede decirse que sus habitantes resistieron al olvido propio de un pueblo que se negaba a desaparecer como lo estaba haciendo su acceso. Remiendos constantes, algunos arreglos para salir del paso. Todo esto eran sólo algunos parches para evitar el deterioro mayor de la única vía de acceso a esta localidad. También ayudaron a su destrucción las sobre cargas en los transportes de granos.
Desde la gestión Conocchiari, los reclamos de los vecinos y del delegado local en cuanto a conseguir una solución con respecto al acceso llegaron fuerte al despacho municipal. Primero se optó por hacer '"desaparecer" por completo lo poco que quedaban de estos 11.5 km asfaltados retirando los últimos vestigios del pavimento. Del asfalto se pasó a tierra.
Así fueron los últimos años de El Dorado, que observó como los transportes de pasajeros se retiraron del mapa local, tanto colectivos como algunos remises. Así también fueron los esfuerzos del Municipio por mantener, al menos, los caminos secundarios en condiciones permanentes para que aquellos que querían evitar circular por el acceso principal lo hagan por caminos rurales aptos.
Pero todo esto escondía un reclamo más profundo. Reclamos y solicitud que hizo eco en las gestiones constantes que el intendente Alberto Conocchiari comenzó a hacer circular por diferentes dependencias provinciales y nacionales. En una provincia con 134 municipios, la gran mayoría con poblaciones mucho más elevadas que la del distrito de Leandro N. Alem y ni que hablar con la localidad de El Dorado, lograr que el pedido genuino de los vecinos y del Municipio sea positivo en autoridades con poder de decisión parecía una empresa imposible de conseguir.
Finalmente, y luego de años de gestiones, en los primeros meses de este año comenzaron los trabajos concretos para la repavi-mentación del acceso. Más de 11.5 km. de extensión que serán repavimentados por completo en una obra de infraestructura compleja y con una gran inversión ($ 9 millones).
Con sus cinco alcantarillas ya construidas y terminadas actualmente las labores se desarrollan en diferentes pasajes del acceso. La nivelación, la tirada de materiales previo a la pavimentación concreta, son hoy trabajos cotidianos en este acceso que cobrará vida después de años de resistencia.
Hoy El Dorado parece resurgir. No sólo con un futuro acceso sino también con otras obras que llegaron para quedarse, para afianzar el espíritu mismo del pueblo como lo fueron las 14 viviendas del Plan Federal I, la red de agua potable inaugurada hace apenas meses y que ya cuenta con más de 50 bocas conectadas, las 40 cuadras de cordón cuneta construidas, su ambulancia, etc.