Este jueves a las 18 horas se realizará en el Centro Cultural Ernesto Sábato una charla sobre ciberdelitos. Es por eso que desde la Dirección de Seguridad del Municipio se invita a la comunidad en general, y en especial a adultos mayores, a participar de las charlas de seguridad y prevención para evitar ser víctimas de estafas electrónicas, “Cuentos del tío” y otros tipos de nuevas modalidades delictivas.
La exposición estará a cargo del abogado especialista en Derecho Penal e Investigaciones Digitales del Departamento Judicial de Junín, Martín Laius. “Invitamos a la comunidad rojense a participar de dicha charla, que será abierta y gratuita”, advirtieron.
“No es solo WhatsApp, también hay hackeos de Instagram y Facebook. El 100 por ciento de los hackeados no tiene activada la autenticación por dos pasos, que es la única herramienta para frenar los hackeos”, afirmó el fiscal especializado en ciberdelitos, Martín Laius.
Según Laius, hay dos maneras de robar la cuenta de WhatsApp. En el primer caso “te llega un SMS que te pide el código de seis dígitos para abrir la cuenta en otro dispositivo. De esta manera te toman la foto y los contactos para escribirles desde otra cuenta haciéndose pasar por vos”. El segundo, se da a través de un “link que te manda el estafador para hacer clic y te roban la cuenta”.
Las modalidades delictivas crecieron a pasós agigantados
La pandemia trasladó la vida al mundo digital, y también a los delincuentes, tras el rastro del dinero. El ciberdelito se multiplicó a tal punto, que en nuestro país se registraron al menos un 600% más de fraudes en línea que antes de ese período.
De acuerdo a un informe presentado por el Observatorio de Cibercrimen y Evidencia Digital en Investigaciones Criminales de la Universidad Austral (Ocedic), las denuncias por estafas virtuales aumentaron casi un 200% en los tres primeros meses del año en comparación con el mismo período de 2021.
El informe señala que en la Argentina se registran en promedio 4.800 fraudes mensuales en sus distintas modalidades (estafas en WhatsApp, phishing, usurpación de identidad y “cuento del tío 2.0”), por un monto aproximado de 1.200 millones de pesos. En Pergamino, las estafas virtuales crecieron casi un 32% en un año.
No solo se incrementaron los ataques a cuentas bancarias y billeteras digitales, sino también a redes sociales y apps de mensajería para utilizarlas de trampolín hacia otros tipos de engaños, como suplantación de identidad y “cuentos del tío” con las temáticas más diversas.
Los falsos llamados de Anses para cobrar el IFE, los empleados de atención al cliente truchos que se contactaban con quienes pedían ayuda en las redes para entrar al homebanking y el "cuento del tío del premio del supermercado" fueron las estafas virtuales más difundidas y se cobraron miles de víctimas. Pero la onda expansiva no para y las modalidades van cambiando. Hoy ya hay en el país un caso de ciberfraude cada 10 minutos.
La estafa de la transferencia bancaria
Al phishing (falsos correos electrónicos personificando a empresas como Netflix o Mercado Libre que buscan quedarse con los datos de nuestras tarjetas de crédito), vishing (voice phishing, llamadas telefónicas de alguien que se hace pasar por personal de Anses o un banco para obtener nuestras credenciales bancarias o tarjeta de crédito) y smishing (lo mismo pero a través de SMS o WhatsApp), hay que sumarle un nuevo tipo de estafa que apunta directamente a los emprendedores que venden sus productos a través de Instagram o a quienes lo hacen a través del Marketplace de Facebook: la estafa de la transferencia bancaria.
Imaginemos que tenemos para la venta algún objeto en una plataforma online. Un supuesto interesado se contacta con nosotros consultando el precio y tras acordar la transacción, nos pide el CBU y el DNI para hacernos la transferencia correspondiente.
Ahí es cuando el comprador “se equivoca” y nos transfiere “por error un monto varias veces superior, por lo que nos pide que le devolvamos la diferencia al CBU de un tercero o algún canal extrabancario, generalmente aduciendo algún motivo en particular. Como nosotros somos honestos -y sobre todo confiados- devolvemos el dinero depositado sobrante y seguimos con nuestra vida.
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