DE PUÑO Y LETRA

Tiempos de cambio

En los últimos días, los vecinos habrán podido apreciar los cambios y modificaciones que se han puesto de manifiesto de parte de una gestión que, hasta hace unos días, no aceptaba ni una sola sugerencia, opinión o crítica, sobre los ámbitos del gobierno, que no compartíamos y que hacíamos notar.
Hoy vemos con buenos ojos que exista, al menos y por fin, una autocrítica sobre algunos ámbitos de la gestión, algo extemporánea a mi entender, pero muy necesaria y que ha llevado a las máximas autoridades a intentar rever algunas situaciones, apremiados por la coyuntura política desfavorable, para tratar de revertirlas, aún a pesar de broncas o rencores que son parte de las reglas de juego y que se desprenden del magro resultado electoral obtenido.
El oficialismo, debería buscar las culpas más para adentro que para fuera y no caer en el error de que la gente es buena e inteligente cuando nos vota y es mala, jodida o ignorante cuando deja de hacerlo.
Los ciclos, como en todo orden de la vida, tienen un principio, un desarrollo y un final. Mal podemos creer que son eternos y aferrarnos a ellos para toda la vida.
Este error, hace pensar que el poder que nos dan los ciudadanos con su voto, es eterno y para tratar de mantenerlo es necesario contar con un grupo de colaboradores que, como no puede ser de otra forma, nos digan todo que sí, que todo está bien, sin tener en cuenta la realidad de la opinión de la gente.
Un detalle, no menor, debe ser parte de este análisis y es el contexto, en que ha sucedido el mismo.
La ‘Década ganada’ según el oficialismo (la ‘Década desperdiciada’ según mi opinión) y lo que es mas importante: ¿ Qué nos deja ?
Cada vecino deberá, en síntesis, sacar sus propias conclusiones y la mejor forma de hacerlo es midiendo el bolsillo de cada uno, con que recursos contamos para afrontar el costo de vida actual, tomando en cuenta nuestra economía doméstica, los salarios, la inflación, el impuesto al trabajo (ganancias), el trabajo en negro, sin cobertura social, la falta de trabajo y la dificultad cada día mayor para conseguirlo, dependiendo de un subsidio, plan o ayuda social que no durará para siempre y según el humor de los gobernantes.
La memoria es una virtud fundamental en el ser humano y somos responsables de tenerla activa, por eso es bueno recordar que hasta hace pocos días, muy escasos, podíamos escuchar o leer que había que ‘profundizar el modelo’.
Hoy es un discurso debilitado por la más eficaz herramienta con la que cuenta el vecino en la democracia: El voto popular.
Mal podríamos juzgar al pueblo, cuando vota de una forma que no nos gusta, en todo caso, deberíamos aprender a interpretar sus mensajes y entender que sus expresiones deben ser tenidas en cuenta ‘siempre’ y no sólo cuando tiene que votar.
Después vienen las sorpresas y la búsqueda de culpables, que no siempre es bien interpretada».

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