Diego Lovizio cumplió 60 años y celebró junto a su núcleo familiar, en tiempos de coronavirus.
GENERAL PINTO

Diego Lovizio: "Construimos un teatro para tener un propio espacio y así seguir indagando sobre la condición humana"

Diego Fernando Lovizio Ladaga, actor y titiritero, cumplió jóvenes 60 años y festejó en familia, en tiempos de cuarentena social y obligatoria.
Celebró junto a su pareja, Alejandra Rodríguez, sus hijos Felipe y Luna Violeta Lovizio Rodríguez y su nuera, Guadalupe Odiar, compartiendo con ellos hermosos momentos.
El sexagenario, llegó a la ciudad cabecera en 2013, creando el grupo teatral "Calavera no chilla" y se afincó en 2015, cuando junto a su esposa terminaron de construir la sala "AlmaZen de Teatro".
Actualmente, además de las actividades culturales y personales, Diego conduce el programa radial "El Despegue Vuelo 102" por la F.M. Panamericana 102.1.
Tiene más de cuatro décadas transitando el camino teatral, ya que empezó en 1974, a los 14 años, y se formó en la Escuela Municipal de Artes Dramáticas de la ciudad de Buenos Aires, cómo actor, y en la Escuela Taller del Teatro San Martín, cómo titiritero. 
Trabajó siendo parte del elenco de titiriteros del mismo teatro, realizando giras por toda Latinoamérica y parte de Europa, con la Compañía Teatral “El Desnivel”. 
Actualmente, con la misma compañía, tienen su propio teatro llamado el “AlmaZen”, en nuestra localidad y como todos espera que se levante la cuarentena para seguir expresando su arte.
En una reciente entrevista, de los colegas de "Tura Urb", Lovizio rememoró como fue que se decidió a hacer teatro, señalando:
"Fue el azar que operó, como siempre digo, porque la creación tiene esto de `necesidad, deseo y azar´. En el año 1974 tenía 14 años y mi hermano me pidió que me sumara a un proyecto teatral que se estrenarían en la biblioteca de la Escuela Normal, incentivados por una de las mejores profesoras que tuve la gran `Baby´ Gacio de Aristimuño. Era urgente mi incorporación, porque la obra se estrenaba en siete días y uno de los actores se asustó y se bajó del proyecto. Debía aprender una letra y decirla. Hice de un músico que hablaba delicado, suave un poco amariconado. Me sumé al proyecto; el día del estreno cuando ingresa el público a la sala ya estábamos en escena, me invadió un calor tremendo, una energía que jamás había sentido en mi vida, la piel se me puso de gallina. Fue como si una corriente eléctrica me atravesara por todo el cuerpo y al comenzar a actuar, ocurrió como si todo hubiera desaparecido: había ingresado a otro tiempo-espacio. Fue una sensación extraña, una sensación, extra cotidiana se apoderó de mí y a partir de ese momento nunca más pude dejar de hacer teatro ya sea como actor, iluminador, libretista o lo que me tocara hacer. El teatro se acercó a mí, en verdad, ya que no era muy consciente que es lo que hacía con toda esa gente ahí", manifestó Diego.

EL TEATRO EN SU VIDA
Sobre que significa el teatro en tu vida, destaco que "El teatro, el arte dramático, es el espacio donde soy, donde mi ser se expande. El hacer un teatro, dedicarse al arte dramático no es una carrera es un `estar en expansión´. El arte dramático es una actividad mal llamada teatro, es el arte del drama: `Drama en tanto acción”. El actor, la actriz, accionan haciendo de la acción un arte y la utilizan como metáfora. Teatro es el edificio, teatro quiere decir: `lugar para ver´. Los actores no hacemos teatro, el teatro lo suelen hacer los trabajadores de la construcción y también los esceno-técnicos, quienes preparan el espacio o un espacio para que algo se vea. Me gusta el arte del drama, me dedico al teatro porque indaga sobre la condición humana. Lo humano siempre me resulto un misterio, develar la gran paradoja: Cuanto más tiempo vivimos, más próximo a la muerte estamos. El cuerpo en estado de representación, es lo más verdadero y sincero que he visto, el arte dramático es una gran mentira organizada con un sentido profundo de verdad; una vez más lo paradojal se hace presente. Por eso me dedico al arte dramático y también por todo esto, con la Compañía Teatral `El Desnivel´, construimos un teatro, una sala en General Pinto, para tener un propio espacio y así seguir indagando sobre la condición humana".
Tras expresar, sobre su actividad teatral durante estos años, que "Un momento muy feliz de mi vida fue cuando tuve que sacar el pasaporte, ya que nos íbamos de gira a Charlaville Meziers, Francia, por primera vez, y me preguntaron mi profesión. Les contesté ¡ actor-titiritero !, y lo dije con orgullo, lleno de felicidad e internamente me repetía como un rezo: `Soy actor titiritero, que bueno que es esto´. Estaba como un niño y me repetía internamente esa frase", el talentoso vecino dijo:
"Ahí descubrí el verdadero sentido de un profesional del teatro, ya que profesional es aquel que `profesa algo´, profesional es aquel que tiene fe en una actividad y en ese instante me descubro como un hombre de fe. Tengo fe en el teatro, en el arte del drama, en el arte de la acción. Ese fue el momento más feliz que me dio el teatro".
Finalmente, consultado por los colegas que lo reportearon sobre que diferencias encuentra entre el teatro y otras artes, Diego Lovizio manifestó:
"El arte dramático es el arte colectivo por excelencia. Tal es así que el teatro se completa con el público, sin público no hay arte, no hay teatro. El teatro se diferencia de las otras artes porque pertenece a las llamadas artes dinámicas, es decir aquellas que ocurren en un tiempo-espacio único e irrepetible: `El teatro es puro instante´. Las otras artes, las llamadas estáticas, las visuales pintura y dibujo, permanecen en el tiempo. Hoy podes ver `La Gioconda´ que pintó Leonardo Da Vince en el Renacimiento, pero no podemos asistir a una función de los actores de la Comedia del Arte o ir a verlo a Moliere actuar o a `Pepe´ Podestá en el Circo Criollo. Ahí reside el poder del arte dramático, ya que es efímero, dura un instante, y el espectador se lleva las impresiones vividas durante la función; se las lleva pegadas en su subjetividad, se lleva esa corriente de energía, que uno actor, ser actuante, entrega intentando dejar en el cuerpo físico afectivo y espiritual del espectador un poco de energía vital que lo modifique, que lo conmueva, que lo interpele, que lo saque de esa zona de confort tan nociva para la condición humana. El teatro es revolución o no es arte, si no revoluciona es otra cosa", completó Diego Lovizio.