Los “Taxi locos” posando para la foto en el escenario mayor del Carnaval de Lincoln.
POPULARES ATRACCIONES MECÁNICAS

Los “Autos locos”, una marca registrada de los Carnavales de Lincoln

Se crearon en 1974 de la mano de Julio Omar Bernini y Juan Carlos De Palma. Tres generaciones trabajaron en el proyecto y hoy recorren el país llevando la alegría como única bandera.

Desde hace más de 45 años, los “Autos locos” son un atractivo indiscutible del Carnaval Artesanal de Lincoln. En 1974, en un taller mecánico ubicado en la avenida Massey 1800, Julio Omar Bernini y Juan Carlos De Palma dejaron de lado el automovilismo y decidieron, por diversión, crear una atracción mecánica que tenga estilo propio y que refleje el espíritu carnavalesco de la ciudad.

“Ellos tenían una Estanciera que le cortaron la cola y el techo, y ahí empezaron a crear autos con movimiento. Sin querer, para divertirse, inventaron atracciones mecánicas que no se ven en otros lados en la forma y en la magnitud que se ven acá”, expresó Claudio Bernini, hijo de uno de los creadores de los Autos locos, quien tomó la posta cuando falleció su padre: “Él murió en el año 2005 y me hice cargo de los autos. Hoy tengo 17 vehículos, pero en actividad hay seis porque cuesta mucho mantenerlos y más saliendo de la pandemia que está todo muy inestable. No es fácil mantener algo tan artesanal como esto, a veces, tomar decisiones y hacer cambios para poder actualizarlos es difícil; en 47 años las cosas van cambiando y la tecnología nos invade por todos lados”.

Claudio contó que, en esos tiempos, los autos eran muy “toscos”, de fierro, y hoy en su mayoría son de plástico y cuesta mucho reformarlos. “En lo que es dinero, es mucho más caro lo nuevo que reformar una cosa vieja; ahí tenemos una disyuntiva que es el tiempo, el dinero, cómo lo manejamos y, además, la edad que uno tiene que va avanzando y se nota”, aseguró.

Cada uno de los Autos locos tiene su impronta y su particularidad: el “Taxi loco I” y el “Taxi loco II” son dos autos marca Ford T que dan vueltas; también está la “Bolita loca”, un Fiat 600 que se parte al medio; el “Topo loco”, un Fiat Topolino modelo 1936, como el que usaba Juan Carlos Calabró, que se parte en tres pedazos; el “Giro con tornillo”, un IZ que circula a velocidad, vuelca y da dos o tres vueltas con el piloto adentro, como un simulador de vuelo y, por último, el “Ratón loco”, un automóvil marca Heinkel, hecho con material de cabina de helicópteros para la Segunda Guerra Mundial.

“En el 2020 puse en marcha la Estanciera con sus 45 años, la pintamos, le hicimos unos retoques y Juan De Palma la manejó. Ese vehículo fue uno de los últimos en marcha de los que ya casi no van a volver a salir porque están muy desactualizados. Para que salgan a la calle hay que hacer una inversión muy grande, hoy es todo a base de dinero. Antes era diferente, pedías una colaboración y la gente colaboraba de una forma completamente distinta a la de hoy”, expresó Bernini.

Y en la misma línea, Claudio continuó “es difícil para el que no lo practica entenderlo, vos ves más o menos el mismo auto hacer lo mismo, pero hay mucha inversión atrás. También cuando quedan los autos guardados de un año para otro, hay que hacer una inversión para que el auto no se estropee y que el año siguiente esté lo mejor posible. Cualquier auto que dejo parado 8 o 9 meses se estropea más que andando”.

De Lincoln al país

A lo largo de las décadas, los Autos locos se han hecho conocidos en casi todo el territorio nacional y estuvieron presentes en cientos de fiestas populares, en este sentido, Bernini contó por algunos de los lugares donde estuvieron “hemos estado, antes de la pandemia, en la Fiesta Nacional del Ternero en Ayacucho; la Fiesta de la Flor en Escobar; inauguración de temporada en Mar del Plata; también en la Fiesta del Lago en Calafate; San Juan; La Rioja, hemos caminado mucho el país, por todos lados. El año pasado estuvimos en los Carnavales de Cutral Có, Neuquén; en los de Zapala; y en desfiles de torneos juveniles en representación del Carnaval de Lincoln con autos y batucadas”, aseguró.

Los Autos locos y la gente

Los niños, jóvenes y grandes quedan obnubilados al ver a los Autos locos en acción, la popularidad de estas atracciones mecánicas llevó a que sean reconocidos a nivel país “ves continuamente aplausos, fotos y videos, pedís el aplauso y la gente te aplaude y te alienta. Me acuerdo de unos chicos que hoy ya son personas de 18 años que vinieron desde Lanús a ver al escenario un show de rock y, en ese momento tenían 9 años y el otro 10, Santino y Lautaro, y se hicieron fanáticos de los Autos locos”, relató Bernini.

Y agregó “son historias que te quedan grabadas porque yo hago lo que puedo, me la rebusco laburando de lo que me sale, hago cualquier cosa, y esas cosas te quedan grabadas y te motivan. Es muy fuerte grabar algo a un pibe que no se va a olvidar nunca más. Los chicos son lo más sincero que hay, eso no tiene valor. Somos poquitos los afortunados que podemos vivirlo desde adentro. Me genera una hermosa sensación, eso es lo más gratificante y lo más lindo”.

Tres generaciones

Claudio Bernini es la segunda generación que está al frente de los Autos locos, empezó su padre y, hoy, hay una tercera generación que son sus hijos. “Lo que yo he hecho, hasta que pueda, lo voy a disfrutar como lo disfrutó mi viejo, tengo esto nada más ir con alegría”, sostuvo.

“Tengo tres hijos. Mi hija tiene 17 años y fue la primera mujer que manejó un auto loco. Tuvo el orgullo de manejar el ‘Fuelle del Chuco’, que es un Citroën que está cortado al medio y va simulando un fuelle y es el auto que mi viejo más quería porque era fanático del tango. Con el tiempo la nieta lo pudo manejar y hoy, es uno de los autos que está inactivo pero, es de los primeros en carpeta para volver a sacar”, contó Bernini. 

Y agregó: “Después está Santiago, que tiene 23 años. Él manejaba, ahora se ha alejado un poco de la participación de los autos por cuestiones personales, lo mejor que te puede pasar es que los hijos decidan. Él manejaba el ‘Giro con tornillo’. Y el que está manejando en la actualidad es Tadeo, que tiene 20 años, y maneja el ‘Ratón loco’. Él sí anda conmigo para todos lados y está en el taller al lado mío, el que toma decisiones y con el que más peleo, pero con el fin de que todo salga bien”.

Por último, Bernini confesó que “es una marca registrada y quien lo maneja somos nosotros, pero vos lo nombrás afuera y saben quién sos. No sabés la cantidad de gente que viene, le decís que sos de Lincoln y nombra a los Autos Locos. Esas cosas te llenan el alma”.