Ayer por la tarde cerca de las 16 horas, un hombre de 83 años de edad llamado, Abel Alberto Caviglia, fue hallado sin vida -con importante presencia de sangre- en el patio delantero de su vivienda ubicada en calle Roque Sáez Peña altura 500 en Lincoln.
En este contexto, existieron dos hipótesis principales: la primera se trataría de una muerte violenta por múltiples factores y, la segunda, apuntaba directamente a una muerte natural.
Con el correr de las horas, ante las dudas del caso, la Ayudantía Fiscal de Lincoln a cargo del Dr. Juan Martín Camaleonti, en el marco de un minucioso trabajo investigativo convocó a la Fiscal del Departamento Judicial de Junín, Pamela Ricci, quien brindó detalles sobre la instrucción.
“Acudimos a la ciudad de Lincoln porque teníamos algunas sospechas de que podía ser un acto de violencia; que tenía que ver con la forma en la que estaba impactada la sangre en la pared y, lo que dispusimos fue que, intervinieran peritos de la Policía Científica para realizar, ante todo, impresiones fotográficas; que son las que nos permitieron barajar distintas posibilidades en torno a las hipótesis o teorías del caso”, aseguró Ricci en diálogo con Democracia.
Y agregó: “una vez que analizamos con los expertos; nos cabe la posibilidad, con altísimas probabilidades, que esta persona haya sufrido una descompensación y se haya golpeado con una de las hojas de la ventana, cayendo al suelo y, como estaba anticoagulado por una medicación que él tomaba por la hipertensión, haya tenido un gran reguero de sangre que es lo que más impresiona si uno se queda en el lugar del hecho”.
“Les puedo garantizar que no hay signos de violencia ni de fuerza en el lugar; todo se desarrolla en un radio muy pequeño y la persona puede haber caído en su bicicleta y ubicarse en el suelo con un golpe en la cabeza; a su vez él tenía una riñonera con sus pertenencias con dinero, llaves y teléfono celular, eso descarta un ataque contra la propiedad”, afirmó la Fiscal del caso, Pamela Ricci.
El cuerpo del hombre de 83 años fue trasladado a la ciudad de Junín por el departamento de Policía Científica, a cargo de Alberto Burdiz, para realizar la operación de autopsia y así poder determinar, científicamente, el motivo de su deceso.
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