Pasista de Chacabuco conquistó Gualeguay y se convirtió en el mejor del país
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Pasista de Chacabuco conquistó Gualeguay y se convirtió en el mejor del país

A mediados de abril se realizó el “XIII Encuentro Internacional de Baterías, Batucadas y Pasistas”, en el cual Daio Torres obtuvo el puesto más alto en su actividad. “El baile para mí lo es todo”, aseveró.

Entre el 14, 15 y 16 de abril se desarrolló en Gualeguay, cuna de la cultura entrerriana, el “XIII Encuentro Internacional de Baterías, Batucadas y Pasistas”, en el cual participaron más de 100 delegaciones de 16 provincias distintas, 58 ciudades y que reúne a más de 4 mil rítmicas y pasistas en el reconocido corsódromo.

El evento surgió de la mano de todas las batucadas gualeyas y poco a poco fue expandiendo sus fronteras hasta convertirse en un evento de gran nivel y magnitud. El último que se había llevado a cabo fue en 2019 y, tras la pandemia, este año volvió con todo por lo que las expectativas puestas en esta edición eran muy grandes.

En dicha actividad participó el chacabuquense Daio Torres, quien tuvo un gran desempeño junto a la batucada que forma parte, Angirú Tapiá de Chivilcoy. Torres obtuvo el primer puesto convirtiéndose en campeón internacional como pasista masculino. Su compañera, Andrea Vega, logró el cuarto lugar como pasista femenina y ballet de la batucado se ubicó en el tercer lugar, cerrando un fin de semana soñado.

Daio Torres contó a Democracia que el encuentro es el más grande del país de este tipo y se lo llama internacional porque, por ejemplo, el jurado está compuesto por integrantes de otros países. También llegan espectadores de distintos puntos de Argentina y también de Brasil. “Las delegaciones son todas nacionales, pero hay de todos lados, hasta de Tierra del Fuego”, explicó.

Una competencia de primer nivel

El pasista de Chacabuco remarcó que “es el encuentro en el que todos los pasistas argentinos se preparan para llegar en su mejor forma”. En esta oportunidad, compitieron contra 32 batucadas y 20 pasistas masculinos. El certamen se divide por día. En el primero de ellos compiten las batucadas y al siguiente las baterías. “Son muy parecidos, lo que cambian son algunos instrumentos y ritmos”, detalló.

En cuanto a la preparación, Daio contó que ensayan tres veces por semana. “Todos somos uno. Lo que hacen los chicos de percusión está todo unido a lo que hacen los pasistas y el ballet. Por más que tengamos coreos aparte estamos todos unidos”, destacó.

Otro punto importante es la preparación de la temática. En esta oportunidad, la misma estuvo ligada a los vikingos y los guerreros de aquellas comunidades nórdicas. “Tramos de llevar una historia. Las preparaciones de los vestuarios llevan mucho tiempo y son muy costosos. De eso se encargan los directores, diseñadores y modistas de la batucada. Nosotros, si queremos, le damos un retoque a nuestros vestuarios, siempre y cuando respetemos la temática”, reveló.

Los trajes suelen volver a reutilizarse en otras competencias. En el horizonte asoman tres: Lobos, en septiembre; Saladillo, en octubre; y Mar del Plata en noviembre (donde el año pasado fue campeón del Mar y Zamba).

La responsabilidad de ser el 1

Ganar en Gualeguay es muy difícil, por eso, pasado los días, el pasista sigue sin darse cuenta del logro obtenido. “Todos queremos ganar y nos preparamos mucho. Uno puede dar un gran show, pero son los jurados los que terminan decidiendo. Y así pasa con los vestuarios, maquillaje, etcétera. En las competencias trato de dar todo porque todo suma”, valoró.Ser el mejor pasista de Argentina no se da todos los días. Torres no siente la presión y sabe que de cara a lo que viene, llevar ese título le va a abrir puertas. “Bailo de chico y hace doce años que lo hago en carnavales. El baile para mí lo es todo, no me puede faltar porque lo amo”, valoró.

Por suerte, al ser profesor de ritmos, en la pandemia no sufrió el encierro porque Daio se dedicó a dar clases online y así encontró la forma de estar cerca de lo que más quiere. “Mis días estaban siempre ocupados, a través de una pantalla, algo raro, pero de la noche a la mañana me dedicaba a eso y me mantuvo cerca. Más allá de eso entrañaba los ensayos”, recordó el pasista.

Retornando a la competencia en Gualeguay, el pasista contó que la puesta en escena hacía pensar que era una noche de carnaval. Más allá de la presión que conlleva competir, Daio pudo disfrutar cada segundo del encuentro. Y a la hora de agradecer a quienes lo ayudaron a obtener el logro, no dudó en nombrar a su marido y a todos los que conforman la batucada.

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