El Hogar se fundó en 1985. Alberga niños de Chacabuco y la Región.
El Hogar se fundó en 1985. Alberga niños de Chacabuco y la Región.
INSTITUCIONES

El Hogar de Niños “Miguel Máximo Gil” atraviesa una compleja situación

Además de los problemas económicos a los que debe hacer frente mes a mes, aseguran que se suma la difícil tarea de conseguir personal para trabajar en el lugar, que en la actualidad funciona con un 50% de los empleados que necesita para atender la demanda cotidiana.

La Asociación Miguel Máximo Gil es una reconocida y querida institución de Chacabuco, fundada en 1985, que realiza un importante trabajo social. Pero para ello la institución debe atravesar constantes problemáticas para poder cumplir su rol. 
Su planta funcional opera como un lugar de contención para niños víctimas de abuso, violencia, maltrato, abandonados por sus padres o separados de ellos por sus conductas delictivas o adictivas. 
La realidad cotidiana es más que dura. A pesar de ello, los integrantes de su comisión trabajan y luchan constantemente para mantener a flote el hogar. 
Actualmente viven allí 20 chicos de Chacabuco y la Región. Además de los problemas cotidianos que les toca atravesar, su comisión tiene un nuevo escollo y tiene que ver con la falta de personal para trabajar. 
Para cumplir con la demanda de los niños, se necesitarían doce empleados, pero solo son seis en funciones.
Democracia dialogó con Norma Gil, histórica directiva del Hogar, quien mostró mucha preocupación por la actualidad que viven. 
Sin dudas, la urgencia más importante a resolver, es conseguir empleados para trabajar en el Hogar. 
“No estamos consiguiendo personal. La gente ha perdido la cultura del trabajo y lo estamos padeciendo. Desde diciembre estamos buscando gente idónea y comprometida con lo que hacemos”, admitió Gil.
Respecto a los quehaceres de los empleados, Gil explicó: “Las tareas a realizar son las inherentes al Hogar. Es decir, cuidar a los chicos, cambiarlos, ayudar a bañar a los más chiquitos, acompañarlos a la escuela, al psicólogo, a la fonoaudióloga y a las actividades deportivas o musicales que hagan”.
Además de ese problema, también está el económico. Al Hogar se le hace cada vez más cuesta arriba llegar a fin de mes. 
“Esta comisión trabaja muy bien y ayuda en todo para poder conseguir dinero porque nuestro déficit mensual es muy grande”, advirtió Gil, quien aclaró que todos los hogares que conoce padecen la misma situación. 
En el hogar viven niños recién nacidos y de hasta diez años, aunque también hay algunos de 12 y 13. 
“Muchos han pasado gran parte de su vida acá porque las causas no se resuelven. Las leyes no ayudan en nada. Se burocratizó la justicia del menor y el chico llega al Hogar cuando ya tuvo que pasar por situaciones inimaginables”, disparó Gil.
Para que los niños tengan un futuro próspero, para la fundadora del Hogar deben cambiar muchas cuestiones legales, sociales y judiciales. 
“El panorama que nos toca vivir es muy triste porque veo que todo va para abajo. Esto en los inicios del Hogar no pasaba. La degradación social es cada vez mayor. Vemos problemáticas muy serias. No veo un futuro bueno si no se cambian cuestiones judiciales”, cuestionó.

Historia del hogar

Norma Gil trabaja en el hogar desde su fecha de fundación. Su apellido coincide con el de la institución porque lleva el nombre de su padre, quien era presidente del Concejo Deliberante. Norma contó que el Hogar se creó a diez años de su asesinato. 
En 1985 surgió la posibilidad de homenajearlo con un monumento, gracias a la idea de un grupo de gente. Pero con su familia pensaron que era mejor recordarlo por lo que había hecho desde lo social. En ese momento el doctor Royero había manifestado en los medios que se necesitaba un Hogar para albergar chicos recién nacidos a seis años.
Entonces, la idea de recordar a Miguel Máximo Gil con un monumento, se transformó en algo más útil e importante. Es por eso que hoy, el Hogar lleva su nombre, al que Norma honra día tras día. “Arrancamos en marzo de 1985 y aún estamos acá”, sintetizó.

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