Victor Aiola
“Es una obligación moral y ética recibir a un paciente si lo solicita una ciudad vecina”, afirmó Aiola.
CHACABUCO

Víctor Aiola: “El pico de contagios en el interior se va a dar en los próximos quince días”

El intendente de Chacabuco se refirió a la situación sanitaria que atraviesan los distritos de la Región y, en cuanto a la eventual saturación del sistema de salud de municipios de la zona, aseguró que “es una obligación moral y ética recibir a un paciente si lo solicita una ciudad vecina”.

El coronavirus comenzó a desplazarse con mayor velocidad entre los distritos del interior bonaerense y nuestra Región no es ajena al incremento de casos que se advirtió en las últimas dos semanas. En este sentido, y en diálogo con Democracia, el intendente de Chacabuco y médico pediatra, Víctor Aiola, se refirió a la importancia de ser solidarios en plena pandemia y aseguró que recibirán pacientes de distritos vecinos en caso de ser necesario. 

- ¿Qué análisis hace del avance del coronavirus en la zona?
- El Covid primero estaba focalizado en Capital Federal y en el AMBA,  ahora se distribuye por todas las ciudades en el interior del país; el primer y segundo cordón del Conurbano bonaerense están estabilizados, con alto número de casos pero estable; el tercer cordón y el interior empiezan a aumentar en forma importante. Pasamos de la etapa de evitar que esté el virus presente a convivir con él, esto significa que vamos a tener un hermano, tío, primo, vecino o amigo con Covid. Quedan pocos distritos sin casos. Pienso que todavía no estamos en el pico, el pico ocurre cuando, mirando hacia atrás, hay diez o catorce días de descenso continuo, ahí se puede decir que hubo pico. Algunos distritos pueden no tener pico, pueden lograr mantener una curva plana y tener un rango estable de casos pero, los que estamos ubicados en Ruta 7, con tanto tránsito, ingreso de camiones y personas que vienen de afuera, tenemos alto riesgo, principalmente a través de los trabajadores esenciales. Pienso que los próximos quince días van a ser intensos en lo que respecta al aumento de casos en el interior. 

- ¿Cómo repercute en Chacabuco el aumento de casos en distritos vecinos?
- Nosotros tenemos controles estrictos en el ingreso a la ciudad desde el primer momento pero, por ejemplo, también hay trabajadores esenciales de Chacabuco que viajan todos los días a Arcor en Salto, donde hay circulación viral, como en Bragado. Hay relación continua, tenemos que estar atentos a la concientización y mostrar lo que pasa cuando la gente comparte mate y no cumple con las medidas de bioseguridad: puede haber un aumento exponencial de casos que ponga al sistema de salud al borde del colapso y ahí sí se complica verdaderamente; eso hará que tengamos que derivar pacientes, o bien, tomar la decisión de a quién poner un respirador y a quién no. Nadie quiere que pase eso. 

- ¿Cree que la gente tiene hoy menos miedo al coronavirus? 
- En principio hubo mucha adhesión a las medidas, la gente tenía miedo. Siempre menciono al filósofo Spinoza cuando dice que “cuando la vida está en riesgo, casi por reflejo instintivo, el ciudadano acata todo lo que dice el soberano” -en este caso el soberano sería el presidente, gobernador o intendente- porque ese soberano le garantiza la supervivencia. Ocurrió que, al ser tan larga la cuarentena, el miedo al Covid se ha ido perdiendo, entonces la adhesión es mucho menor. Es fundamental la concientización con respecto al colapso del sistema de salud y la muerte para que se tome conciencia real de los peligros potenciales que tiene esta infección. La gente espera que su líder se ponga al frente de la situación y explique. Foucault decía que “cuando hay poder hay resistencia”, la gente tiende a resistirse al poder del intendente. Mucha gente hace las cosas muy bien pero otros ni siquiera creen que el coronavirus sea algo real, también hay grupos anticuarentena.

- ¿Qué ocurre con la actividad económica en el Distrito?
- El impacto económico es muy importante, no lo produce la cuarentena, lo produce la pandemia, porque la gente tiene miedo. Es decir, por más que saquemos la cuarentena del medio, la gente, por temor, no va a ir al gimnasio y demás. Alguien dijo que “el tiempo ordena” y hoy no podemos saber cuándo termina la pandemia, estamos desordenados en cuanto al tiempo y eso genera ansiedad, tristeza, incertidumbre, no se puede planificar el futuro. Digo que es un tiempo suspendido, lo que considerábamos normal ya no lo es. Este debe ser un tiempo de moderación, hay que escuchar, tratar de entender. Pongo el ejemplo de, como pediatra, estando en guardia me ha tocado que lleguen pacientes con un chiquito con convulsión febril y me pateen la puerta: el profesional es uno en ese momento, tiene que entender que ese padre está nervioso porque no sabe qué le pasa a su hijo, tiene que atender al nene, ponerlo bien y, seguramente, luego esos padres van a entender. Ahora, si uno se enoja con los padres, no está actuando como profesional. Lo mismo pasa hoy con el Covid, tenemos que entender que la gente está enojada porque el ser humano necesita encontrar culpables. El culpable es el Covid pero, como no se ve, necesitan que sea una persona, por eso hay bronca contra la dirigencia política;  tenemos que manejarnos con moderación y actuar como profesionales.

- ¿Están dispuestos a prestar ayuda a distritos vecinos?
- En el caso de una pandemia, debe haber solidaridad. Por lo tanto, lo mínimo que puede hacer un municipio es ponerse a disposición de aquel que está colapsado. Es una obligación moral y ética recibir a un paciente si lo solicita una ciudad vecina. A nivel regional, tenemos que darnos una mano. Chacabuco está a disposición, siempre y cuando nos queden camas y respiradores para nosotros, obviamente. Hay que ser solidarios y en eso no hay color político,  tenemos que dejar diferencias de lado como hermanos que somos. 

- ¿Qué impacto tiene esta situación de encierro en los chicos?
- A través de Unicef estamos trabajando para detectar problemáticas en la infancia. Los chicos, cuando van a inglés, a dibujo, a hacer deportes, etcétera, tienen un control extrafamiliar sobre su salud. Hoy hacemos todo a través de Zoom y demás, entonces hay que poner la mirada en qué pasa puertas hacia adentro. Los chicos menores de diez años necesitan salir y recrearse, pueden hacerlo con sus familiares, 500 metros a la redonda de su domicilio. Los que tienen entre 11 y 15 años ya estaban aislados desde antes de la pandemia a través de las redes sociales; y los adolescentes vienen bien pero aprovechan para poder salir cuando no corresponde. Vemos que los niños se están aislando cada vez más, incluso, cuando se analiza la cantidad que se conecta a las clases virtuales, son muchos los que lo hacen con cámara apagada. Ha cambiado también el ritmo de vida: duermen durante el día y tienen mucha actividad durante la noche. Muchas mamás dicen que los chicos se levantan a las dos de la tarde y de noche están con la computadora, comen a las dos de la mañana y se acuestan a las 6. Es muy común que, mientras los padres trabajan, los chicos duermen. Eso produce falta de contacto familiar, incluso estando dentro de la misma casa, produce trastornos de sueño, ansiedad, obesidad, malnutrición y falta de actividad física. Si le preguntás a los chicos menores de 14 años si quieren volver a clases te dicen que no. 

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