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Cecilia Brilone tiene 41 años y dio batalla al cáncer de mama.
HISTORIAS DE VIDA

“El autoexamen es muy simple y en dos minutos puede salvar tu vida”

Cecilia Brilone es vecina de Chacabuco y, en el mes de sensibilización sobre en cáncer de mama, contó cómo dio batalla a la enfermedad y destacó la importancia de los controles periódicos.

En noviembre de 2014, Cecilia Brilone se hizo el control mamario como cada año y todo salió bien. Un mes más tarde, mientras se realizaba el autoexamen que ya tenía incorporado como hábito cuando se bañaba, descubrió algo fuera de lo normal. Fue al ginecólogo y allí el médico le dijo que, debido a sus antecedentes familiares, habría que analizar ese nódulo que había aparecido. Se hizo la biopsia y en febrero de 2015 llegaron los resultados: Cecilia tenía cáncer de mama.
“Antes de abrir el sobre con los resultados de la biopsia yo estaba tranquila y pensaba ‘va a salir todo bien’, cuando lo abrí y vi los resultados, miré a mis hijos y pensé ‘por qué a mí’, pero después dije ‘y por qué no a mí, si soy una persona como cualquiera’; pienso que este era mi destino y tuve la suerte de poder pelearla, hay que gente que no puede y queda en la mitad del camino”, cuenta Cecilia Brilone a Democracia, a tres años de haber ganado la batalla contra el cáncer más frecuente en la población femenina.
Cecilia Brilone tiene 41 años, trabaja en un peladero de pollos de la ciudad de Chacabuco y tiene tres hijos: Pilar de 21 años, Nazareno de 13 y Juan Manuel de 8. En 2015 supo que tendría que afrontar las cirugías y el tratamiento con quimioterapia para superar la enfermedad y todo lo hizo sola. “Mi hija mayor, en ese momento, tenía 17 años y me ayudó con los nenes más chiquitos, los llevaba a la escuela, los iba a buscar, porque justo la quimioterapia coincidió con los meses de invierno y, al tener las defensas bajas, mucho no podía salir”, recuerda Cecilia.
La enfermedad reacomodó las prioridades en su vida y no había más opciones que luchar. “Traté de que mi vida siguiera como era, nunca me tiré abajo ni me desanimé; mi hijo más chiquito tenía cinco años, yo los miraba y pensaba que ellos me necesitaban, no me podía pasar nada. Eso fue lo que me sacó adelante, me ayudó a tener fuerza”, cuenta Cecilia y agrega “ellos nunca me vieron mal ni me vieron en la cama, jamás; me prometí que mis hijos no iban a verme en una cama, entonces ellos vieron a la mamá que siempre tuvieron y la única diferencia era que no tenía pelo”. 
Cuando Cecilia llegó al ginecólogo con los resultados de la biopsia, él médico indicó que debería someterse a una nueva cirugía y hacer una mastectomía. Luego la oncóloga decidió que seguirían con el tratamiento de quimioterapia porque el cáncer era invasivo. Viajando entre Junín y Chacabuco, Cecilia se embarcó en un tratamiento que empezó y terminó en 2015; hoy se realiza controles periódicos cada tres meses y tomará medicación por los próximos cinco años. Sin embrago, una de las claves de tener la batalla ganada fue la detección del nódulo a tiempo a través del autoexamen. “El autoexamen se hace en mamas y axilas, no cuesta nada, lleva dos minutos y se hace con los dedos, en forma circular, mientras una se baña; es la forma de detectar a tiempo la enfermedad, en dos minutos podés salvar tu vida”, asegura Cecilia y destaca la falta de conciencia a nivel social “es difícil que la gente entienda que nadie está exento, lo veo en el trabajo, con mis amigas, una de ellas tuvo un hijo hace cinco años y nunca más volvió al ginecólogo, y no lo hace aun conociéndome a mí, sabiendo todo lo que yo pasé.”
La lucha contra el cáncer de mama
Según la Organización Mundial de la Salud, Cada año se producen 1,38 millones de nuevos casos y 458.000 muertes por cáncer de mama. El cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo.
La OMS asegura que “los conocimientos actuales sobre las causas del cáncer de mama son insuficientes, por lo que la detección precoz sigue siendo la piedra angular de la lucha contra esta enfermedad. Cuando se detecta precozmente, se establece un diagnóstico adecuado y se dispone de tratamiento, las posibilidades de curación son elevadas. En cambio, cuando se detecta tardíamente es raro que se pueda ofrecer un tratamiento curativo”.

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