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El mensaje que se volvió viral: “me está chamullando, quiere un riñón”.
ENTREVISTA CON DEMOCRACIA

La exintendenta de Ameghino le donó un riñón a su marido y un mensaje de la hija se volvió viral

Al momento de internarse, Andrea García envío una foto por Whatsapp a su hija junto al texto “me está chamullando, quiere un riñón” y la adolescente compartió el mensaje en las redes sociales. Minutos más tarde, cientos de personas le brindaron su apoyo.

Andrea García (53) fue intendenta de Florentino Ameghino, diputada nacional y directora del Banco Provincia. Pero días pasados se volvió noticia porque se sometió a una intervención para donar un riñón a su marido, Alejandro Calcaterra (54). 
El día de la operación, minutos antes de internarse, la mujer envío un mensaje vía Whatsapp a la única hija de ambos, Agustina (16), con una foto donde se los podía ver sonrientes y con el texto “me está chamullando, quiere un riñón”. 
La adolescente compartió la captura de pantalla en sus redes sociales y, a los pocos minutos, la publicación se volvió viral. Mensajes de apoyo inundaron Twitter, no sólo de amigos y militantes políticos, sino también de ciudadanos que la felicitaban por el valor y le daban fuerza.
Ya dada de alta, Andrea García dialogó con Democracia y se refirió a la repercusión que tuvo su mensaje en Internet y destacó la importancia de la concientización respecto de la donación de órganos en Argentina. 

- ¿Cómo llegan a la posibilidad de realizar el trasplante de riñón?
- Hace doce años le detectaron a Alejandro una enfermedad renal crónica. El médico le indicó una serie de estudios y empezó un tratamiento para prolongar la vida de sus riñones. Hace un año y medio atrás se precipitó todo y nos dijeron que tenía que empezar a dializarse. Entonces Alejandro tenía que elegir entre la diálisis peritoneal o la que se hace en los hospitales o institutos de salud. Eligió la peritoneal y se dializaba tres veces por día en nuestra casa. Ni bien comenzó, los médicos nos fueron acompañando en el proceso de encontrar una solución que resolviera el problema, porque la diálisis es un sostén de la enfermedad mientras que el trasplante le permitiría la recuperación. Así que ingresó en lista de espera y comenzamos a hacernos estudios por la posibilidad del donante vivo, que puede ser relacionado o no relacionado: los primeros tienen que ser familiares directos como padres, hijos, hermanos, primos; el nuestro sería el segundo caso. Si éramos compatibles, yo quería donarle el riñón. Lo hacíamos por nosotros, por nuestra hija Agustina, queríamos vivir todos juntos muchos años y que él tuviera una calidad de vida distinta y que dejáramos atrás la diálisis. 

- ¿Cómo fue el momento de la intervención?
- En diciembre de 2018 nos hicieron el “cross match” o prueba cruzada y nos dijeron que éramos compatibles. El 28 de febrero tuvimos la maravillosa posibilidad de que nos operaran y de que Alejandro tuviera nuevamente función renal, el mismo día de la operación comenzó a filtrar ese riñón y día a día se va recuperando, es un proceso largo, este año será otra lucha, tendremos que cuidarlo mucho respecto de medicación, infecciones, bacterias, es otro proceso, pero día a día está mejor y nos vamos a quedar en Buenos Aires un tiempo porque así lo exigen. La intervención fue en el Hospital Italiano, tuvimos cinco horas de operación, nos llevaron juntos a una zona de quirófanos, nos prepararon, primero me llevaron a mí y luego a él, a un quirófano que estaba a veinte metros del mío. A las cinco horas me desperté, pregunté por Alejandro y me dijeron que estaba a tres o cuatro camillas, así que me llevaron hasta ahí y nos dimos la mano. Luego él se fue a terapia y yo a una sala común. Ale estuvo cinco días en Terapia y pasó a sala común, donde está ahora y camina por el hospital, está muy bien, sus valores cada vez ven mejor. A mí me dieron el alta el domingo pasado. 

- ¿Cómo vivió la repercusión que tuvo la publicación de su hija en las redes sociales? 
- La publicación de mi hija fue una cosa tan espontánea como son los adolescentes. Esta es una situación difícil para todos nosotros, aunque teníamos mucha esperanza y por eso decidimos hacerlo. Obviamente que uno tiene miedo, yo le mandé una foto a mi hija, le dije “estamos internándonos”, Agustina estaba afuera y nos estaban preparando para operarnos, yo sabía que ella iba a estar angustiada, entonces traté de contenerla y ella hizo lo que hacen los pibes: publican todo. Creo que fue viral porque los argentinos empezamos a tener mucha conciencia y, además, debe haber sensibilizado a familiares de otras personas que les pasó lo mismo que a nosotros, no lo sé. Ella estaba muy contenta al otro día cuando me lo contó, me decía que era lindo ver lo que la gente decía y creo que le sirvió para sentirse abrazada, además de la familia y los amigos. 

- ¿Qué proyectos tiene en materia de concientización cuando hayan atravesado la instancia de recuperación?
- Sabemos que cuando se trata de la salud pública, no es tan fácil para las personas que no tienen obra social o recursos acceder a los tratamientos. Una persona que vive en Ameghino y se tiene que dializar, tiene que viajar tres veces por semana 150 kilómetros. El costo es enorme. Entonces tenemos que pensar otras estrategias, se me ocurre crear en el hospital público de Ameghino una sala de diálisis peritoneal. Quiero ponerme a trabajar en eso, queremos escribir un libro, contarle a mucha gente lo que nos pasó para que sea fácil, para acompañarlos.

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