ELABORADO POR EL MINISTERIO DE ASUNTOS AGRARIOS Y PRODUCCION

Un aporte para racionalizar el consumo energético en oficinas públicas

Un manual de capacitación destinado a los empleados públicos, con sugerencias y medidas que apuntan a ahorrar energía en las oficinas públicas, será enviado en los próximos días a todas las dependencias del Gobierno provincial.

El trabajo contiene recomendaciones que sugieren, por ejemplo, cómo utilizar racionalmente el papel, los aparatos de aire acondicionado y la calefacción, a la vez que indica la mejor manera de reducir la contaminación del aire para optimizar así los recursos reciclables, mejorando de esa manera el medio ambiente y los lugares de trabajo.
Estimaciones realizadas señalaron que, cumpliéndose únicamente las normas vinculadas a la energía, se obtendría un ahorro en esas partidas de gastos del 15 por ciento anual, según aseguraron fuentes de aquella cartera.
Entre los objetivos incluidos en el trabajo, se recomienda la utilización de salvapantallas en las computadoras, el aprovechamiento al máximo de la luz natural, la impresión de borradores en baja calidad o en hojas anteriormente utilizadas y la separación de los papeles que pueden ser reciclados.
En el caso de los papeles que pueden reciclarse, se mencionó el papel periódico, el de alta calidad como los papeles blancos, los de computación y el denominado papel mezcla, todos convertibles y aprovecha-bles. Se incluyen asimismo otras medidas que pueden adoptarse en relación al mejor uso del agua corriente y del gas natural.
No es la primera oportunidad en la que se adoptan medidas como ésta, razonables por donde se las mire. A principios de año, cuando la situación energética en el país mostraba una fase crítica, al adherirse así a un programa nacional, la Provincia también había puesto en marcha la aplicación de un programa destinado a promover ahorros en dependencias de la administración pública.
Figuraron entonces la regulación de la temperatura de los aparatos de aire acondicionado de todos los edificios oficiales, el apagado de las luces ornamentales a partir de las cero horas y la finalización del horario laboral a las 18, entre otros recaudos que se adoptaron.
Al margen de valorar, como se ha dicho, toda medida que apunte a recortar los gastos excesivos, sería también importante que al cabo de tales operativos, o en forma periódica, se hicieran conocer los resultados alcanzados, pues ello permitiría no sólo saber si las medidas estuvieron bien encaminadas, sino, también, inculcar en los agentes públicos un mayor grado de compromiso.
Al mismo tiempo, no debería descartarse la alternativa de extender estas campañas a otras áreas de la actividad administrativa. Se conoce de sobra que suelen registrarse excesos en el uso de la telefonía pública, sea a través de los aparatos de línea o celulares, así como en el de muchos otros rubros -en algunos casos, de muy costoso mantenimiento- sobre los cuales sería conveniente extremar fiscalizaciones.
Los responsables de cada una de las dependencias deberían, por consiguiente, impulsar planes de ahorro integrales, buscándose con ello racionalizar los gastos del Estado que, lamentablemente, en muchos casos no sólo resultan ser suntuarios sino exorbitantes.

COMENTARIOS