“La gente está con bronca”. José Manuel de la Sota definió de esa forma el estado de ánimo colectivo frente a las dificultades económicas y al “clima de violencia” social que atribuyó al kirchnerismo en términos políticos. Lo hizo al desembarcar en el Conurbano, que comenzó a recorrer en la búsqueda de instalarse en la carrera por la sucesión presidencial.
De la Sota estuvo ayer en San Fernando, al norte del Gran Buenos Aires, donde se reunió con el intendente massista Luis Andreotti y luego disertó en un local sindical, acompañado por la diputada nacional Claudia Rucci y el secretario general del gremio de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, uno de los habituales voceros de la CGT Azopardo que conduce Hugo Moyano.
En ese contexto, De la Sota reclamó que “se acabe el griterío” y pidió que se emprenda el “camino del diálogo”. Aunque dejó en claro que sus expectativas no están centradas en la gestión de Cristina Kirchner, ya que advirtió que “reconstruir la paz será tarea del próximo gobierno”. Y dijo que esa administración -que asumirá en diciembre de 2015- “no podrá estar conformada por amigos”.
“Alfonsín gobernó con La Coordinadora, que estaba integrada por militantes sin experiencia de gestión. Con Menem llegaron los riojanos y con los Kirchner se hizo una pingüinera. Pero los gobiernos no deben formarse con amigos, sino con los mejores de cada actividad”, remarcó De la Sota, quien volvió a pronunciarse a favor de establecer una “alianza estratégica” con Brasil.
Además, De la Sota dijo que en su provincia hay “1.500 trabajadores suspendidos” por la crisis de la industria automotriz y pidió al Gobierno nacional que reaccione y “haga algo” para enfrentar la situación. El mandatario cordobés sostuvo, en la misma línea, que “todas las políticas de Estado deben estar orientadas a la creación de empleo y a establecer una república de trabajadores”.
RUMBO AL 2015
COMENTARIOS