El designado ministro de Seguridad evocó ayer el resonante episodio de violencia que sufrió en 1999 y justificó haber lamentado en ese momento no lograr pegarles un tiro a los delincuentes: “Me los quería comer crudos”, recordó. “(Fue) a un minuto de tirotearme en un pasillo de cinco metros, con una nenita de 5, 6 años como tenía mi hija Barbarita en ese momento. Me los quería comer crudos”, rememoró el intendente de Ezeiza, al justificar su reacción, en el marco de una entrevista. Es que en 1999, Granados vivió en carne propia un hecho de inseguridad cuando un grupo de delincuentes intentaron asaltar su casa.
“Ojalá les hubiera pegado. Lamentablemente tuve mala puntería”, dijo aquel día. Tras añadir que “tenemos que meter mano dura” contra los delincuentes, Granados sostuvo en ese reportaje que “en ninguna casa debe faltar un arma”.
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