La disputa de poder por el calendario y la resistencia de Macri a la aspiradora libertaria
PANORAMA BONAERENSE

La disputa de poder por el calendario y la resistencia de Macri a la aspiradora libertaria

Axel Kicillof y el kirchnerismo no se dan tregua. La relación entre ellos está rota. La expresidenta cedió a los deseos del gobernador de desdoblar las elecciones bonaerenses, pero ese gesto de distensión duró lo que un suspiro. La pelea ha retornado con la virulencia típica de una disputa de poder que desde hace tiempo se escenificó en el peronismo.

El motivo de la renovada tensión entre ambos tiene que ver ahora con el calendario electoral que debe seguirse tras la confirmación del adelantamiento de los comicios para el 7 de septiembre. Kicillof quiere ampliar los plazos para presentar las listas, que operan el 8 de agosto. Sostiene que un mes es un término demasiado exiguo para que la Junta Electoral pueda oficializar a cerca de 10 mil candidatos. El propio organismo viene lanzando advertencias en ese sentido.

El kirchnerismo resiste y desempolva argumentos que había exhibido cuando el adelantamiento de las elecciones no estaba definido. “Le veníamos diciendo que la Junta Electoral no iba a poder cumplir con el cronograma, pero aun así insistió con el desdoblamiento”, sostienen. Hay quienes cuentan que, cuando el Senado trató hace unos 10 días la suspensión de las PASO, llegó una carta firmada por el secretario de la Junta para pedir que se ampliaran los plazos en sintonía con el planteo de Kicillof. “¿La firma un secretario? Archívenla”, fue la respuesta de uno de los senadores ultra-K más influyentes.

Existen otras cuestiones en danza, acaso, de mayor volumen político. Si se mantuvieran los plazos actuales, el cierre de listas en la Provincia sería el 8 de agosto y el de diputados nacionales, el 17 del mismo mes. El peronismo podría ensayar una sola negociación para esas dos definiciones, un esquema dentro del cual, se especula, Cristina Kirchner podría imponer condiciones sobre los deseos de Kicillof de ser accionista en partes iguales en la distribución de candidatos.

Hay otra disputa que sobrevuela el horizonte. La Junta Electoral acaba de convocar a los legisladores a una reunión para discutir la ampliación de los plazos que quiere llevar al menos a 50 días antes de la elección. La convocatoria para el lunes está siendo desafiada por el poder político de la Cámara de Diputados: ni el bloque de Unión por la Patria ni las dos expresiones radicales ni el PRO estarán en el cónclave. “Primero vamos a votar la suspensión de las PASO, después se verá”, dicen en el peronismo.

Kicillof, en cambio, mandaría a uno de sus 11 diputados que están en franca minoría frente al kirchnerismo y al Frente Renovador. Esa señal hace ruido en el mundo K, donde anotan la convergencia entre ese movimiento del organismo electoral y el gobernador. “La elección de septiembre se va a hacer igual, por más que le falten el respeto a la Junta”, contraatacan desde Casa de Gobierno.

La muerte del papa Francisco frenó el congreso libertario que se iba a hacer en La Plata, donde el propio Javier Milei iba a poner proa a la campaña bonaerense, pero no logró solapar la cada vez más virulenta disputa que mantienen los libertarios con Mauricio Macri. Desde Mar del Plata, el líder del PRO lanzó una acusación fuerte: dijo que los dirigentes de su espacio que se fueron a La Libertad Avanza fue porque tienen precio. Fue una movida quirúrgica: su equipo difundió una foto en la que aparece acompañado por el diputado nacional Cristian Ritondo y el intendente local Guillermo Montenegro, dos presas que Milei desea capturar.

Macri busca cerrar el cerco para evitar nuevos saltos y comenzó a recorrer la Provincia. Insiste en que un acuerdo con los libertarios debe ser entre ambos partidos. El presidente no quiere compartir poder: solo busca aspirar dirigentes seducidos por las políticas de la Casa Rosada.

Esa tensión tendrá un punto culminante cuando en mayo se celebren las elecciones porteñas y ambos sectores se cuenten las costillas. El resultado tendrá impacto inevitable sobre el modelo que podría tener el cierre entre ambas fuerzas en la Provincia.

Esa disputa se ramifica y arrastra a parte del radicalismo. Macri salió a coquetear con el armado de un frente con la UCR y eligió hacer el anuncio en Balcarce, una comuna controlada por el partido centenario. La Casa Rosada dejó trascender enseguida que no descarta sumar a radicales a un acuerdo en la Provincia. De hecho, hay dirigentes bonaerenses que dialogan más de lo que se sabe con el asesor estrella Santiago Caputo.

En todo caso, ninguno parece en condiciones de asegurar que la UCR bonaerense vaya a jugar en bloque en las próximas elecciones. Los sectores que lideran Facundo Manes y Martín Lousteau armarán bien lejos de los libertarios. Todo muy a tono con la disputa interna por el control del Comité Provincia que los radicales no han logrado saldar.

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