Santiago Stirz crimen
Santiago Stirz, de 34 años, estudiaba arquitectura y era músico: fue asesinado a sangre fría de un balazo.
CRIMEN DEL MÚSICO

El detenido, más complicado

La fiscal pidió su detención por “homicidio calificado por alevosía y criminis causae”, que prevé la pena máxima. El arma que le secuestraron no es la homicida y los investigadores ahora buscan al ejecutor del disparo.

Los cargos por los que la fiscal pidió su detención podrían costarle la máxima condena al joven sospechado de participar en el asesinato de Santiago Stirz, de 34 años, el martes a la noche en 47 entre 20 y 21 de La Plata: “Homicidio calificado por alevosía y criminis causae”. Dicho de otro modo, habría elementos suficientes para acreditar que al músico lo mataron a traición, sacando provecho de su estado de indefensión, y que lo hicieron para ocultar otro delito o garantizar la fuga.
Así lo planteó la fiscal Cecilia Corfield en el pedido de detención de Facundo “Rata” Guevara, el joven de 18 años que fue aprehendido el último jueves en el barrio El Retiro, en uno de siete allanamientos que se hicieron en busca de los principales sindicados de este caso que conmovió a la Ciudad. Deberá resolver ahora el juez de Garantías Guillermo Atencio, pero los investigadores descartan que avalará el requerimiento sin mayores cambios, por lo que el acusado sería indagado en las próximas horas.
Se presume que era quien manejaba la moto Tornado (tipo Enduro) que a las 20.58 del martes pasado se acercó a la bicicleta que pedaleaba Santiago, con la intención de desestabilizarlo para quitársela o arrebatarle las pertenencias que llevaba, entre ellas una guitarra y una bolsita con vino y maníes.
Por lo que se ve en el video que registraron las cámaras de seguridad de la cuadra, quien forcejeó brevemente con la víctima es el acompañante, el mismo que en el breve lapso de seis segundos desistió del intento de robo para terminar disparándole directo a la cabeza. Aunque no haya tirado del gatillo, al conductor se lo puede considerar partícipe necesario del asesinato y recibir la misma pena que el ejecutor.

Buscan al autor del disparo
En el allanamiento en que lo detuvieron, en 142 y 50, los policías secuestraron un revólver calibre 22 marca Pasper, una vaina servida del mismo calibre, tres cartuchos intactos, tres infladores de bicicletas y vestimenta similar a la usada el día del hecho: un buzo color gris, un pantalón de gimnasia azul con rayas verdes y blancas y una gorra con visera blanca.
El cotejo entre la bala que extrajeron en la autopsia y el revólver secuestrado descartó que esa haya sido el arma homicida. “Lo mataron con un calibre 32”, dijo un pesquisa, por lo cual sigue la búsqueda de este revólver, la moto y, por supuesto, el autor del disparo.
Fuentes judiciales confirmaron que los elementos que vinculan a Guevara con el hecho “son suficientes para esta instancia de la investigación”.
Lo complican, además de la ropa, las cámaras de seguridad que filmaron a la moto en la escena del crimen y en el camino que recorrieron los ladrones hasta que llegaron a un kiosco de 48 entre 9 y 10, donde cometieron un asalto.
También “testigos directos que declararon haberlo visto inmediatamente después del hecho en la Tornado”, reveló a este diario una fuente del caso.

Matar por nada
Luego de la captura del “Rata”, trascendió que tenía “varios ingresos en comisarías” por delitos contra la propiedad, y aunque fuentes judiciales determinaron que “desde que es mayor no registra antecedentes” penales, los investigadores rastrean entre sus contactos frecuentes -con algunos de los cuales habría sido demorado antes de cumplir 18- para tratar de identificar al homicida. También intentan establecer si contaron con el apoyo de una tercera persona que los ayudó a “esconder la moto y el arma” implicadas en el hecho.
Santiago Stirz fue asesinado a pocas cuadras de su casa, cuando iba a cenar con amigos. Estudiaba Arquitectura, trabajaba en el Rectorado de la UNLP y tocaba la guitarra en bares y ferias.
El disparo le perforó el parietal derecho, dejándolo sin chances de sobrevida prácticamente en el acto. Un ciclista que circulaba detrás suyo fue el primero que llegó para asistirlo, junto con vecinos de la cuadra que salieron apenas escucharon la detonación. Una ambulancia lo trasladó de urgencia al hospital San Martín, donde los médicos concluyeron que tenía muerte cerebral. Falleció el miércoles y el viernes lo despidieron sus familiares y amigos.

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