Es una política para cuidar a la gente, no con un fin represivo”. Con esa frase, el gobernador Axel Kicillof respondió este mediodía las críticas ante la decisión de aislar la Villa Azul, en el límite de los municipios de Quilmes y Avellaneda, donde se registraron 173 casos de coronavirus desde el fin de semana pasado.
“El modo en que se implementó contó con participación de referentes del barrio, es una política para cuidar a la gente, no con un fin represivo. La cuarentena es obligatoria hoy en buena parte del territorio argentino, particularmente en el AMBA”, dijo Kicillof a la prensa en Zárate, donde acompañó al presidente Alberto Fernández en la reapertura de la planta Toyota.
La decisión, que terminó de definirse ayer en una reunión del presidente, el Gobernador y los intendentes de los distritos Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mayra Mendoza (Quilmes), recibió críticas de varios sectores. Incluso un funcionario, el subsecretario de Políticas de Integración y Formación del Ministerio de Desarrollo Social nacional, Daniel Menéndez, salió a calificar como un "error" esa modalidad y consideró que se deberían disponer "otros esquemas del Estado" en la Villa Azul.
“Son medidas sanitarias para evitar que haya difusión de los contagios. Es difícil que no haya ningún problema en su implementación, pero la idea es suplirlos de todo lo que necesitan”, dijo Kicillof. Y agregó: “Se ha adoptado una medida de cuarentena más estricta porque hay un contagio bastante difundido, y la idea es asistir al barrio para que ese contagio no se traslade a otros lugares”.
Kicillof también fue consultado por la decisión de su par porteño Horacio Rodríguez Larreta de dar marcha atrás con la apertura de actividades.“Me parece lógico y razonable que se tomen las mismas medidas coordinadas con la provincia. Si hay más casos no hay que flexibilizar sino hacer más estrictas las medidas", aseguró.
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