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El nivel secundario sigue siendo la gran asignatura pendiente del sistema educativo.
ESTADÍSTICAS DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN DE LA NACIÓN

Fuerte salto del abandono escolar de primero a segundo año de Secundaria

En pleno siglo XXI, los niveles primario y secundario no están articulados, por lo que el paso de uno a otro sigue siendo enorme, afirman los especialistas. En la Provincia el fenómeno afecta a casi el 10 por ciento de alumnos

El abandono escolar es insignificante en la primaria, comienza a presentar niveles para tener en cuenta en el primer año de secundaria y se dispara en el segundo. El fenómeno, que se observa con claridad cuando se analizan las últimas estadísticas del Sistema de Consulta de Datos Nacionales que publica la cartera educativa (2017/2018), no nació ahora ni mucho menos y quizás por ello se torna más preocupante. ¿Qué está fallando en el sistema y qué no se está haciendo para que a los 13 años tantos chicos y chicas dejen el colegio?
 En la provincia de Buenos Aires, en primero de secundaria abandonó, entre 2017 y 2018, el 2,51 por ciento de quienes habían iniciado ese trayecto educativo. Pero en segundo año lo hizo el 9,33 por ciento. En tercero la cifra bajó al 5 por ciento.

Cifras que preocupan
En el periodo 2016/2017, según se desprende del informe “El estado de la escuela” que publica la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense, la tasa de abandono en primer año fue de 0,78 por ciento en el sector estatal y de 2,48 por ciento en el privado, mientras que en segundo año saltó al 8,40 y al 5,71 por ciento, respectivamente.
Si nos concentramos en la educación de gestión pública, estamos hablando de un incremento de 7,62 puntos porcentuales entre 1º y 2º año de la secundaria. Un salto enorme.
Aunque los números cambian y las causas son otras (si bien en algunos casos son comunes a ambos fenómenos), las cifras de repitencia siguen el mismo patrón: muy bajas en el nivel primario, notorias en 1º del nivel medio y preocupantes en 2º año.
La repitencia en la Provincia fue de 11,16 por ciento en primero y de 14,37 por ciento en segundo. Para el Relevamiento Anual 2016/2017, en el sector estatal los números de repitencia fueron 15,92 por ciento (primer año) y 20,30 por ciento (segundo año).

¿Qué es lo que sucede? 
La coordinadora del Observatorio de Calidad Educativa de la provincia de Buenos Aires, María Guillermina Díaz, dijo a este diario que “a los chicos y chicas les cuesta mucho el cambio del nivel primario al nivel secundario, y además transitan el proceso sin acompañamiento”.
Respecto del salto entre primero y segundo, explicó que “en el segundo año se juntan dos factores. Por un lado, persiste en los alumnos la dificultad del cambio de nivel, y por el otro, arrastran las previas de primero”.
En ese contexto, Díaz marcó la necesidad de trabajar fuertemente para evitar que el cambio sea tan abrupto. Y opinó que “es particularmente inconcebible que, por ejemplo en La Plata, donde las cifras son muy similares a las de la Provincia, o incluso levemente superiores a la media bonaerense, no exista un sistema de tutorías teniendo a mano a la Universidad Nacional y a la Universidad Tecnológica”.
Que un niño o niña de 13 años deje la escuela es más que preocupante. En territorio bonaerense se han implementado iniciativas como la del profesor-tutor, aunque para la especialista consultada se trata de “proyectos que se implementaron en forma parcial. Solamente lo tienen algunas escuelas. Y aquí es necesario establecer una alianza estratégica con las universidades para implementar tutorías de calidad. Los fondos están, pues cada municipio recibe dinero durante todo el año para destinar a las escuelas en concepto de Fondo Educativo”, puntualizó.

Falta articulación
La coordinadora del Observatorio de Calidad Educativa indicó que el “gran salto” que aún persiste entre los niveles primario y secundario es causa de abandono y repitencia y, a la larga, de otro fenómeno como la sobreedad.
“Hay que pensar en una política integral que incluya becas -sobre todo en tiempos de crisis-, condiciones edilicias mínimas para un buen proceso de enseñanza-aprendizaje, y más tecnología a disposición de los alumnos. Los chicos y chicas hoy se preguntan ‘para qué me sirve’ esto o aquello. Sobre todo en matemáticas, esa respuesta debe estar presente en las aulas desde que pisan el colegio secundario por primera vez”, aseveró.
En una nota publicada en 2010, este medio relató una experiencia que el entonces director de la Secundaria Básica Nº 8 de La Plata, Danilo Barreda, hizo casi en soledad al notar el gran déficit en matemáticas con que llegaban los chicos desde la primaria. Para ayudar a los alumnos de 1º año puso como tutores a estudiantes de 3º que destacaban en la materia. ¿Los resultados? En dos años el nivel de aprobación pasó del 25 al 80 por ciento.

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