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Axel Kicillof mantiene un incesante contacto con los vecinos en los distintos distritos bonaerenses, en busca de consolidar y ampliar la ventaja obtenida en las PASO.
LA PROVINCIA

La foto que no fue, la foto que será y una tregua en medio de la campaña electoral

Estaba previsto que ocurra entre el martes y el miércoles pasado, en alguna actividad en suelo bonaerense.
La idea era mostrar una imagen que aleje fantasmas y permita empezar a reconstruir un vínculo político que para muchos ya está inexorablemente roto. Pero al final, la foto de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal tampoco llegó esta semana. El Presidente y la Gobernadora no aparecen juntos en público desde aquella noche de las PASO, cuando el resultado de las urnas terminó de consolidar la grieta cada vez más profunda entre la Casa Rosada y la Gobernación.
Vidal esquivó la foto con Macri y siguió con la agenda diseñada para apuntalar a los candidatos locales con algunas chances en sus distritos.
Una campaña aislada de la estrategia nacional, que la Gobernadora y su jefe de Gabinete, Federico Salvai, decidieron poner en marcha tras la derrota en las Primarias.
En la mesa de campaña nacional de Juntos por el Cambio, ese gesto de Vidal no hizo más que profundizar los enojos y los pases de factura hacia la Gobernadora. En ese espacio referenciado con Peña, dicen en voz más o menos alta que la Gobernadora no está trabajando al cien por ciento para lograr "la épica", es decir, ubicar a Macri en el balotaje. Algunos van más allá y hablan incluso de una suerte de negociación abierta por la transición con Axel Kicillof.
Como si faltaran elementos a un escenario caliente, en los distritos los intendentes del oficialismo ya juegan abiertamente la estrategia local, completamente desplegada de la nacional y la provincial. El propio Macri recibió en la Rosada la semana pasada a algunos de esos alcaldes, a quienes les transmitió la idea de que es posible revertir el resultado y alcanzar la segunda vuelta y que el trabajo territorial es clave.
En medio de esos días de tensión política, el jueves pasado un encuentro en Casa Rosada derivó en una suerte de tregua hasta las elecciones del domingo 27 de octubre.
Al despacho de Marcos
Peña llegaron María Eugenia
Vidal y Salvai. El Jefe de Gabinete y la Gobernadora habían compartido algunas actividades pero no habían tenido un encuentro a solas en mucho tiempo. Sobre la figura de Peña recayeron todas las críticas y los cuestionamientos del vidalismo por la estrategia electoral que terminó en el durísimo revés de las PASO. En la Gobernación lo ven como el responsable de la derrota. Durante 40 minutos, Vidal y su jefe de Gabinete hablaron con Peña sobre varios aspectos de la campaña. "Fue para coordinar agendas, lo pidió Peña", dijeron en la Gobernación.
Entre otros aspectos de la tregua política, se acordó que finalmente Macri y Vidal tengan la postergada foto juntos. Sería el próximo miércoles o jueves, en el acto de inauguración del Metrobus de Florencio Varela. Pero en las últimas horas en la Gobernación advertían claramente que este acercamiento no implica volver a ponerse políticamente bajo el mando de Peña. "Reconocemos y entendemos la situación. Pero eso no significa que todo quedó solucionado", afirmaban en el entorno de Vidal.
Esta semana traerá otra foto esperada y que tendrá fuerte impacto en la política bonaerense. El martes, Alberto
Fernández y Axel Kicillof volverán a mostrarse juntos por primera vez desde las PASO.
Los dos candidatos vienen desplegando campañas sin ningún punto de contacto. Fernández, recostado en una agenda internacional, mientras el ex ministro sigue buscando mejorar la perfomance, sobre todo en los distritos menos afines al perfil de voto peronista.
Kicillof continúa en "modo avión". A la ansiedad de muchos sectores de la dirigencia peronista que buscan indicios de cómo piensa encarar su gestión a partir del 10 de diciembre, el candidato les responde con silencio y hermetismo.
A medida que se aproxima la fecha de una elección que ya todo el mundo le da por ganada, surgen cada vez más claros los mensajes de tribus que firmaron la unidad del Frente de Todos y que se posicionan para lo que vienen. Esta semana, los intendentes volvieron a dejar claro que aspiran a que en el Ministerio de Seguridad desembarque, sino uno de ellos alguien con muy buen diálogo y de perfil "político".
Kicillof, mientras tanto, sigue de cerca la evolución de los números de cada área de la Provincia con la mira puesta en la transición. Cerca suyo, comenzó a tomar forma una cifra expresada en miles de millones de pesos. Son los que, entienden, le faltan a Vidal para cerrar el año financiero en la Provincia. ¿Asoma otro recambio con polémica por las cuentas públicas bonaerenses?

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