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TRASTIENDA POLÍTICA

El PJ unido le plantea a Cambiemos una negociación más dura por el Presupuesto

No fue la política sino el bolsillo lo que unió ayer a una considerable cantidad de intendentes peronistas de la Provincia, que se reunieron en La Plata para unificar una postura común con el kirchnerismo legislativo contraria al proyecto de Presupuesto 2019 que envió el Poder Ejecutivo provincial a la Legislatura y que, por estos días, atraviesa el proceso de análisis en las comisiones correspondientes.
La mayoría de los jefes comunales del PJ, a diferencia de la dura posición histórica de los bloques K, tiene vocación acuerdista. Eso se ha visto en el pasado reciente, cuando la Legislatura debió aprobar los presupuestos anteriores de la actual gestión. Lo novedoso, luego de la reunión de ayer, es que en principio se tomó la decisión de que la bancada de Diputados que responde a los intendentes, de 7 integrantes, vote en la misma sintonía que el bloque de Unidad Ciudadana, que cuenta con 22 miembros y ostenta el perfil más marcadamente opositor a María Eugenia Vidal.

La mayoría de los jefes comunales del PJ, a diferencia de la dura posición histórica de los bloques K, tiene vocación acuerdista.

Para Cambiemos no parece una buena noticia porque se han configurado dos grandes polos legislativos con los cuales negociar. Uno conformado por el híper kirchnerismo más los intendentes del PJ; y otro con lo que dice que puede aportar Sergio Massa: su propio bloque -que son 12, aunque es relativo porque el diputado Pablo Garate parece ya no responderle- y una mini bancada de cuatro miembros, de perfil peronista pero que no está ni con los k ni con los alcaldes, llamada Frente Amplio Justicialista.
El oficialismo venía esgrimiendo internamente la tesis de que el Presupuesto y, sobre todo, la autorización de endeudamiento que requiere mayoría especial, podrían aprobarse en Diputados con la colaboración del massismo y sus aliados y algunos votos sueltos de los bloques no kirchneristas. Por eso había puesto el foco de la negociación allí, con una reunión entre Vidal y Massa incluida.
Es en ese sentido que la unidad mostrada por el PJ ayer puede preocupar en Cambiemos porque los obligará a realizar un ejercicio al cual no es muy apegado: entregar más de lo que le gustaría en el proceso de negociación con la oposición.
Los intendentes opositores se quejan por una cuestión de plata, que finalmente es lo que siempre preocupa a los que ejercen tareas de gestión. Rechazan el traslado que hizo Vidal a los municipios de buena parte del ajuste que le impuso a su gobierno la Casa Rosada. De los 40 mil millones de pesos que debe hacerse cargo la Provincia, la gobernadora trasladó a los municipios unos 15 mil millones en concepto de absorción de los subsidios a las líneas de colectivos locales, parte de la tarifa social de servicios públicos y un costo por el uso de la Ceamse, la empresa que procesa la basura.
Probablemente la partida de dinero del Ceamse termine siendo absorbida por la Provincia, admiten fuentes oficiales que ya empezaron a conversar informalmente con el justicialismo. El resto está todo por negociar, explican esos voceros. Traducido: muy probablemente el proyecto oficial de Presupuesto sufra varias modificaciones. No serán tantas como plantea el PJ, que prácticamente quiere darlo vuelta como una media, pero el oficialismo parece obligado a resignar algunas cosas.
Aunque no es visible, la negociación está surcada por un factor que no es de la Legislatura pero tiene mucho peso allí: la figura de Máximo Kirchner, convertido en el principal operador político de Unidad Ciudadana en la Provincia. Una tarea que le delegó su madre, la senadora Cristina Fernández. Por cierto, el acto del fin de semana en Ferro, en el que la ex mandataria habló con tono de candidata presidencial, pareció envalentonar al espacio.
Máximo, dicen quienes lo conocen, suele bajar una línea de oposición muy dura contra el gobierno de Vidal que se traduce en el rechazo de las bancadas de Unidad Ciudadana a prácticamente toda iniciativa oficial que pasa por la Legislatura.
Los intendentes que lo frecuentan también sienten esa presión, aunque por otro lado dialogan permanentemente con los emisarios de la gobernadora. Según las fuentes consultadas, el diputado por Santa Cruz estaría adquiriendo un perfil un poco más dialoguista o, en todo caso, menos intransigente. La veracidad de este dato se comprobaría, justamente, en el proceso de negociación del Presupuesto.
El fortalecimiento del peronismo como actor legislativo probablemente lleve a Massa a moderar un poco su intransigencia respecto a la condición “sine qua non” que había puesto para que sus hombres levanten la mano a favor del proyecto de Vidal: que la Legislatura apruebe una ley para que los intendentes bonaerenses puedan desdoblar las elecciones locales de la de cargos provinciales y nacionales.
No hay una sola fuente de Cambiemos que asegure que esto es posible, más allá de que el tema fue estudiado por la gente de Vidal. Se desechó por completo, explican en la gobernación. Resta saber si el de Tigre insiste en esta postura o acepta otros ítems que sean conveniente para su espacio, como beneficios al puñado de intendentes que le responden, la mayoría del interior provincial, o ciertos lugares en los organismos de control que le corresponden a las fuerzas opositoras.

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