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Cristina Kirchner durante una recorrida por un supermercado de Almirante Brown, donde volvió a mostrarse con las “víctimas del modelo”.
PANORAMA POLÍTICO DE LA SEMANA

Cambiemos busca acercarse a Cristina

Puede que a Cristina Kirchner le esté sobrando una semana de campaña, justamente, esta que se comenzó a transitar rumbo a las elecciones Primarias del domingo próximo. Si la mayoría de los sondeos de opinión que circulan por estas horas se acerca a la voluntad que expresarán los bonaerenses, la ex presidenta podría imponerse, por poco margen, a los candidatos de Cambiemos.
Ese es el panorama que, hoy por hoy, se admite en el oficialismo. También el que se respira, con cierta dosis de euforia contenida, en el hermético campamento de Unidad Ciudadana donde aseguran que la diferencia que Cristina le está sacando a Esteban Bullrich ronda los 4 puntos.
El kirchnerismo busca surfear el último tramo de la actividad proselitista con la misma lógica que hasta ahora. “Piloto automático”, grafican. La idea central es no cometer errores que puedan torcer el camino que podría depositar a la ex presidenta en el principal escalón del podio en las Paso. Mantener esa imagen edulcorada de la que hizo gala desde que anunció que sería candidata, es parte de esa premisa.
Por eso no habrá que esperar un giro dramático en la estrategia cristinista. Seguirá ausente el contacto con los periodistas y Cristina sólo se “expondrá” al roce con las “víctimas del modelo” económico del macrismo. Ayer, reiteró ese estudiado plan en Almirante Brown.
Acaso dos apariciones en el Conurbano con el mismo formato que hasta el momento -sorpresivas y con escaso tinte militante- sean la última oportunidad de ver en público a la candidata de Unidad Ciudadana antes de la cita con las urnas.
En el cristinismo sospechan que habrá, quizás, alguna movida como para sacudir ese escenario de calma chicha que pretende mantener. ¿Algún nubarrón que adopte formato de tormenta en la Justicia? 
Nadie lo descarta cerca de la ex presidenta, pero creen que una nueva mala noticia en ese terreno no generará movimientos bruscos en el electorado.
En el oficialismo admiten que la candidatura de Cristina sigue al tope de la consideración de los bonaerenses. “Pero por muy poco”, se entusiasman.
Ventilan los números de una última encuesta que se le adjudica al equipo de Jaime Durán Barba que le otorga a Unidad Ciudadana una ventaja de menos de un punto: 0,8%. Se trataría de un virtual empate técnico.
Otros sondeos que mandó a hacer el oficialismo exhiben una distancia mayor, aunque también ajustada y que ronda los dos puntos.
“Puede ser que Cristina todavía esté arriba, pero nosotros estamos creciendo y ella se estancó”, dicen funcionarios cercanos a María Eugenia Vidal.
Se aferran a la esperanza de revertir la situación o, al menos, dejar el resultado prácticamente en situación de paridad. Por eso Cambiemos saldrá a la cancha fuerte esta semana con dos propósitos centrales: convencer a los “desencantados” por algunas medidas económica adoptadas por el gobierno de Mauricio Macri y que votaron a Cambiemos hace dos años, y poner en foco el porcentaje de indecisos que registran las encuestas y que oscilaría entre el 7 y el 10%. Es altamente probable que uno y otro universo tengan puntos de contacto.
El oficialismo está convencido de que en esos nichos hay chances de sumar.
De hecho, ayer, ajustó su mensaje frente a esos sectores. Es por demás revelador un spot de campaña en el que se “juega” con la marca Cambiemos y afirma que “deberíamos llamarnos No Aflojemos”, al reconocer que si bien “se han hecho cosas, faltan muchas por hacer”. La clase media desencantada, apuntada sin tapujos.

Los tercios
Los estrategas de la campaña oficialista se desviven sacando cuentas. Hablan de una elección en la que habrá que prestarle suma atención al comportamiento de los “tercios” casi geográficos en que dividieron la Provincia.
Uno de ellos está compuesto por los distritos de la Primera sección que agrupa al norte y oeste del Conurbano. Allí hay unos 3,3 millones de votos en juego y en Cambiemos creen que se registra un virtual empate. “Puede que ganemos o perdamos por muy poco, pero en definitiva ahí no se hará la diferencia”, admiten.
La gran apuesta son los distritos del Interior, incluida La Plata, donde en el oficialismo están convencidos que la buena imagen de Vidal derrama con mayor fluidez sobre los candidatos a senadores y diputados nacionales. Representan 3,1 millones votos y fue allí donde se cimentó la victoria electoral de la Gobernadora. Tanto, que en estas comunas le sacó una ventaja de casi 450 mil votos a Aníbal Fernández en 2015.
Pero todas las miradas conducen a la Tercera sección que nuclea a las comunas del sur del Conurbano. Son casi 3,4 millones de votos y es allí donde Cristina está cimentando su diferencia. La Matanza, Almirante Brown, Berazategui, serían distritos clave para la ex presidenta, con diferencias que rondarían los 30 puntos. En otras comunas la brecha se achicaría a la mitad como en Lomas de Zamora o Avellaneda.
En las últimas horas Mauricio Macri reunió a varios de los candidatos a concejales de esas comunas. Algunos de ellos brindaron un panorama un poco más halagüeño para Cambiemos. “Ojalá tengan razón ustedes y se equivoquen las encuestas”, dicen que les contestó el Presidente frente a tanto optimismo.
Sergio Massa muestra sus propias encuestas que lo dan en una hipotética pelea mano a mano con Cambiemos por el segundo lugar detrás de la ex presidenta. El tigrense se aferra a la esperanza de imponer su discurso antigrieta y que surta efecto en el electorado sus propuestas tendientes a bajar los precios y el impulso a medidas para combatir el delito.
Ese sería el peor escenario para el macrismo. Massa está en el radar de Cambiemos para el turno electoral de octubre. Allí apuntará en busca de plantear la polarización final con Cristina. Pero para eso, el tigrense debería llegar el próximo domingo en un tercer lugar cómodo que en 1País niegan estar.
Cerca de Vidal aseguran que, según diversos estudios, el voto a Massa tiene como rasgo distintivo su volatilidad. Es decir, al menos una porción podría cambiar dentro de poco más de dos meses si el oficialismo logra instalar definitivamente un escenario de polarización con la ex presidenta. Claro que, además, necesita que Cristina le quede al alcance de la mano, a no más de 3 ó 4 puntos. Y que la economía, que empezó a mostrar algún signo de reactivación, asome un rostro más benigno en el bolsillo de la gente. De ahora a octubre no hay mucho tiempo y allí están puestas todas las miradas.

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