Cansados de la falta de respuestas, los vecinos del barrio Martín Miguel de Güemes se reunieron en la sede de la sociedad de fomento a expresar un fuerte reclamo por la falta de servicios en el sector.
En ese marco, las protestas se centraron en la ausencia de cloacas en el vecindario, un tema que no es nuevo, y que –según dicen– fue planteado a las autoridades en numerosas oportunidades en los últimos 14 años.
“Estamos pidiendo este servicio desde el año 2001, ya pasaron cinco presidentes de la sociedad de fomento y seguimos esperando”, afirma la actual titular de la entidad barrial, María de los Ángeles Durán.
Con todo, la obra nunca se hizo y en la última reunión con las autoridades del área de Obras Públicas les informaron que los trabajos podrían comenzar a fin de año o en 2015, aunque no les dieron certeza sobre esto.
Mientras tanto, los problemas se acumulan: se suman pozos, algunos se hacen en las veredas, aumenta el riesgo sanitario, el desecho de agua genera “cortadas” en las calles y se incrementan los costos por los reiterados llamados al camión atmosférico.
Reclamo
Los vecinos del barrio Güemes –ubicado al costado del Regimiento y delimitado por la Ruta 7 y las calles Ramón Hernández y Soldado Argentino– se autoconvocaron esta semana para hacer el reclamo ante Democracia y TeleJunín. “Esto no tiene nada que ver con ningún partido político, simplemente somos vecinos del barrio que queremos expresarnos y contar lo que significa no tener cloacas”, cuenta Durán.
La dirigente fomentista agrega que en la última reunión que tuvo con el secretario de Obras Públicas, Javier Siñeriz, éste le dijo “que para fin de año o principios del año próximo recién podía traer las cloacas para este sector”, aunque no le dio seguridad de que eso sucediera.
“Inclusive me habló de un presupuesto –agrega Durán–, dijo que la obra costaba 20 mil pesos por cuadra y sería pagado una mitad por el municipio y la otra por los frentistas”.
No obstante, los lugareños están cansados de las promesas incumplidas.
De hecho, en todos estos años se habló de un proyecto para que la red ingrese por la calle Soriano, ya que desde el municipio les informaron que este sector tiene caída del regimiento hacia el lado de la Ruta 7. Sin embargo, en el último tiempo les hablaron de un trazado diferente, en donde la conexión se haría a partir de la calle Soldado Argentino, es decir, de un sector supuestamente más alto.
“Sería una obra muy cara para el gobierno municipal, porque si la red viene por Soldado Argentino habría que poner una estación de bombeo para llevar los desechos hacia ese sector que, según lo que nos dijeron, está más alto”, explica Pablo, vicepresidente de la entidad barrial.
Y agrega: “Nosotros necesitamos las cloacas, es un bien necesario para el barrio”.
Problemas
Los vecinos contaron ante Democracia las dificultades que padecen por vivir esta situación. Una de ellas pasa por los costos que esto genera, como explica Silvia: “Nosotros, al no tener cloacas, tenemos que arrojar los desechos a los pozos que se llenan y tenemos que llamar a los camiones atmosféricos, que tienen un costo elevado, y sube cada vez más siendo un gasto que no todos estamos en condiciones de asumir”.
Según dicen los lugareños, deben contratar este servicio cada 20 días, aproximadamente.
Pero además, esto también genera conflictos vecinales. “Si se tira el agua a la calle –continúa Silvia–, tenemos problemas con los vecinos o las calles quedan en muy mal estado: en las esquinas se acumula el agua, se generan pozos, nos embarramos todos, los vehículos no pueden pasar, es decir que genera muchísimos inconvenientes”.
Otra residente de la zona desde hace 19 años, Mariela, reconoce que “uno tira el agua a las calles y da un aspecto feo al barrio, porque se producen cortadas y no es lindo, pero tiramos el agua ahí porque no tenemos dónde hacerlo. Sabemos que eso incomoda a los vecinos, yo trato de lavar la ropa a la noche para evitar problemas, pero no se puede vivir así”.
Miguel, otro de los vecinos del barrio Güemes, añade que los pozos tienen varios años y, en algunos casos, se derrumban cuando se llenan demasiado.
“El que sabe de salubridad puede decir lo que pasa y los problemas que trae el hecho de tener que tirar el agua a la calle”, comenta Miguel.
En este contexto, las excavaciones se van sumando. Las casas tienen dos y hasta tres pozos.
“El tema es que con uno ya no alcanza, no sirve, entonces ya se han hecho dos o tres pozos en cada propiedad, y ya no hay lugar para hacer más; no se puede vivir sin cloacas”, sostiene Natividad, una vecina que lleva 15 años en este lugar.
Por su parte, Marcela explica que en su casa tiene dos pozos: “Tengo uno para el lavarropas y uno del baño, y cada 20 días tengo que llamar al atmosférico. No se puede vivir así. Yo vivo hace 19 años y se han hecho muchos reclamos. Ahora solo nos queda tener esperanza”.
En tanto, Mariela comenta que “por el espacio que tiene cada uno en su casa, construir otro pozo ya es imposible, entonces ya hay muchos que los están haciendo en las veredas y eso es muy peligroso”.
Tanto es así que en el último tiempo se dieron al menos dos casos de personas que se cayeron en pozos hechos en la vereda.
Esperan respuestas
A partir de estas dificultades, los vecinos se unieron para hacer este reclamo y esperar una respuesta definitiva.
“No queremos que nos regalen nada –dice Miguel– los vecinos estamos dispuestos a pagar la obra. Hemos visto que gente que ha hecho problemas ha tenido mejores resultados que nosotros, que estamos haciendo las cosas correctamente. Esperemos que a través de esto el Gobierno preste un poquito de atención a este barrio”.
En tanto, en una reunión previa a esta nota los vecinos decidieron que si no reciben respuestas, irán a hacer el reclamo a la puerta del Palacio Municipal.
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