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HALLAN UN CADAVER EN UN CAMPO DE ROJAS

Investigan una muerte dudosa

Los indicios señalan que Ceferino Barreto, de unos 70 años, quien trabajaba en la zona de Guido, habría fallecido de muerte natural.

Un trabajador rural de unos setenta años de edad, aproximadamente, quien se desempeñaba como puestero en un establecimiento agrícola de la zona de Guido Spano, identificado como Ernesto Ceferino Barreto, fue encontrado muerto por el propietario de la explotación quien, aún conmocionado por el hallazgo, dio inmediato aviso a las autoridades poli-ciales.
El infortunado puestero, según pudo precisar este diario, presente en el lugar del hallazgo, llevaba ya varios días de muerto, considerando el avanzado estado de descomposición que presentaba el cadáver, atacado, además, por alimañas e insectos.
Tras darse el correspondiente aviso a las autoridades, se hizo presente en el lugar, además del propietario del establecimiento, personal de la Patrulla Rural y el capitán Gustavo Castiello, juntamente con la encargada interina de la Ayudantía Fiscal local, doctora Elisabet Berbeni, quienes tomaron los primeros recaudos legales.
Más tarde llegó al lugar el forense policial, doctor Mario Boveri quien luego, por disposición de la Unidad Funcional de Instrucción Nro. 3 del Departamento Judicial de Junín, a cargo del doctor Alberto Arostegui, se encargó de la correspondiente necropsia, en el marco de la investigación penal preparatoria rotulada, de momento, "averiguación de causal de muerte".
De acuerdo a las impresiones a priori de las autoridades policiales y judiciales sobre el luctuoso suceso, se trataría aparentemente de un evidente caso de muerte natural. Lógicamente, tanto el propietario del establecimiento como las autoridades policiales revisaron someramente la casa principal del lugar y los galpones de las inmediaciones, estableciendo que aparentemente no habría ningún indicio que motivara conjeturar la comisión de algún posible ilícito: es decir que no habría faltantes de elementos o efectos, ni tampoco señales de algún posible hecho de violencia.
El puestero fue encontrado tendido boca abajo en el suelo, a pocos metros del camino de acceso a la explotación, en un pequeño claro de la arboleda circundante, situado entre la casa principal y el lugar donde el occiso residía.
Barreto vivía sólo en el establecimiento, en una suerte de vivienda precaria, aunque según trascendió recibía periódicamente la visita de algún familiar; por lo que pudo colegirse en el lugar de los hechos, el infortunado puestero no habría tenido contacto con nadie por lo menos en los últimos tres a cinco días.

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