“No hay testigos directos.” La expresión que suelta ayer una fuente muy cercana a la causa resuena misteriosa, pero, en rigor, dicta una referencia clara y concisa. “Este no es un caso fácil de resolver.”
Nadie vio salir al homicida del local de venta de ropa infantil situado en la calle General Paz 45, donde el jueves último, entre las 17 y las 18 –según el resultado de la autopsia- Paola Silvana Tomé, de 38 años, fue brutalmente asesinada a golpes y por asfixia mecánica, con un pañuelo negro en el cuello, que apareció el día después junto al cuerpo de la víctima, ya sin vida.
Hay una imagen de Paola, sí, que fue tomada por las cámaras de videovigilancia del gobierno local, donde se la ve caminando por Roque Sáenz Peña, pero está “sola”, confió la fuente a este diario, y, por ende, no sirve de mucho para el esclarecimiento del hecho de sangre.
Las cámaras del Municipio no apuntan a la escena del crimen y la del local de al lado tenía el reflejo del sol y no aportó elementos de prueba a la causa, lamentó el funcionario, muy cercano a la investigación.
Los pesquisas trabajan, con todo, sobre dos líneas: la reconstrucción de las “relaciones”
de la propietaria del comercio “Rowena”, y las últimas conversaciones telefónicas.
También se indaga al entorno, a sus allegados, y es en este punto –al no haber un testigo directo- que los investigadores admiten que la resolución del caso podría demandar varios días o, incluso, meses
Las pericias científicas fueron realizadas y la escena se preservó, con lo cual gran parte de la confianza en el esclarecimiento radica en las pruebas genéticas recabadas en el lugar.
Según pudo averiguar este diario, la víctima no habría sido abusada sexualmente, por lo que se descarta el ataque sexual y cobra aún más fuerza, como publicó ayer este diario, la hipótesis del crimen “pasional”, ya que en el lugar apareció el dinero y una notebook, descartándose
así, en principio, el móvil del robo.
“Paola era divina”, expresó la hermana
Ayer, en diálogo con Democracia, Lucrecia Tomé, hermana de la mujer brutalmente
asesinada, expresó el dolor de la familia: “Estamos todos muy mal, mi hermana vino a Junín hace tres años, buscando tranquilidad, y ahora le pasó esto”.
Y agregó: “Paola era divina, no tenía enemigos y hacía una vida normal”.
Ante la consulta de Democracia sobre si había alguna pista o algún dato que pudiese conducir hasta el asesino, la hermana afirmó: “Por ahora no hay nada, está trabajando la fiscal [Vanina Lisazo, titular de la UFIJ 6]. Esto ha sido obra de algún loco, porque mi hermana no tenía enemigos”.
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