Los imputados por el asesinato de Marcelo Torres. Hoy, el tribunal popular se expedirá sobre la culpabilidad de los procesados.
Los imputados por el asesinato de Marcelo Torres. Hoy, el tribunal popular se expedirá sobre la culpabilidad de los procesados.
SEGUNDA JORNADA DEL JUICIO POR JURADO

“No soy una asesina”, manifestó la imputada y expareja de Marcelo Torres

Vilma Verón está acusada, junto a Gustavo Arrieta, del crimen del joven de 34 años, ocurrido en el Parque Ecológico de Junín. “Las lesiones que le causaron la muerte fueron tres puñaladas en el cuello”, confirmó la perito forense.

“Soy inocente, sufrí violencia de esa persona y todavía tengo marcas”. Así intentó Vilma Esther Verón (28) desvincularse del crimen de Marcelo Torres, por el cual está imputada junto a Gustavo Damián Arrieta (36), ayer, al momento de prestar declaración ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Junín. 

En la segunda jornada del juicio por jurado también declararon peritos y policías, además de la mujer que encontró el cuerpo y amigas de la acusada. La mujer contó que la noche previa al homicidio intentó llamar a su sobrina, pero por equivocación llamó a Torres, quien enseguida le devolvió el llamado.

“En ese momento empecé a discutir con Arrieta, quien dijo que lo iba a cagar a trompadas”, declaró. Y prosiguió con el relato: “Torres me dijo de ir al Parque Ecológico, porque ahí era donde siempre nos veíamos y en el camino compramos cervezas. Empezamos a hablar y yo le decía que no me joda. Se me tiró encima, me quiso abusar e intentó bajarme los pantalones. Ahí empecé a gritar. Le dije que nos vayamos e intentó arrancar el auto”.

“En ese momento apareció Arrieta, rompió el vidrio y Torres bajó del auto empezando a pelear afuera. Lo vi a Torres que se tocaba la cara y me fui del lugar”, aseguró.

“Luego Arrieta me dijo que subiera a la moto y que creía que lo había matado. Le pregunté por qué había hecho eso. Era solo cagarlo a trompadas para que se dejara de joder”, dijo.

“Jamás le hubiera hecho daño”

“Hice muchas denuncias por violencia de género, tengo marcas de quemaduras y tuve botón antipánico. Yo no soy una asesina y jamás le hubiera hecho daño a Torres, porque lo amaba”, expresó.

Cabe recordar que los acusados admitieron haber estado con la víctima en el momento del crimen y ambos permanecen con prisión preventiva, alojados en la Unidad Penitenciaria 13. Verón (expareja de Torres) y Arrieta están procesados por el delito de "homicidio calificado por alevosía y el vínculo" y “homicidio calificado por alevosía”, respectivamente. 

La mujer está representada legalmente por el abogado Mauricio Muñoz, mientras que el hombre, por el defensor oficial Leopoldo Singla. La fiscal del juicio es Paola Luján y el abogado del particular damnificado es Fernando Ojeda. 

Hoy, a las 10, se leerán los alegatos en el piso 6 de los tribunales y el jurado popular se expedirá sobre la culpabilidad de los procesados. Cabe destacar que para lograr que la condena sea perpetua se requiere la unanimidad de los doce miembros del jurado.

Cabe destacar que es la tercera vez que en el Departamento Judicial de Junín doce ciudadanos se expedirán sobre la culpabilidad, en este caso, de los imputados por el crimen de Torres, quien falleció a raíz de las heridas provocadas por un arma blanca en la zona del cuello. 

Autopsia

La perito forense Carolina Pérez Mernes fue la encargada de practicarle la operación de autopsia al cuerpo de Torres y declaró que la “víctima tiene lesiones de defensa en la mano”. Además, afirmó que “tiene golpes de puño, con un elemento contundente y cortopunzante con el cuchillo”.

Y confirmó que “las lesiones que le causaron la muerte fueron tres puñaladas en el cuello, lo que le provocó el sangrado y el shock hipovolémico a raíz del corte en la yugular”. “Después de esas heridas, hubo 3 minutos de sobrevida y con esas lesiones no pudo haber caminado”, advirtió. 

Un encuentro “pactado”

En los alegatos de apertura, la fiscal manifestó: “Los imputados callaron a Torres para siempre. Ese día Verón pactó un encuentro con Torres a través de un llamado, previo a hacer un plan con Arrieta para matarlo en el Parque Ecológico, desde donde se llevaron el teléfono, las llaves del auto y el arma luego del hecho”.

“La defensa dirá que no fue por alevosía, pero la fiscalía acreditará que la víctima estaba indefensa en el Parque. Ellos intentarán decir que actuaron así por la relación que tuvieron hace 5 años cuando hubo una denuncia por violencia”, subrayó.

“Un charco de sangre”

Martín Ausa fue el primer policía en llegar a la escena del crimen, luego de que una mujer se acercó al módulo policial de Circunvalación y Ruta 188 para dar aviso sobre un auto detenido, en el Parque Ecológico, con las puertas abiertas.

“Nos acercamos despacio y vi las piernas salidas y luego a la persona fallecida. Había sangre en todo el auto. Era un cuerpo desplomado”, describió el uniformado. Y agregó: “Vi sangre en la parte del baúl como si se hubieran apoyado y a un metro, detrás del auto, había un charco de sangre, que me llamó la atención. Recuerdo las puertas abiertas y el vidrio roto del conductor. Había restos de vidrios en el piso del auto”. 

La oficial a cargo de la división criminalística de la Policía Científica, Lucrecia Paviolo, recordó que el día del hecho su misión fue coordinar el grupo pericial y tomó fotografías “desde lo general al detalle”. Con las fotos proyectadas en la sala de audiencias, afirmó que “la mancha que se halló detrás del auto, en el piso, fue por escurrimiento, y da la pauta de que alguien estuvo parado ahí”.

Además, dijo: “Vimos el vidrio del conductor roto desde afuera hacia adentro. En el lado interior de esa puerta había sangre por escurrimiento”. Y destacó que, en el momento del hecho, “la puerta estuvo cerrada”. 

En la puerta del acompañante (exterior) “no se encontró un patrón hemático, mientras que en el panel interior de esa puerta había manchas de sangre por proyección y goteos”.

En tanto, “en la puerta trasera derecha se hallaron manchas por apoyo. En la manija vimos una mancha hemática con la particularidad de que tenía un patrón provocado por otro elemento, como un guante o tejido, ya que no tenía huella dactilar”, informó.

“En el techo (interior), del lado del conductor, había manchas agrupadas por proyección, mientras que en los asientos traseros había sangre por proyección y escurrimiento a raíz de la posición final de la víctima”, indicó. “También participé de las pericias de un teléfono, del arma blanca y llaves que se encontraron en un rastrillaje”, concluyó.

“Yendo, vida”

En aquel octubre de 2020, Julián González era comisario y jefe de operaciones en la DDI. Según dijo, intervino en el análisis de las cámaras de seguridad y teléfonos: “Hicimos el seguimiento del vehículo al Parque Ecológico”.

“Las cámaras la registraron a Verón en calles Beruti y Tucumán, cerca de las 0.50. Luego por Tucumán pasa el auto. En otra toma, luego se ve al vehículo en Rivadavia y Libertad donde se ve al acompañante con el buzo rojo”, explicó. “Luego se dirigió hacia Intendente de la Sota y Alberdi, donde tomó dirección a Ruta 188. Y se ve que cruzó por República y luego entrando al Parque Ecológico”, declaró.

En tanto Arrieta, por otras cámaras, se comprobó que “llegó al Parque en una moto 100 cc negra que luego fue secuestrada, al igual que la campera que llevaba puesta. En la vuelta se lo detectó en Félix de Azara y Circunvalación acompañado de una mujer, cerca de las 2 de la madrugada”.

Continuando con su declaración, González agregó que, según el análisis de las cámaras y teléfonos, “Verón le mandó a Arrieta ‘yendo vida’ cuando iban por Alberdi y Ruta 188”.

El hecho

El episodio fue descubierto alrededor de las 9.30 del 27 de octubre de 2020 dentro del Parque Ecológico, ubicado a la vera de la Ruta Nacional 188, en Junín, frente al aeródromo.

El hallazgo se registró cuando una mujer que caminaba por el ex Vivero Municipal observó que dentro de un Renault Clío blanco había un hombre ensangrentado, por lo que llamó al 911.

Torres (34) era el propietario del vehículo en el que fue encontrado muerto, trabajaba en el rubro de la construcción y vivía con su padre. Cabe recordar que las detenciones se concretaron durante un allanamiento en una vivienda en la que vivían los acusados, situada en Junín, a la que los policías llegaron luego de analizar las grabaciones de cámaras de seguridad y recibir un informe sobre los teléfonos celulares de los acusados. 

Los peritos recuperaron los archivos y establecieron que la mujer había acordado encontrarse con Torres a las 0.40 y que a la 1.06 le envió un mensaje a Arrieta en el que le avisó que estaban yendo al Parque Ecológico.

Los impactos de las antenas coincidieron con la geolocalización de la escena del crimen. En tanto, durante el allanamiento fueron secuestradas prendas de vestir, mientras que las llaves del auto en el que fue encontrado la víctima, su teléfono y el arma homicida fueron encontradas en un descampado de calle Ricardo Rojas entre República Libanesa y Padre Ghío.

COMENTARIOS