Cayó el sospechoso de contratar a los sicarios que mataron al chofer de un sindicalista en Colón
DE UATRE

Cayó el sospechoso de contratar a los sicarios que mataron al chofer de un sindicalista en Colón

Julián Gómez habría encargado el crimen de Mauricio Cordara desde prisión. Buscan al tirador y crece la línea de que los homicidas se equivocaron de objetivo.

Tras un gran despliegue policial, fue detenido el sospechoso que habría contratado a los sicarios rosarinos que asesinaron en Colón a Mauricio Cordara, chofer del vicepresidente de la obra social de Uatre y ex diputado Pablo Ansaloni.

Se trata de Julián Nicolás Marcelo Gómez, que fue atrapado por agentes de la Agencia de Inteligencia Criminal (AIC) y de la DDI de Colón que intervienen en el caso. El nuevo detenido por el crimen tenía pedido de captura por el delito de homicidio agravado por ensañamiento y alevosía y por el uso de arma de fuego.

El presunto contratista habría encargado el asesinato desde prisión, ya que en el momento del homicidio de Cordara estaba preso en el pabellón 8 del penal de Piñero por robo calificado.

Fuentes del caso indicaron que Gómez fue apresado cuando su esposa fue a retirar de la municipalidad de Soldini un Chevrolet Celta de su propiedad que había sido secuestrado en diciembre. La mujer estaba acompañada por su hermana gestora. Ambas hicieron sus trámites y se llevaron el vehículo con una grúa.

Los detectives observaban toda la maniobra. Siguieron la grúa hasta la localidad de Pérez, donde divisaron al sospechoso buscado en la puerta del domicilio en el que dejaron el auto. En ese momento, varios efectivos de la AIC procedieron a la captura.

Mauricio Cordara, de 45 años, fue asesinado a tiros en la tarde del 18 de noviembre de 2022 luego de retirar a los hijos de su jefe de la escuela. Los investigadores creen que el verdadero blanco del ataque era Ansaloni, pero se confundieron de persona.

En el caso interviene la fiscal de Colón Magdalena Brandt y colabora en la investigación su par de Rosario Matías Edery.

Los detectives no determinaron hasta el momento el móvil del ataque ni cuánto dinero pagaron por el encargo. Creen, asimismo, que detrás de Gómez hay un autor intelectual aún no identificado.

La causa

El día del hecho se registraron varias comunicaciones entre Iván Alonso, el conductor del auto en el que se trasladaron los sicarios, y Alfredo Nicolás Almirón, alias “El Calamar”, sindicado como el autor de los disparos que mataron a Cordara. Alonso fue detenido el 29 de enero pasado en una estación de servicio, mientras que “El Calamar” continúa prófugo y es intensamente buscado por los agentes de la policía de Santa Fe y de Buenos Aires.

La causa ya tiene seis imputados por poner a disposición el Palio rojo que usaron los sicarios: los rosarinos Blas “Negro” Sosa; Fernando Burgos y el recluso de la cárcel de Piñero Ángel Ochoa y Ramón “Monchi” Vallejos, señalado como un veterano hampón y padre del referente criminal de Nuevo Alberdi Hernán “Lichi” Romero e Iván Alonso, el joven de 19 años que estaba al volante del vehículo en el que se trasladaron para concretar el homicidio.

¿Cómo llegaron hasta los autores materiales del crimen? “Cruce de líneas. Filtramos las líneas de Rosario que daban en Colón al momento del hecho y las seguimos con las antenas, había dos que iban y venían juntas al momento del hecho, intervenimos esas líneas y llegamos a los dos”, detallaron los investigadores.

Gran parte de la investigación se basó en los chats encontrados en el celular de Ochoa y a los que tuvo acceso Infobae. El sospechoso se dedica a la venta de autos robados desde prisión para cometer ilícitos. En ese dispositivo encontraron las pruebas sobre el Palio.

“Amigo necesitan un auto de los de Miami para hacer un laburo y lo descartan”, le preguntó Fernando Burgos. Ochoa respondió: “Sí, tengo el Palio rojo. Yo lo pagué seis”, dijo al negociar el valor del vehículo que guardaba en una cochera de México y República. Luego, los dos hombres charlaron sobre la operatoria para hacer el intercambio.

Después del homicidio, tuvo una conversación con quien sería otro interno en la que hizo referencia al crimen en Colón. “Lo re gatilló”, “Le dio al que no era”, le dijo su interlocutor. Los mensajes, en este punto, habían sido eliminados.

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