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CRIMEN DEL PEDIATRA

Jorge Emanuel Ferreyra se negó a declarar ante el fiscal Angel Quidiello

Está acusado de haber asesinado al doctor Arturo Cobas, el 16 de marzo de este año. Sigue alojado en la UP 13.

En la mañana de ayer, el fiscal doctor Angel Humberto Quidiello, titular de la UFIJ Nº 7, dio cumplimiento con la audiencia establecida por el artículo 308 del Código Procesal Penal, respecto de Jorge Emanuel Ferreyra, alias “Tati”, oriundo de Los Toldos, en el marco de la IPP 04-00-001644-11.
Ferreyra, a quien se le imputa el delito de homicidio, en los términos del artículo 79 del Código Penal, por el hecho ocurrido en Junín, del que resultó víctima Arturo Cobas, se abstuvo de declarar, haciendo uso del derecho que le asiste en tal sentido, y permanece alojado en la Unidad Penitenciaria Nº 49 de nuestra ciudad.
Cabe recordar que Ferreyra fue capturado el miércoles último –tras permanecer prófugo siete meses-, en Loma Hermosa, partido de Tres de Febrero, por su presunta participación en el asesinato del médico, ocurrido el 16 de marzo de este año, en su casa de Roque Sáenz Peña 1833 (barrio Ramón Carrillo).

El homicidio

El cuerpo fue encontrado sin vida en el patio de la quinta y allí también se halló muerto a un perro de raza rottweiller propiedad del profesional, animal que también mataron con golpes contundentes.
Personal policial de la Comisaría Junín Segunda había comenzado a investigar el caso al hallarse abandonado, cerca de las 6 de la mañana de ese día, el automóvil del pediatra, una Volkswagen Cross negra, la cual había sido incendiada (especialmente en su interior) en la esquina de General Paz y Magaldi, en el barrio FONAVI.
Los efectivos se trasladaron a la quinta de Cobas y al no responder nadie al llamado, y ver al rottweiller muerto en el patio, temieron lo peor y decidieron acceder a la casa violentando una ventana.
Enseguida, los investigadores hallaron el cuerpo sin vida del médico, quien estaba atado de pies y manos y había sido asesinado con violentos golpes aplicados en la cabeza con una llave tipo Stilson, hallada al lado de su cadáver.
También estaban junto al cuerpo unos 1.200 pesos y, además, el pediatra tenía en uno de los bolsillos de su pantalón otros 80 pesos.
Personal de la Policía Científica realizó distintas pericias en el lugar, trasladándose al cabo de las mismas el cuerpo de Cobas a la morgue, para ser sometido a la autopsia de rigor en estos casos.
En la casa se secuestraron una computadora del profesional y otros elementos que podrían ser importantes para el avance del caso, caratulado “homicidio simple”.
Minutos más tarde se procedió a conducir a la Segunda a dos sujetos, hermanos entre sí, quienes residen a pocos metros de donde se halló la camioneta del médico asesinado.
Uno de los “demorados” sería muy conocido de la víctima, aunque luego fueron liberados. Posteriormente, se aprehendió a Gonzalo Fernández (25 años), empleado de Cobas en su quinta (allí, el pediatra criaba pollos y el joven ayudaba en esas tareas), quien permaneció varios días detenido, hasta que fue liberado por falta de pruebas en su contra.

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