EN INTENDENTE DE LA SOTA 478: “NO LLAMES A LA GORRA”, LE ADVIRTIO EL LADRON
Le puso un cuchillo en el cuello a la empleada y robó un kiosco
“Quiero la plata, quiero los grandes”, pedía el delincuente, a los gritos. Pero como el negocio recién abría, sólo se llevó 250 pesos.
Paralelamente a los 25 allanamientos que se realizaban en distintos barrios de nuestra ciudad, un malviviente ingresó ayer a un maxi kiosco situado en Intendente de la Sota 478 y, tras amenazar de muerte a una empleada -poniéndole un cuchillo en el cuello-, le exigió a la dueña del negocio que le entregue todo el dinero.
“Quiero la plata, quiero los grandes”, repetía con nerviosismo el delincuente.
Pero sólo se llevó unos 250 pesos, ya que el local recién abría y sólo había el dinero de un pago mensual que había hecho un cliente.
“Yo siempre duermo hasta las 12, me hicieron levantar temprano”, ironizó el malviviente no bien entró al negocio, alrededor de las 8, cubriéndose la mitad del rostro con un cuello.
El ladrón se refería, concretamente, a los allanamientos policiales que comenzaron a las 6 de la mañana en distintos barrios, y por eso decía que lo habían despertado.
Pero lejos de amilanarse por los más de 300 efectivos de toda la Provincia que estaban en la ciudad, aprovechó la situación para cometer un ilícito, con total impunidad.
“Cuidado con llamar a la gorra, yo tengo mucha gente atrás, que si a mí me pasa algo, van a venir a buscarlos”, les advirtió el malhechor, y agregó: “Yo vengo a matar o morir”.
“Quiero la plata, quiero los grandes”, repetía con nerviosismo el delincuente.
Pero sólo se llevó unos 250 pesos, ya que el local recién abría y sólo había el dinero de un pago mensual que había hecho un cliente.
“Yo siempre duermo hasta las 12, me hicieron levantar temprano”, ironizó el malviviente no bien entró al negocio, alrededor de las 8, cubriéndose la mitad del rostro con un cuello.
El ladrón se refería, concretamente, a los allanamientos policiales que comenzaron a las 6 de la mañana en distintos barrios, y por eso decía que lo habían despertado.
Pero lejos de amilanarse por los más de 300 efectivos de toda la Provincia que estaban en la ciudad, aprovechó la situación para cometer un ilícito, con total impunidad.
“Cuidado con llamar a la gorra, yo tengo mucha gente atrás, que si a mí me pasa algo, van a venir a buscarlos”, les advirtió el malhechor, y agregó: “Yo vengo a matar o morir”.