Este tipo de estafas aumentaron desde que terminaron las medidas de aislamiento.
LA OTRA PANDEMIA

En Junín: reaparecieron las estafas presenciales con el “cuento del tío”

En los últimos días, con el fin de las medidas de aislamiento, aumentaron los casos de fraudes a personas de la tercera edad en sus casas, con la excusa de que deben cambiar los dólares ahorrados. Dieron una serie de recaudos para tener en cuenta.

Desde que terminaron las medidas de aislamiento por la pandemia del coronavirus reaparecieron los “clásicos” casos de “cuento del tío” en Junín, estafas que tienen como principales víctimas a personas de la tercera edad que viven solas y que suelen tener ahorros en sus casas.

Según explicaron, este tipo de estafas aumentaron desde que terminaron las medidas de aislamiento, ya que los delincuentes pueden volver a presentarse en las casas de las víctimas para concretar el engaño.

Según hechos que ocurrieron esta semana en nuestra ciudad, las víctimas reciben llamados al teléfono fijo de parte de personas que, simulando estar resfriadas o con algún problema en el sonido del teléfono para que se confunda su voz, refieren ser hijos, sobrinos o familiares que cuentan con una “información bancaria importante”.

Esa supuesta información exclusiva y urgente suele ser que los billetes que actualmente circulan deben ser cambiadas por unos nuevos, por algún tipo disposición del Banco o del Estado; que se está por decretar una devaluación u otra medida económica grave y que hay que comprar (o vender) los dólares en forma urgente; que hay que llevar los billetes al banco, por cualquier otro motivo, para cambiarlos por otros billetes o por otra moneda; o excusas similares.

Esa información es el principio de la estafa, luego el delincuente le dice a la víctima que irá a su domicilio el contador, algún empleado del banco de confianza o un amigo para retirar el dinero, y que le entregue los billetes a esa persona. Para generar más confianza le pasa el nombre completo, un celular, el auto que maneja y hasta una palabra “clave” para que se la diga al llegar.

Terminada la comunicación entre la víctima y el estafador, se presenta la persona, se hace la entrega de dinero y se concreta la estafa.

En algunos casos, el estafador hasta le dice a las víctimas con mucha precisión qué sumas de dinero tiene, en qué lugares está, si tiene pesos o dólares. También, tras revisar redes sociales, suele hacer referencia a nombres de familiares, o a circunstancias de la vida como viajes o cumpleaños.

Si bien en pandemia los “cuento del tío” habían sido en clave informática, de estafas en cajeros automáticos, ahora volvieron estos fraudes “presenciales”.

Advertencias
Alertados por esta situación creciente, y conscientes del perjuicio económico y emocional que significa ser víctima de una estafa, se dieron una serie de recaudos para no caer en estos delitos.

Advertir a familiares ancianos, explicándoles que nada de esto es verdadero.

Evitar que tengan sus ahorros en sus casas.

Instruir a los adultos mayores para que directamente no consientan ningún diálogo de esta clase.

Evitar lo más posible el uso del teléfono fijo, o bien gestionar a los adultos mayores un celular para las comunicaciones familiares.

Ante cualquier llamado semejante, se aconseja cortar la llamada e inmediatamente dar aviso a la Policía, que estará debidamente instruida para actuar en caso de reiterarse el intento.

Otros tipos de estafas
Durante el primer año de la pandemia, los delitos informáticos crecieron casi un 500%, ya que entre abril de 2019 y marzo de 2020 la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci) recibió 2581 reportes y entre abril de 2020 y marzo de 2021, 14.583.

Los datos se desprenden del informe presentado por la Ufeci que relevó las modalidades delictivas denunciadas como fraudes, usurpaciones de identidad y maniobras de phishing, las que según determinaron registraron un aumento del 465% durante el período afectado por la pandemia.

En el informe se detallaron los distintos modus operandi, y se hizo hincapié en las maniobras de fraude o situaciones delictivas que se evidenciaron en el contexto de pandemia. Dentro del fraude, se identificó lo que sucede en relación a las compraventas, y el fraude bancario o relacionado con plataformas de homebanking. El phishing es otro de los delitos que aumentaron, y es el que se comete mediante técnicas de ingeniería social que involucran correos electrónicos, sitios web o perfiles en redes sociales engañosos, y por el cual los autores obtienen información confidencial de terceras personas y se hacen pasar por ellas.

Con respecto a la usurpación de identidad, se explicó que los autores se hacen pasar por un tercero, mediante la creación de direcciones de correo electrónico o perfiles en redes, y este tipo de maniobras pueden estar relacionadas con algún supuesto de hostigamiento o acoso digital. Y en el informe también se menciona el ransomware, que se lleva a cabo mediante la ejecución de un programa informático malicioso en la/s terminal/es afectada/s, el cual encripta una variedad de archivos que se supone resultan de interés para la víctima, tras lo cual se le exige a esa persona -por lo general, a través de un mensaje que se despliega en los propios dispositivos afectados- el pago de una suma de dinero, usualmente, en Bitcoin u otro criptoactivo, para recibir así la clave y las indicaciones para desencriptar los archivos.

Según se informó, las distintas modalidades delictivas tuvieron sus particularidades durante el período de pandemia, ya que por ejemplo en el caso de los fraudes relacionados con las compraventas se detectaron productos o servicios que estaban directamente relacionados con la prevención del Covid-19.

Se detectó también que ante la creación de programas gubernamentales asociados a la pandemia, se utilizaban falsos formularios en línea para inscribirse a través de los cuales los autores captaban los datos personales de las víctimas, que luego podían ser utilizados para cometer otro tipo de maniobras.

Y entre otros delitos, se detectaron accesos ilegítimos a cuentas bancarias y a cuentas de Anses, por medio de los cuales se lograban realizar desplazamientos patrimoniales perjudiciales para sus titulares.