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EL CRIMEN SE PRODUJO AYER EN LA CASA DEL MATRIMONIO, TRABAJADORES ARGENTINOS 1323

La mujer de un policía retirado lo ultimó con tres disparos de pistola "Mágnum" 357

La agresora quedó a disposición del fiscal de turno, doctor Javier Ochoaizpuro, quien hoy va a indagarla.

La lluviosa mañana de ayer marcó el final de la vida del policía retirado Juan Domingo Quintana, de 55 años de edad, quien recibió tres balazos de una pistola "Mágnum" 357 empuñada por su propia esposa, Sonia Cebile.
El hecho de sangre se produjo pasadas las 8.30 de la mañana de ayer en la vivienda de la pareja, sita en calle Trabajadores Argentinos 1323, y de inmediato concurrió al lugar personal de la Comisaría Junín Primera y el fiscal que tomó intervención en el caso, Dr. Javier Ochoaizpuro, de la U.F.I.J. Nº 202 de turno.
Allí, los pesquisas constataron que el cuerpo de Quintana, quien hasta su retiro trabajó en el Destacamento de Seguridad Vial Junín, estaba sin vida en la cocina de la finca, mientras Cebile estaba inmersa en una aguda crisis emocional por el hecho que la tuvo como protagonista y por el cual quedó inmediatamente detenida, por ahora alojada en la Seccional céntrica de Presidente Quintana y Vicente Gandini.
En evidente estado de conmoción, según el relato de varios testigos, la mujer, arrodillada junto al cuerpo, repetía “me cansaste”, “me cansaste”, por lo que las primeras hipótesis hablan de un episodio de violencia familiar.
Hoy, va a ser indagada por Ochoaizpuro en la causa penal que, en principio, está caratulada "homicidio agravado por el vínculo", debiéndose destacar que la pareja tiene un hijo, Juan Marcelo Quintana.
Algunos trascendidos indicaron que la mujer habría denunciado hechos de violencia familiar y ayer, tras disparar los tres tiros contra su marido, se comunicó con una funcionaria del Servicio Local de la Municipalidad de Junín, en cuya casa trabaja como empleada doméstica.
La empleadora de Cebile le dio el número de celular del doctor Ochoaizpuro y entre sollozos y para sorpresa del joven magistrado, la propia victimaria se comunicó con el fiscal, haciéndole saber la drástica decisión que había adoptado.
Una vez en el lugar del crimen, el fiscal ordenó distintas medidas procesales y pericias a personal de la Primera y, especialmente, de la Policía Científica Departamental.

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