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EL PRESIDENTE EGIPCIO NO SE PRESENTARA EN LAS PROXIMAS ELECCIONES

Mubarak se niega a dejar el poder

Luego de ocho días de protestas, y ante la presión de una multitudinaria marcha pacífica, el mandatario se afirma en su cargo y el reclamo de renuncia continúa.

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, se negó ayer a renunciar inmediatamente al poder como lo exigieron más de un millón de personas durante una jornada de manifestaciones multitudinarias, y se limitó a anunciar que no se presentará a las elecciones de septiembre.
"Lo digo con sinceridad y sin tener en cuenta la situación actual: no contaba presentarme a un nuevo mandato presidencial", dijo Mubarak que lleva 30 años en el poder, en una declaración de una decena de minutos, en tono muy grave, tras un día de manifestaciones masivas por todo el país sin que se produjeran enfrentamientos.
"He vivido en este país, defendí este país y quiero morir en esta tierra. La historia me juzgará", añadió el Presidente, de 82 años, que lucía un traje azul marino.
Los manifestantes rechazaron inmediatamente su discurso. "Vete ya, Vete ya", gritaron tan pronto escucharon a Mubarak quienes permanecían en la céntrica plaza Tahrir, donde medio millón de personas se concentraron durante el día, según fuentes de la seguridad egipcia.
"El Presidente es muy tozudo, pero nosotros lo somos todavía más", declaró a la gente un responsable opositor por altavoz, alentando a prolongar las protestas que se producen desde hace una semana y que habrían dejado más de 300 muertos, según la ONU.
El anuncio de Mubarak intervino después que el diario estadounidense The New York Times revelara que el presidente estadounidense, Barack Obama, uno de los mayores aliados de Mubarak, de 82 años, le pidiera que renunciara a presentarse a las elecciones presidenciales de septiembre.

Fuerzas opositoras

Durante el día, los opositores lograron su objetivo de sacar un millón de personas a las calles de Egipto contra el Presidente, según un balance hecho a partir de fuentes de la seguridad egipcias y periodistas de la AFP presentes en las marchas.
La llamada "marcha del millón" reunió a medio millón de personas en El Cairo, 400.000 en Alejandría (norte), la segunda ciudad del país, y al menos 110.000 en el resto del país.
Los manifestantes de El Cairo confluyeron hacia la Plaza Tahrir (Plaza de la Liberación), epicentro de la rebelión, sin que se registraran enfrentamientos. Al caer la noche, decenas de miles de personas permanecían en la plaza, cantando canciones de la legendaria cantante egipcia Umm Kalzum, sentados y agarrados de las manos.
"Mubarak se va, nosotros nos quedamos", gritaban determinados a quedarse hasta la renuncia del presidente.
Los militares que rodeaban la plaza daban la impresión de estar más relajados que al mediodía. El Ejército -uno de los pilares, junto a la Policía, del régimen autoritario egipcio- dejó claro el lunes que consideraba "legítimas" las reivindicaciones del pueblo y anunció que no recurriría a la fuerza contra los manifestantes.
Un comité de fuerzas opositoras afirmó que rechazaba cualquier negociación mientras Mubarak permaneciera en el poder.
La oposición reúne a fuerzas políticas con ideologías dispares, desde la oposición laica a la islamista, pasando por una nebulosa de cibernautas que desencadenaron el movimiento.
El ex diplomático Mohamed ElBaradei, que se está imponiendo como uno de los referentes de esa coalición, instó a Mubarak a abandonar el poder "a más tardar el viernes", en declaraciones a la televisión Al Arabiya.
Los Hermanos Musulmanes, el grupo de oposición más influyente del país, llamaron a seguir con las manifestaciones hasta que el régimen se desplome.

Eje del mundo árabe

Egipto, el más poblado de los países árabes (80 millones de habitantes), es un aliado de Occidente y administra el Canal de Suez, esencial para el aprovisionamiento petrolero de los países industrializados. Es, además, uno de los dos países árabes (el otro es Jordania) que firmó un tratado de paz con Israel.
Por todo eso, el desenlace de la crisis genera ansiedad mundial.
Estados Unidos ordenó la salida del país del personal no esencial de su embajada en El Cairo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, agitó el espectro de un régimen al estilo iraní en caso de que, al amparo del caos, "un movimiento islamista organizado tome el control del Estado".
El barril de petróleo se negocia por primera vez en dos años por encima de los 100 dólares el barril.

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