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El vivero hallado en barrio La Rufinita.
EN JUNÍN Y LA ZONA

Cada vez encuentran más plantaciones artesanales de marihuana en la Ciudad

En la última quincena de enero, la Delegación de Drogas Ilícitas de Junín realizó más de cinco allanamientos. Para usar el cannabis como terapia medicinal, la Ley 27.350 solo permite comprar el aceite importado o entrar en un ensayo clínico (Recann), a través de la Anmat.

Pueden llamar la atención por la forma de sus hojas verdes y la altura –de hasta cuatro metros– que llegan a alcanzar. Son solo plantas, pero su efecto y el movimiento que se genera en torno a ellas es lo que preocupa a varios vecinos y gracias a las denuncias telefónicas anónimas, los policías han logrado decomisar varios metros.
En los últimos quince días, se llevaron a cabo cinco procedimientos en Junín, uno en Rojas y otro en Lincoln. Entre todos los allanamientos se logró incautar más de 20 plantas cultivadas en los patios de las viviendas, donde en una de ellas había un vivero artesanal.
Las diligencias en los barrios La Rufinita, Villa Talleres, El Picaflor, Padre González y Emilio Mitre realizados por la Delegación de Drogas Ilícitas de Junín, confirman la tendencia del cultivo en viviendas observado en los últimos meses.
En la faz judicial interviene la Unidad Funcional Especializada en Estupefacientes, a cargo del Dr. Esteban Lopardo y Dr. Juan Pablo Cornelatti del Departamento Judicial de Junín. 
Además de la confiscación de los cultivos para el autoconsumo, acción que desalienta el narcotráfico, los efectivos policiales llevaron a cabo operativos en investigaciones por la comercialización de estupefacientes, como cocaína y marihuana fraccionada en ladrillos.
Hoy, en Argentina, el uso de cannabis medicinal está regulado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) que solo admite el aceite de marihuana proveniente de países como Estados Unidos.

Incautaciones de enero
El 15, en una propiedad del barrio "Villa Talleres", se secuestraron cuatro plantas, cuyas medidas alcanzaban 2,50 metros de altura cada una, poniéndose a disposición de la Justicia a un hombre mayor de edad, residente en el lugar, responsable de lo incautado.
El 16, en el barrio El Picaflor, se procedió a la incautación de más dos plantas de marihuana de diferentes medidas, poniéndose a disposición de la Justicia a un hombre mayor de edad.
El 18, en un domicilio del  barrio Padre González de Junín, procedieron al secuestro de varias plantas de cannabis, entre 1 y 3 metros de altura.
El 21, en el Barrio Emilio Mitre se efectivizó el registro de una vivienda donde se logró incautar más de tres plantas de marihuana, cuyas medidas oscilan los 3 metros de altura.
El 29, en el barrio La Rufinita fue hallado un vivero artesanal, elaborado con cañas que resguardaban ocho plantas de entre 1,90 y 3 metros de altura,  poniéndose a disposición de la Justicia a una persona mayor de edad, de sexo masculino, quien resultó ser el responsable de lo incautado.

El uso medicinal
El Gobierno autorizó al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y al Conicet, a cultivar las plantas para ser investigadas por el equipo que dirigirá un médico especialista en psiquiatría y psicología médica.
Este proceso se reglamentó en forma parcial con la ley 27.350, mediante la resolución que lleva el número 1537-E/2017, que había sido sancionada por unanimidad en el senado el 29 de marzo de 2017, para el estudio y la investigación del uso medicinal de la planta de cannabis, sus derivados y tratamientos no convencionales.
La legislación describió tres categorías que alcanzan a los pacientes que ya están en tratamiento; los que son incorporados a protocolos de investigación; y los familiares, en ambos casos. 
En ese marco, la Anmat recibe la documentación requerida para solicitar la inscripción al Registro Nacional de Pacientes en Tratamiento con Cannabis (Recann) que posteriormente enviará al programa para su evaluación y recibir el producto gratuito.
Sin el Recann, el trámite podrá realizarlo el paciente u otra persona que designe, a través de la función de apoderamiento que permite la plataforma de Trámites a Distancia (TAD). No obstante, el paciente o su representante legal deberán aceptar en forma virtual el Consentimiento Informado, sin excepción.
El formulario debe ser suscripto por el médico tratante consignando el resumen de historia clínica del paciente, tratamiento recibido y esquema farmacológico, diagnóstico y patologías asociadas, tratamiento y justificación del cambio de esquema, producto indicado, dosis indicada, tiempo estimado de tratamiento, cantidad de frascos indicados. Deberá emitir la prescripción médica por triplicado y adjuntar los estudios específicos.
Mediante la Ley 14924, la provincia de Buenos Aires “establece un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor, de la planta de cannabis (Cannabis sativa) y sus derivados, garantizando y promoviendo el cuidado integral de la salud”.

“La ley, un ensayo clínico”
“Hay una parte de la ley que indica que la elaboración tiene que ser realizada por laboratorios públicos de medicamentos, porque se prevé un registro nacional de pacientes en tratamientos, que es voluntario. El programa te da la opción de entrar en un ensayo clínico y recibir el aceite de manera gratuita”, explicó a Democracia la presidenta de la asociación civil Cannabis Medicinal Argentina (Cameda), Ana García Nicora.
“En el caso de tramitarlo por la Anmat, la obra social es la que cubre el aceite y lo que hay que hacer es un amparo porque cuando lo tramita por primera vez no lo cubre y por otro lado el Recann ha dicho que puede cubrirlo por tres meses una vez que se inscriben”, aseguró.
“Está muy complejo el tema y hay que arrancar con algo. Nosotros hemos estado con el ministerio de Salud, el INTA, con gente del Conicet y del Instituto Nacional de la Semilla. Además con la Administración Nacional de Laboratorio Público de Medicamento”, advirtió la médica.
“El cannabis es una droga que viene a ser como tantas otras en la medicina, con el uso de las plantas. Hay muchas investigaciones de cáncer y párkinson y otras patologías. El cannabis es de uso milenario y hace veinte años se descubrió esta evidencia científica y a partir de ahí se desprende un área de investigación que nos permite entender a la planta, que es una fábrica de productos químicos con interacciones medicamentosas”, aseguró la profesional.
“Nos hemos reunido con todos los directivos de las instituciones que son parte, para que esta nueva legislación se pueda poner en marcha de una vez. Esto deja a todas las personas en una vulnerabilidad, ante la necesidad, en muchos casos, de una posibilidad de terapia con el cannabis”, alertó.
En realidad, la Ley 27.350 es muy clara: lo que prevé es el cultivo por el INTA y Conicet para investigación y producción por laboratorio público de medicamentos que son los nacionales.

“Se hace más difícil” 
“Para las familias y pacientes que ya tienen estas enfermedades de extremidad compleja con el problema del trámite de las obras sociales, complicando, y sumando con otro trámite, se hace más difícil”, expresó la profesional. 
Como indica la legislación, el cannabis medicinal solo puede ser usado para el tratamiento de epilepsia refractaria. “Ese fue otro de los puntos que nosotros debatimos, ya que pedimos la ampliación a otras patologías y también lo dialogamos en el Anmat”, dijo García Nicora.
“La disposición está, pero lo cierto es que se habla por las acciones y todavía eso no está sucediendo. Y la realidad es que no solo los pacientes lo piden, sino que hay médicos que también lo solicitan para sus pacientes. Por lo que la necesidad es aún mayor”, remarcó.

El autocultivo, un proceso de salvataje
El aceite de cannabis que se puede conseguir con esta nueva ley debe ser importado desde países como Estados Unidos, lo que genera que haya una producción nacional de manera artesanal o “ilegal”, por personas que cultivan en sus hogares. “No sabés lo que estás recibiendo, ya que no tiene estudios bacteriológicos, microbiológicos y de metales pesados. Y además se pueden generar hongos que producen toxinas que a su vez producen cáncer”, alertó García Nicora.
“El autocultivo, en algún punto, viene a ser un proceso de salvataje en el "mientras tanto". Nosotros, desde Cameda consideramos que hay una realidad social construida, pero debemos ir hacia una seguridad en lo que se recibe con calidad. Por eso pedimos un Estado presente con productos de calidad y seguridad”, concluyó.

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