Luego de que una mujer denunciara que al momento en que se encontraba bañando a su hija de 7 años observó varias lesiones en su cuerpo, en la noche del domingo último se originó una pueblada (con piedras y palos) contra una vivienda de calle Lebensohn al 1400 en la que se encontraba el presunto abusador sexual de la nena.
Con el correr de los días y el análisis de las pruebas, fuentes ligadas a la causa informaron a Democracia que los peritos médicos habrían confirmado que la menor de edad no fue víctima de una violación y que las marcas en el cuerpo no corresponderían a tal aberrante hecho.
Además, personal de Policía Científica y del laboratorio forense de nuestra ciudad trabajó sobre los elementos de interés incautados dentro del domicilio del sospechoso, ubicado en calles Lebensohn y Martín Fierro, en cercanías al de la denunciante, en el barrio Ricardo Rojas.
Cabe recordar que ante la acusación efectuada por la madre en una dependencia policial, en la tarde del último domingo de noviembre, efectivos del Comando de Patrullas se presentaron en su casa donde estaba junto a su hija y ordenaron el inmediato traslado al Hospital Abraham Piñeyro para ser examinada por los facultativos.
Tras unas horas de tensión en ese sector de la ciudad, y cuando el Grupo de Infantería normalizó la situación, se había aprehendido al acusado y allanado su vivienda en la que incautaron elementos de interés en la causa.
Según habían detallado en el comienzo de la investigación, desde el centro asistencial al que fue trasladada la menor, se comunicó la situación a la Fiscalía N° 6 que dispuso el secuestro de las prendas de vestir y el inicio de una IPP caratulada “abuso”, con intervención también del personal de la Comisaría de la Mujer y la Familia.
De esta manera, el principal acusado, que había sido alojado en una comisaría jurisdiccional, tras un intento de linchamiento el domingo a la noche cuando se encontraba en su morada junto a menores de edad y su mujer, ahora se encuentra en libertad y estaría fuera de Junín.
La pueblada
Cabe recordar que en horas de la noche del domingo pasado, decenas de vecinos del barrio Ricardo Rojas intentaron hacer justicia por mano propia contra el hombre acusado de ser el autor del abuso sexual que denunció la madre de la víctima menor de edad.
Cerca de las 22, las personas comenzaron a rodear la vivienda del sujeto a quien, mediante palos y piedras, quisieron lincharlo.
Según pudo observarse, el hombre se encontraba en su casa con varios menores de edad y su mujer.
Rápidamente, el Grupo de Infantería, GAD y más de 100 efectivos de la fuerza pública intervinieron en lo que se estaba convirtiendo en una pueblada a menos de tres cuadras del lugar donde fue asesinada la niña Camila Borda por el ahora condenado a reclusión perpetua, José Carlos Varela quien, además abusó de ella antes de matarla.
La furia de los vecinos empezó a sentirse con más violencia cuando los primeros piedrazos y palazos comenzaron a caer contra la casa del sospechoso y la intención de prenderla fuego estaba latente en el ambiente.
Entonces comenzó la transmisión en vivo del fotógrafo de Democracia durante más de media hora por el canal de Facebook del diario, donde quedaron plasmados los momentos llenos de tensión.
Fue ahí cuando se empezaron a escuchar los disparos de las escopetas cargadas con balas de goma que se ejecutaban por el personal policial protegido detrás de los escudos reglamentarios.
Seguidamente empezaron a volar las primeras granadas de gases lacrimógenos para dispersar a los furiosos vecinos, entre los que se encontraban mujeres y hombres.
Tras una hora de tensión, los efectivos pudieron sacar al hombre, que se hallaba resguardado en el domicilio de calle Lebensohn y fue conducido con rapidez a una comisaría jurisdiccional.
La tensión duró por unas horas más y un perímetro policial procuró mantener la calma y evitar el incendio de la vivienda.
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