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Testimonios sobre el asesino: “Era una persona muy seca y casi ni saludaba”

Según informaron a este diario fuentes con acceso al expediente, en 2015 Jonathan Casazza estuvo internado en una clínica psiquiátrica de Junín, en un plazo inferior al mes. Se le dio el alta y se le recomendó un seguimiento ambulatorio que “no está confirmado si lo ha hecho”.
“Era cerrado, callado, ni hola y chau. Venía todos los días a la estación y se llevaba tres atados de Phillips Morris común. Nunca demostró nada, ni una sonrisa. Era una persona muy seca y casi ni saludaba. Casi siempre venía entre las 19 y 20 a comprar”, explicaron desde la estación de servicios. 
“Los vecinos cuentan que actualmente no estaba trabajando y que lo habían echado de un supermercado; que solía estar en la puerta de su casa tocando la guitarra, cantando muy fuerte y gritando. Dicen que este chico ya había estado internado con tratamiento psiquiátrico”, agregaron.
“Casazza era repositor de góndolas, se le caía todo de las manos y por eso lo echaron. Era como que tiraba todos los productos a propósito”, dijeron.
Por su parte, un vecino, que vive a dos casas de la vivienda del horror, explicó que “era muy raro ver a las mujeres asesinadas en la calle. A la madre hacía mucho que no se la veía en el barrio. Solo eran vistas cuando salían en el taxi, que iban a cobrar, y la abuela usaba una silla para movilizarse”.

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