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Tomás Santillán desapareció el 15 de noviembre de 2011. Foto: Diario La Posta.
EL CRIMEN TUVO LUGAR EL MISMO DÍA DE SU DESAPARICIÓN EN LINCOLN

A siete años del brutal crimen de Tomás Dameno Santillán, su recuerdo sigue presente

El nene desapareció el mediodía del 15 de noviembre de 2011, luego de haber salido del colegio. A los dos días, su cuerpo fue encontrado sin vida en un descampado. La expareja de su mamá, Adalberto Cuello fue condenado a prisión perpetua por el Tribunal Oral 1 de Junín.

Hace siete años, Lincoln y el país entero se conmocionaron por el crimen del niño Tomás Dameno Santillán, de 9 años de edad, hecho por el cual fue condenado a prisión perpetua la expareja de su madre, Adalberto Cuello.
Tomás desapareció el mediodía del 15 de noviembre de 2011, luego de haber salido del colegio y de haber caminado rumbo a su casa, en donde lo estaba esperando su mamá.
Transcurridas algunas horas de su desaparición, los vecinos se movilizaron por centenares, mientras quinientos efectivos, con apoyo de helicópteros y perros rastreadores, barrían palmo a palmo la zona, tal como lo habían dispuesto el entonces ministro de Seguridad, Ricardo Casal, y el jefe de la Policía Bonaerense, comisario general, Juan Carlos Paggi.
A los dos días, el cuerpo de Tomás fue encontrado sin vida en un descampado ubicado a unos siete kilómetros de Lincoln y a 500 metros de la Ruta Provincial Nº 50, y, según una autopsia realizada, el crimen habría tenido lugar el mismo día de su desaparición, entre las 12 y las 16.
La autopsia determinó que la muerte de Tomás se había producido por “un paro cardiorrespiratorio traumático, a consecuencia de politraumatismos; traumatismo craneoencefálico; y fracturas con hundimiento de ambas zonas laterales de cráneo (fractura de base de cráneo en bisagra), producidas con un elemento contundente y romo”.
Por este aberrante crimen, Cuello fue condenado el 18 de diciembre de 2012 a la pena de prisión perpetua, en un fallo adoptado por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 del Departamento Judicial Junín, integrado por los jueces Miguel Ángel Vilaseca, Karina Piegari y Claudia Dana.

La condena
El 18 de diciembre de 2012, Adalberto Cuello (39) fue condenado a prisión perpetua, hallado culpable (por unanimidad) por el delito de “homicidio agravado por alevosía”.
El tribunal que condenó a prisión perpetua al albañil, consideró que este había matado a Tomás Dameno Santillán, de 9 años, por el “odio” a su madre, para vengarse de que ella lo había dejado. 
“Pegó donde más le dolía”, consideró el juez Miguel Ángel Vilaseca. Aunque la calificación legal fue de “homicidio agravado por alevosía”, en la sentencia afirmaron que fue un femicidio.
Leonor Santillán rompió en llanto: “Mató a mi bebé”, dijo, desencajada, a los gritos y consolada por sus familiares en un final dramático. “A mi hijo no me lo devuelve nadie, pero esta bestia va a estar donde tiene que estar”, declaró Leonor al salir del tribunal.
El juez Vilaseca citó la figura del femicidio al hablar de la muerte de Tomás. Fue incluida en la ley sancionada a mediados de noviembre en el Congreso, pero no era aplicable por ser posterior al hecho.
El tribunal consideró, además, que había habido un “plan” establecido por Cuello para matar a Tomás y encubrir su crimen. “Fue un hecho premeditado”, señaló. Y desbarató la coartada de Cuello.

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