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La madre y el padrastro sufren el dolor por la terrible pérdida de Camila y reclaman la cadena perpetua para José Carlos Varela, el único sospechoso del homicidio.
EL DESCONSUELO DE LA FAMILIA DE CAMILA BORDA

“Cuando intento hablar de mi hija me quiebro en llanto y no puedo seguir”

Así lo expresó la madre de la niña de 11 años abusada y asesinada, Alejandra Barzabal, quien recibió a Democracia en su vivienda situada en calle Arias, junto a su familia. “Para mí Varela lo venía planeando hace rato y seguro que la estuvo esperando en la puerta”, afirmó el padrastro.

"Cuando intento hablar de mi hija me quiebro en llanto y no puedo seguir." 
Angustiada, y al borde de las lágrimas, Alejandra Barzabal (34), madre de Camila -la niña de 11 años brutalmente violada y asesinada en Junín-, graficó así la pesadilla que está atravesando, en una entrevista con Democracia realizada en su casa de calle Arias, en el barrio Ricardo Rojas. 
En efecto, a seis días de la atroz violación y homicidio que conmocionó al país, acompañada del papá del corazón de la pequeña, Guillermo Modesti, Alejandra expresó que el dolor sigue intacto. 

"Queremos justicia"
“Estamos viendo el trabajo de investigación y queremos justicia con cadena perpetua si es posible y que pague lo que tenga que pagar”, remarcó el padrastro.
“Las horas siguen siendo pesadas como siempre, no ha cambiado en nada el dolor y seguimos igual junto a mi señora. Nos cuesta un montón reponernos. Gracias a Dios -como ves acá- vivimos rodeados de vecinos, y eso nos distrae y nos ayuda”, señaló, todavía muy conmovido.
“A los nenes y nenas se les brindó apoyo psicológico. Estamos peleándola, pero el apoyo de los psicólogos lo tenemos. El Intendente con nosotros fue de diez y me dijo que lo que yo precisara, iba a estar a disposición. Yo tuve una reunión y lo que yo precise, tengo que levantar el tubo y llamarlo. La asistencia nos la brinda el Municipio y tenemos todo el apoyo”, aseguró.

“Varela lo venía planeando”
El casero de la casa vecina donde apareció sin vida la niña de 11 años, identificado como José Carlos Varela, es el principal sospechoso por el hecho de violación y asesinato, en el marco de una causa caratulada como “homicidio agravado” tramitada en la fiscalía local a cargo de Sergio Terrón.
"Para mí esto lo venía planeando hace rato. Todavía no se sabe el mecanismo de cómo Camila entró a la casa, pero seguro que la estuvo esperando en la puerta. Para mí Varela se la cruzó justo, porque ese día iba a ir el otro nene a comprar al kiosco y ella se ofreció para ir en la bici. Él siempre estaba detrás de la tranquera observando y espiando qué pasaba”, aseguró Guillermo.
“Una vecina comentó que Varela llamaba a una nena de 3 años desde el interior de la casa. Yo me enteré de esto pero nunca te imaginás. La gente habla después del hecho y todo el mundo lo conoce. Mientras tanto estaba acá como vecino y nadie lo conocía”, lamentó.
“Si es parquero no tiene por qué dormir ahí. Muchos muebles no, pero una cocina tenía y equipo de mate. Es casero. Los primeros días, cuando limpió el terreno, a Varela lo llevaban a la casa y después ya se quedó en esa propiedad”, contó.
“Además todos saben que hacía los mandados acá en el barrio. Compraba un chip de celular cada dos días o día por medio y esto fue declarado en la investigación que lleva adelante el fiscal”, relató.

"Camila ya estaba muerta"
“Según lo que dijo la pericia, cuando Varela se enteró de que la policía y los vecinos iban a entrar en la casa, Camila ya estaba muerta. Calculá que Varela desde adentro vio todo el movimiento de patrulleros”, explicó.
“Unos vecinos observaron la bicicleta adentro, golpearon y vieron a un muchacho que estaba muy sospechoso. Ingresaron con dos policías, y el cara rota y basura abrió sin problemas. Qué más prueba puede haber después de correr la cortina y verla a Camila”, se quebró.

“Aparentaba ser una persona normal”
El barrio Ricardo Rojas estaba ayer casi desierto, quizás como en la fatídica tarde del domingo en que un "psicópata" (como lo describió el fiscal) le arrebató los sueños y la vida a una niña de apenas 11 años. 
Es un barrio dolido, con sed de justicia. Quizás por eso todavía hay patrulleros en la casa quinta donde ocurrió el crimen. No es un secreto en Ricardo Rojas que los vecinos aún quieren prender fuego la casa quinta. 
“Con él (Varela) tuve tres o cuatro conversaciones, le curé un perro y aparentaba ser una persona normal, un laburante; pero era un asesino. Dicen que había sido denunciado, pero no aparecen los registros de los antecedentes", afirmó.
“La familia no lo quería a este sujeto, pero no nos olvidemos que tiene hermanos presos. Si vos metés a alguien en tu casa tenés que saber quién es. No puede ser que de un día para el otro metas a un tipo en tu casa a trabajar y le des confianza. La dueña tendría que haberse fijado”, exclamó.
“No había rumor de nada. Hablar con esa persona era como hablar con cualquiera. Después tuvimos una conversación porque no quería que los nenes jueguen en el lote de la finca que él ocupaba y a él le molestaba todo. Además, la dueña me corría a los nenes, le molestaban los caballos y tengo un montón de denuncias que me hicieron”, aseguró Guillermo.
“Dicen que este hombre vino de La Plata y que por recomendaciones entró a laburar con esta familia dueña de la finca. Si bien dicen que era parquero, la realidad es que era casero, porque el parquero se va a su casa, descansa con su familia y vuelve el otro día a trabajar. El casero cuida la casa y vive adentro; hay mucha diferencia”, remarcó, muy enojado.
“Tuve una comunicación telefónica con uno de los hijos de la dueña, quien me pidió disculpas y me dio su pésame. Él sabe de las denuncias que yo tuve de la madre y sabe que le molestaban los chicos. Cada tanto me acorralaban todos los patrulleros acá, me querían llevar a toda costa y sacar los caballos”, comentó.
“A la dueña nunca le falté el respeto y siempre traté de hablar con ella, en muchísimas ocasiones”, indicó.
“Varela sabía que nosotros no nos llevábamos bien con la dueña de la quinta. Quién iba a decir que este tipo era más loco”, afirmó.
“Él (Varela) nunca había tenido un problema con los chicos y no se metía. Él fue el asesino”, señaló.

“No quiero que esto se duerma”
"Más adelante vamos a hacer una nueva marcha en reclamo de justicia, porque no quiero que esto se duerma. Siempre manifestando en paz, ya que no quiero que nadie rompa nada porque el otro día que fui a la marcha, cuando vi que empezaron contra el Intendente, me fui”, subrayó. 
“Los vecinos están muy mal acá y para ellos esa quinta va a quedar desolada para siempre. Porque venga quien venga, no lo van a dejar vivir”, concluyó.

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