Martín «Oso» Peralta, líder de la banda delictiva imputada del secuestro y asesinato del joven Axel Blumberg y de otros secuestros extorsivos, tuvo cautiva en nuestra ciudad a una de sus víctimas, Ana María Nordman, en noviembre de 2003.
Ello quedó ratificado por la contundente declaración que efectuó el septua-genario Rubén Lorda, en una de las audiencias del juicio oral que se le sigue a Peralta y su grupo.
«Cacho» Lorda (74 años) reconoció a Peralta como la persona que le alquiló por entonces una casilla en el Balneario Municipal «Laguna de Gómez», cerca del Parador «Millenium» del ahora llamado Parque Natural.
El «Oso», quien le dijo a Lorda (al llegar al Balneario para cerrar el trato de alquiler) que se llamaba «Juan» y que residía en la ciudad de Buenos Aires, hacía saber también a quien quería escucharlo, que había tenido un problema familiar y por eso había decidido pasar aquí unos días.
Lo haría mientras terminaba de definir los detalles para instalar un lavadero de automóviles en La Falda (Córdoba) y otro en la planta urbana de Junín, pero el objetivo de tener rentada la casa en el Balneario fue otro:
Mantener allí cautiva a Ana María Nordman.
El «Oso», hizo varios viajes previos a nuestro medio y en uno de ellos, arribó en un auto que tenía un impacto de bala en una de sus chapas.
Fue allí que, ante la consulta de un vecino curioso, el secuestrador le dijo, de manera tajante, para que no siga indagándolo:
«Me quisieron asaltar en Buenos Aires, me dispararon y por eso, es que también quiero radicarme en el interior», argumentó.
Sus días en el balneario
En noviembre de 2003, a diario se podía ver al «Oso» y su entorno recorriendo las calles interiores del ahora Parque Natural «Laguna de Gómez», aunque siempre alguien quedaba cuidando la casa, para que la secuestrada no pudiera huir.
Así, Peralta iba a comer o a tomar algún trago a «Millenium» o paseando con su mujer (Analía Flores) y un pequeño hijo, quien -dicen algunos vecinos de la finca que entonces arrendó-, aprendió a caminar en las calles del Balneario, en una de cuyas casas, su papá tenía secuestrada a Nordman.
No se descarta, además, que el «Oso» también haya estado aquí con alguna otra víctima de su andar al margen de la ley.
El día que Peralta y quienes le acompañaban decidieron sacar de la casa alquilada a Nordman, para llevarla al Gran Buenos Aires y allí liberarla y cobrar el rescate (pidieron 80.000 pesos pero habrían «arreglado» por menos dinero), ingresaron a la mujer al baúl del auto.
Pero cuando decidieron partir, el coche no arrancó y debieron pedir ayuda a algunos vecinos, para empujar el vehículo y quienes colaboraron, no sabían que del otro lado de la chapa del baúl donde pusieron sus manos para empujar, estaba, con la boca encintada y vestida apenas con un camisón, la secuestrada Ana María.
Experimentados policías, estimaron que, para fortuna de la mujer, esta no pudo gritar y alertar a quienes empujaron el coche, porque sino pudo haber sido asesinada, como ocurrió con Blumberg.
Llega una dotación policial
Cuando ya los efectivos policiales del Gran Buenos Aires tenían casi la certeza de que Peralta delinquía en el Conurbano y luego sacaba a sus víctimas de la urbe y las tenía privadas de su libertad en el interior, por caso Junín, una dotación policial (al menos de cinco componentes) llegó al Balneario, para tratar de aprehenderlo.
La sospecha de que Peralta operaba en Junín surgió cuando el esposo de Nordman, en una de las llamadas extorsivas que recibió, alcanzó a escuchar por la línea telefónica, detrás de la voz de quien le pedía dinero, al locutor de una radio de Junín y así lo expuso a los policías encargados de las pesquisas.
Ni bien arribó aquí el grupo de efectivos de la fuerza pública, alquilaron por una semana una casilla a «Cacho» Lorda, cerca de donde se alojaba el «Oso».
Para no levantar sospechas, al constatar que Peralta se había ido (partió poco antes hacia Córdoba, donde poco después lo detuvieron, en un prostíbulo de La Falda), se hicieron pasar por «parientes del ‘Oso’, a quien queremos darle una sorpresa y pasar unos días aquí con él».
Mientras lo aguardaban, sin levantar muchas sospechas, filmaron la zona, estudiaron el terreno e implementaron un discreto operativo para tratar de detener al por entonces muy buscado Peralta.
La espera fue infructuosa, porque quien se hacía llamar «Juan» no volvió y se supo que lo habían aprehendido.
Por ello, los policías «levantaron campamento» y su fueron del Balneario, un tanto frustrados por no haber podido aprehender al «Oso» y otro poco felices porque el secuestrador había caído bajo el brazo de la ley en la Provincia Mediterránea y dejaba de ser un gran problema.
Juzgado junto a otras 16 personas
Martín «Oso» Peralta y otras 16 personas (entre ellas su esposa) son juzgadas por el asesinato de Axel Blumberg y su participación en otros tres secuestros.
El debate está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº2 de San Martín, integrado por los jueces Daniel Alberto Cisneros, Víctor Horacio Blanco y Luis Alberto Nieves.
Los padres de Axel, Juan Carlos Blumberg y María Elena Usomis, como «particular damnificado», son representados por los abogados Roberto Durrieu (h) y Patricio Lanusse mientras que el fiscal federal Pedro García está a cargo de la acusación.
Además del «Oso» Peralta, los otros integrantes de la banda que son juzgados son los hermanos Carlos y José Díaz -este último presunto autor material del asesinato de Axel-, sus esposas, Vanesa «la Colo» Maldonado y Andrea Mercado; Sergio Miño y Mauro Maidana, todos acusados del delito de «secuestro extorsivo seguido de muerte».
Como encargada de lavar el dinero que la banda obtuvo en rescates de secuestros, está imputada la esposa del «Oso» Peralta, Analía Flores. Es que además del secuestro de Blumberg, la misma banda está acusada de cometer otros tres secuestros extorsivos en los que se cobraron en total unos 82 mil pesos en rescates.
El primer caso fue el de Ana María Nordman, secuestrada el 8 de noviembre de 2003 en Martínez, quien estuvo privada de su libertad en una casilla del Balneario Municipal «Laguna de Gómez» y liberada días después en Malvinas Argentinas, tras el pago de unos 18 mil pesos.El segundo fue el «secuestro express» de Víctor Mondino ocurrido el 20 de marzo de 2004 en San Miguel y el tercero el del empresario de Arcor Guillermo Ortiz de Rosas, capturado el 21 de marzo de 2004 en Martínez y liberado en Pilar al día siguiente tras el pago de 62 mil pesos, tras lo cual se produjo, pocas semanas después, el secuestro y posterior crimen de Axel Blumberg.Como presuntos «dobladores» y proveedores de autos de la banda de Peralta están imputados Daniel Sagorsky y Pablo Díaz por asociación ilícita.Los otros imputados son Reinaldo Vergara Martínez (por encubrimiento), Gustavo Ariel Arroyo (por falsificación de documentos), Eduardo César Orellana (tenencia ilegal de arma de guerra y encubrimiento, Gerardo Justino Carmona y José Dante Abel Nápoli (ambos sólo por el secuestro de Nordman) y también se juzga a dos policías. La mayoría de los imputados son representados por defensores oficiales.
EL JEFE DE LA BANDA QUE ASESINO EN 2004 AL JOVEN AXEL BLUMBERG
Los pasos que dio en Junín, Martín «Oso» Peralta
El delincuente, que es juzgado oralmente junto a otras 16 personas, alquiló en noviembre de 2003 una casilla en el Balneario Municipal. Allí, tuvo privada de su libertad a una de sus víctimas, Ana María Nordman, finalmente liberada.
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