JUICIO ORAL POR EL CRIMEN COMETIDO EN JUNÍN

Piden una pena de 16 años de prisión para el acusado de matar a Ferreyra

Esa fue la condena solicitada por el fiscal de la causa, Sergio Terrón, para Oscar Alberto Muñoz, quien en un juicio por jurados ya fue declarado culpable. El abogado defensor de la familia de la víctima pidió que le den 18 años.

En las próximas horas se conocerá la pena que recibirá Oscar Alberto Muñoz por el crimen de Emanuel Ferreyra, del que fue declarado culpable a principios de este mes en un juicio por jurados.
Después de que las doce personas que integraron el tribunal que juzgó al imputado el 2 de septiembre pasado consideraran a Muñoz autor del delito de homicidio simple, la semana pasada se llevó adelante la denominada cesura del juicio, paso en el que el juez Esteban Melilli escuchó los pedidos de condena concretos por parte de quienes ejercen el rol acusador y de quienes defienden al imputado.
El fiscal Sergio Terrón solicitó que a Muñoz se lo sentencie a 16 años de prisión, mientras que el abogado de la familia de Ferreyra, Juan Carlos Petreli, pidió que sea sometido a 18 años de cárcel.
Por su parte, los letrados Carlos Torrens y Federico Mastropierro, a cargo de la defensa de Muñoz, solicitaron la pena menor que estipula el Código Penal para ese tipo de crímenes, o sea ocho años.
Además, Terrón y Petreli reclamaron que Muñoz deje de gozar de prisión domiciliaria y sea derivado a un penal común.
Fuentes judiciales revelaron que en el transcurso de las próximas horas se conocerá el fallo final.

La decisión del pueblo
El 2 de septiembre pasado, diez de los doce ciudadanos que fueron seleccionados para intervenir en el segundo juicio por jurados realizado en Junín, declararon culpable  a Oscar Alberto Muñoz del delito de homicidio simple, por un hecho ocurrido en julio de 2015 que tuvo como víctima a Emanuel Ferreyra, de 20 años.
El juicio mostró dos posiciones bien definidas: por un lado, el fiscal que llevó adelante la investigación, Sergio Terrón, y el abogado de la familia de la víctima, Juan Carlos Petreli, llegaron a la audiencia con la firme pretensión de demostrar que en la muerte de Ferreyra había existido intención por parte del imputado y que por ello no cabía otra alternativa que juzgar a Muñoz como responsable de homicidio simple.
Parados en sentido contrario surgieron los defensores del acusado, Carlos Torrens y Federico Mastropierro, quienes plantearon que Muñoz tenía que ser absuelto por haber actuado en legítima defensa o, subsidiariamente, condenado por exceso en la legítima defensa o -como última carta- por homicidio preterintencional, lo cual significa que una persona quiere causar un daño a otra pero no tiene intención de asesinarla.
Pasadas las 11 empezó el desfile de testigos, entre ellos dos policías que llegaron en el momento en que Muñoz estaba castigando a Ferreyra, a pocos metros de Rivadavia y Battilana; Esteban “Pelotín” Moreyra, amigo de Ferreyra y acusado de haberle roto la puerta de la casa a Muñoz, junto con Ferreyra, en los momentos previos a lo que fue el enfrentamiento que terminó con la muerte del joven.
También dieron su testimonio algunos vecinos de Muñoz, peritos y allegados de ambas partes, relatos que sirvieron para que tanto desde el sector acusatorio como la defensa elaboraran sus alegatos.
Antes de ellos había dado su versión de los acontecimientos el propio Muñoz, quien proclamó su inocencia y dijo que el desenlace de la historia fue algo desgraciado que él nunca buscó.

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