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PRODUCTOR DE SEGUROS DE DESTACADA TRAYECTORIA EN EL ÁMBITO LOCAL

Jorge Libonatti: “La ciudadanía de Junín nos abrió sus puertas”

Se vino a nuestra localidad hace 24 años y conformó una exitosa empresa familiar. Además, participó en varias organizaciones sociales locales. “El cariño de la gente y el afecto de los amigos fue fundamental“, afirma.

Jorge Libonatti asevera que no puede dejar de “meterse” en los lugares en los que le interesa participar.
De esta manera, además de erigirse como un exitoso productor de seguros, formó parte de numerosas instituciones sociales. Entre ellas: fue miembro de la organización Padres en Acción, del Foro de Seguridad, de la Comisión de Seguimiento y Control de la Tasa de Seguridad y, ahora, es el presidente de la sociedad de fomento del barrio El Picaflor.
Según dice, es una forma de agradecer lo que la población de Junín le brindó cuando se vino a vivir acá.

En Rufino
Hijo único de un empleado del molino Minetti y de una ama de casa, Jorge Libonatti nació en Rufino.
Allá aprendió, en la escuela técnica, el manejo del código Morse lo que le permitió entrar al Correo Argentino a los 15 años, como mensajero.
“Como siempre tuve y sigo teniendo un espíritu de progreso en la vida –explica– fui escalando posiciones, pasé a ser cartero y llegué a teletipista”.
Trabajaba seis horas corridas, lo que le permitían hacer otras actividades. Así fue como se incorporó a una oficina de seguros, donde aprendió la actividad.
Más adelante, se abrió de esa empresa e hizo su propio camino. Y siguió trabajando como productor de seguros de la empresa Cooperación Mutual Patronal, hasta que se mudó de ciudad.

A Junín
Por razones particulares y de trabajo, Libonatti se vino a Junín con su familia el 12 de enero de 1992: “Tuve que elegir entre Rosario o Junín, y opté por esta ciudad porque una persona me propuso hacer algo juntos, aunque después me falló y casi pierdo la casa por su culpa, porque me hizo una mala jugada”.
Vendió su cartera de clientes en Rufino y acá empezó a trabajar con Pergamino Seguros. Cuando la firma quebró, después de algunos inconvenientes, pasó a desempeñarse como productor de Federación Patronal, que es la compañía con la que aún hoy siguen trabajando sus hijos, porque Jorge ya se jubiló.

Otras actividades

Libonati recuerda que lo primero que buscó cuando llegó a Junín “fue una iglesia Bautista y un comité de la UCR”.
Fue Jorge García el que lo llevó al comité y empezó a participar en política, aunque “nunca con la intención de tener puestos importantes sino porque uno lleva en la sangre esas ganas de trabajar en algo que a uno le gusta”.
Con el tiempo, cuando la municipalidad convocó a la ciudadanía para a formar un grupo de padres, Libonatti se sumó a lo que fue Padres en Acción. “Ahí tuve una actividad muy movida –comenta– y eso me significó unos cuantos disgustos porque yo soy una persona que cuando me decido a trabajar en algo, lo hago a full, no soy de medias tintas”.
Jorge considera que el trabajo en la ONG “fue muy bueno” y destaca que se lograron “cosas importantes, como la ordenanza de la nocturnidad, las charlas en las escuelas”, entre otras.
“Tristemente –agrega– aquello que decíamos en aquel momento, se cumplió en los niveles que uno puede ver hoy en día”.
Fomentista
También participó en foros de seguridad, en la Comisión de Seguimiento y Control de la Tasa Complementaria de Seguridad, y es cofundador de la sociedad de fomento del barrio El Picaflor, de la que hoy es presidente.
De acuerdo a su explicación, todo esto lo hace como una retribución a los juninenses: “Con mi familia somos muy agradecidos a la ciudadanía de Junín porque nos abrió sus puertas, a pesar de que se dice que ésta es una ciudad cerrada, y nosotros tuvimos la oportunidad de demostrar que no es así”.

Balance

Libonatti sostiene que su empresa logró mantenerse y crecer en estos años gracias “a la responsabilidad de estar al lado del cliente las 24 horas del día, los 365 días del año”. Y amplía: “Ese ha sido un sello que nosotros siempre le impusimos a la actividad y que es lo que corresponde. Porque un asegurador vende algo que es intangible, y que se hace tangible cuando sucede el hecho, y es ahí cuando se demuestra si uno es realmente responsable. Estar al lado del cliente hasta que se termine el siniestro es lo que a nosotros nos permitió crecer con el tiempo”.
Hoy en día, sus hijos Marcos, Horacio y Miriam son los que tomaron la posta y siguen en la organización.
Con todo, al momento de hacer un repaso de su trayectoria, sentencia: “El balance es positivo. A pesar de haber pasado cosas que me han provocado problemas de salud, por la gran responsabilidad que uno pone a todo lo que hace, me siento conforme. Y agradecido a Junín, aunque creo que nosotros nos ganamos la confianza de la gente haciendo un buen trabajo. Y a nivel personal, tengo muchísimos amigos, gente que nos aprecia, y eso no tiene valor; ni una póliza más ni una menos, el cariño de la gente y el afecto de los amigos ha sido fundamental porque el desarraigo es chocante. Por eso estoy eternamente a los amigos y las familias que nos abrieron sus puertas”.

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