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GANADORA DEL PRE COSQUÍN 2015 EN LA CATEGORIA "NARRACIÓN COSTUMBRISTA"

Laura Acebal: “Me gusta rescatar la memoria y el alma”

Hija de uno de los referentes de la peña El Lanudo Carangra, se dedica al recitado criollo. Además, se desempeña como conductora y locutora de radio. “Mi única pretensión es la de decir lo que siento”, afirma.

La inclinación hacia la narración oral se dio naturalmente en Laura Acebal, como ella misma dice.
Hija de don Luis Acebal, recitador criollo y asiduo concurrente de la legendaria peña El Lanudo Caranegra, y criada en la atmósfera de los barrios El Molino y Las Morochas –cuna  de artistas, poetas y bohemios– Laura siguió con el ejercicio de la palabra de una forma fluida, sin que eso fuera impuesto ni planificado.
Por eso no sorprende que en su derrotero haya llegado a ganar el Pre Cosquín en la categoría Narración Costumbrista, como tampoco sería extraño que el 5 y 6 de enero próximos vuelva a imponerse en la siguiente etapa del certamen.

Narradora
Laura, la menor de dos hermanas, nació en El Molino y se crió entre ese barrio y Las Morochas. Hizo la primaria en la Escuela N° 19, el secundario en el Comercial y se recibió en la carrera de asistente social en el Instituto del Profesorado, aunque nunca la ejerció.
“Empecé haciendo recitados de poetas populares en reuniones familiares y en la escuela, donde era el número fijo para los actos”, recuerda sobre su vocación artística.
Desde entonces, se dedica “a recitar, a contar”.
También se sintió atraída por las tablas: estudió Teatro en la Escuela Provincial de Arte, hizo teatro independiente con el recordado Héctor López, y aún hoy participa en el taller de Florencia
Cornago.
“Todo se fue dando de una manera natural e impensada, sin planificación”, insiste Acebal.
Eugenia Alvear Fue la primera en pedirle que hiciera un relato en off para un espectáculo del Ballet Tierra Madre. “A partir de ahí empezaron a llamarme –continúa– y desde entonces hice muchísimas presentaciones. Yo nunca hice ninguna difusión de mi trabajo en los medios, sin embargo tengo mucho trabajo y no paran de llamarme: desde actos protocolares de escuelas, a presentaciones de festivales o peñas. Es algo que siempre disfruté pero nunca pensé que iba a ser un trabajo”.
También tuvo actuaciones con Juan Ghioni, en encuentro de poemas y canciones, o con Juan Albamonte, entre otros.

La narración
Laura admite que no sabría definir su estilo. “Yo sé que hago relato costumbrista sin mezclarle el aditivo del humor –comenta–, me gusta rescatar la memoria y el alma, porque si estamos corriendo un riesgo, es el de perder esas cosas, las que te acercan a lo esencial, a la infancia, a los valores que nos inculcaron cuando éramos chicos. De eso se trata, no busco el melodrama, simplemente digo lo que siento, y así fue que me presenté en este el Pre Cosquín”.

Conductora
Laura tiene, además, una dilatada experiencia radiofónica.
Comenzó en el año 2000, colaborando en el programa que tenía Niní Ceci en Radio Junín: “Ella me ofreció hacer una columna semanal muy linda porque era un espacio de libertad para mí. Ahí hacía lo que quería”.
Después de un tiempo, se quedó sin aire en LT20, y su hermana le sugirió que podría tener su programa en Diferente, la radio que está tan identificada con Las Morochas.
“Me fui a ver a Juan Albamonte –recuerda– y me dijo que iba a tener mi programa pero, además, me pidió que haga la locución de las transmisiones de básquet. Para mí, participar de las transmisiones de Argentino, era tocar el cielo con las manos. Y desde entonces estoy ahí”.

Pre Cosquín
Cuando le dijeron que se presentara en el Pre Cosquín sede Junín pensó: “¿Por qué no?, si es una posibilidad decir lo que pienso y lo que siento”.
Y así lo hizo. Se presentó en el rubro Narrador Costumbrista y lo hizo junto a Javier Orellano “Pacheco”, un guitarrista que, según dice, tiene mucho que ver ella “en su esencia”.
En el concurso presentó dos relatos, uno para la ronda y otro para una eventual final. Y lo hizo con dos piezas propias: “A mí me gusta mucho escribir y lo mío es el costumbrismo, de manera que quise escribir especialmente para el concurso. Uno se llama ‘El galope de la sangre’, que cuenta la historia de mi abuelo santiagueño, y el otro se llama ‘Territorio del alma’, que habla del barrio, de mi nacimiento en El Molino y mi proyección hacia Las Morochas”.
Para Acebal, “fue una satisfacción” ganar esta instancia del concurso. Ahora deberá competir en Cosquín, el 5 y 6 de enero, en la siguiente ronda y, si la supera, llegará a la final el 14 del mismo mes: “Mis expectativas pasan por seguir diciendo lo que siento, ahora en Cosquín. Si bien mis historias tienen un tono local y personal, alcanzan la universalidad a partir de que puede rozar de alguna manera a aquel que está escuchando”.

Balance
Laura analiza qué es lo que quiere transmitir con sus narraciones, y concluye: “Esto se trata, esencialmente, de contar. Yo creo mucho en que cuando uno cuenta lo propio, puede haber alguien que se encuentre en eso que uno dice. Mi única pretensión es la de decir lo que siento, y por otro lado, situarme en el lugar de escuchar lo que siente el otro, también. Ese intercambio que se da en la vida es muy lindo y eso se traslada al escenario: creo mucho en el poder de la palabra”.

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