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ENFOQUE

Por una ley de envases vacíos

Los productos para la protección de cultivos son muy importantes para la generación de alimentos de todos los argentinos. Pero una vez utilizado el producto ¿qué pasa con su envase? Esa es una pregunta que nos hacemos todos, su respuesta es fácil pero lo difícil es asegurar su implementación a nivel nacional.   
Por esta razón, como país, creo que necesitamos llevar la problemática de los envases vacíos a un nivel legislativo.   
Los puntos ya consensuados y que el proyecto de ley no debe perder de vista son: la técnica del triple lavado o lavado a presión como un proceso obligatorio y el transporte a los centros de acopio en vehículos comunes por parte del productor.  
Considero fundamental que los centros de acopio no deben estar a mayor distancia de la que debió hacer el productor para comprar el producto, y que sea el mismo tipo de vehículo el que entrega los envases de productos para la protección de cultivos llenos y el que los retire del centro de acopio con el fin de agilizar la gestión.
Es importante tener en cuenta a la hora de legislar las experiencias vecinas. Es por eso que como director ejecutivo de CASAFE y junto a CIAFA invitamos a especialistas nacionales e internacionales  a disertar en una jornada para los actores de la cadena agropecuaria, legisladores y funcionarios de la administración pública, sobre cuál es el tratamiento posterior de los envases de los productos para la protección de cultivos tanto en Brasil y el Uruguay.
En el caso de Brasil, toda la cadena participa de la recuperación de los envases, especialmente la distribución y en Uruguay también se suman los municipios.
Siguiendo la línea de éstos países más avanzados en la materia, CASAFE sostiene que las empresas tienen un importante compromiso con la gestión de envases, pero es una política que es  responsabilidad de todos los que intervienen en la cadena de producción y comercialización de los productos para la protección de cultivos.

¿Por qué triple lavado? La llave del sistema
La clave de la problemática de los envases vacíos es el proceso de triple lavado o lavado a presión porque elimina el 99,99% de los restos del producto, transformando el envase en un residuo no peligroso.     
Este proceso consta de, una vez vertido el total del producto en la pulverizadora, llenar el envase vacío con agua limpia hasta ¼ del volumen, agitarlo enérgicamente 30 segundos y volcarlo nuevamente sobre el tanque de la pulverizadora.    
Se debe repetir este procedimiento 2 veces más. Luego se perfora la base del envase, sin dañar la etiqueta, para evitar su reutilización.
Mediante esta técnica, que sólo debe realizarse en los envases de plásticos rígidos, avalada por la norma IRAM 12069, se aprovecha hasta la última gota del producto, protege a los ciudadanos y al medioambiente.    
Con esta técnica nos aseguramos que el envase no se reutilice para fines no debidos y facilitamos su medio de transporte ya que los envases recategorizados pueden transportarse a los centros de  acopio en los vehículos comunes de cada usuario y desde el centro de acopio al transformador/reciclador en vehículos autorizados con carga precintada.
De esta manera, realizamos un sistema de recolección más sustentable y eficiente para todos, cumpliendo las normas de trazabilidad.   
En mi opinión, gran parte de este paso normativo se debe a AgroLimpio, nuestro programa de Responsabilidad Social y ambiental destinado a concientizar y colaborar en la elaboración de un sistema de recolección y transformación de envases vacíos de plástico rígido triple lavados o lavados a presión ya que se evidencia el gran éxito del programa año tras año. 

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