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Brutalidad asesina de las bandas de machos

El brutal asesinato de una adolescente entre las bambalinas de una salida nocturna han puesto de relieve las cobardes agresiones que pequeños grupos de hombres suelen practicar en el ámbito de la fiesta. Pareciera que algo intolerable -antes velado por las prohibiciones, la inhibición o las pautas culturales- hoy emerge a cielo abierto.
Me refiero a la impotencia masculina. En efecto: cuando varios tipos acometen contra una mujer, sea para abusar de ella, drogarla o matarla, lo que cuenta es la relación de coalescencia -de unión o fusión- entre los propios varones.
El macho es un manojo de miedos que se refugia en la bandita de pares con la ilusión de eliminar esa diferencia que lo propiamente femenino encarna. En el fondo, “varios contra una” representa la aspiración de que todas las mujeres sean iguales, el rechazo al hecho de que cada una es única y singular. Lacan propone que “llamemos heterosexual, por definición, a lo que ama a las mujeres, cualquiera que sea su propio sexo”.
Tras este modelo tribal se parapetan los más arcaicos fantasmas masculinos.
Sea mirando pornografía, consumiendo prostitución o profiriendo una grosería, el macho va con el grupo de pares en su cabeza: la banda es su esencia. Por ejemplo, una popular canción de Los Auténticos Decadentes –Raquel- ilustra de manera eminente esta especial condición del ser masculino: “yo la quería encarar/ ay pero solo no me animaba/fui hasta el café/busqué a mis amigos y …/ la encaramos en barra.” Pero Raquel es una síncopa que desacomoda el ritmo de cualquier banda. Nada más peligroso para el contubernio machista que una mujer.
Hoy que los ideales de antaño se encuentran desagregados, el macho se resguarda tras los imperativos de goce que rigen en la fiesta, aunque con el solo resultado de una represión tanto más sutil y brutal que la victoriana.
Por más alcohol y estimulantes que se usen, el partenaire de Raquel está más allá de cualquier barra, patota o banda. Por algo Lacan preguntaba: “¿Acaso no se ve que lo esencial en el mito femenino de Don Juan es que las posee una por una?” 

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